Boletín UNAM-DGCS-683
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
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Se trata de la ficotecnología, explicó
Carlos Candelaria Silva, integrante del Herbario de la Facultad de Ciencias
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En Universum dijo que esas plantas tienen
múltiples aplicaciones y usos biotecnológicos: como alimento humano,
cosméticos, fertilizantes agrícolas y forraje
La biotecnología moderna aplicada a las
algas, llamada ficotecnología, se enfoca al mejoramiento de cultivos y la obtención
de productos de uso farmacológico o médico. A pesar de que sus aplicaciones son
muy amplias, los países occidentales no tienen una tradición en su
aprovechamiento, aseguró el maestro Carlos Candelaria Silva, integrante del
Herbario de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Ese hecho es entendible,
explicó, porque las algas no se desarrollan en todos los litorales, como sería
deseable; por ejemplo, en la parte tropical de México no llegan a medir más de
10 centímetros, y las partes templadas –al noroeste de la península de Baja
California, donde se desarrollan las más grandes– sólo constituyen una franja
pequeña.
Algunas especies de algas
llegan a formar bosques subacuáticos o sumergidos, de hasta 40 ó 50 metros de
profundidad, que al alcanzar la superficie del mar pueden extenderse y crecer
cientos de metros.
Para su desarrollo idóneo,
abundó el especialista en el Foro de Química del Museo de las Ciencias Universum,
se requieren condiciones ambientales, geológicas, morfológicas y oceanográficas
específicas.
De acuerdo con un enfoque tradicional, la
biotecnología es la aplicación y manipulación de los seres vivos –en sus
organismos o componentes, así como en sistemas biológicos– para la obtención de
bienes y servicios en beneficio del ser humano; esta técnica ha sido utilizada
desde hace miles de años.
En la actualidad, con los
métodos de manipulación vía genética molecular, la biotecnología experimenta
cambios. Hoy, la transformación de los organismos ha pasado de una fase
empírica a otra científica, en la cual las modificaciones se logran mediante el
manejo de la información genética, del Ácido Desoxirribonucleico (ADN), como en
el caso de los transgénicos. Las algas no son la excepción.
Los expertos utilizan algas
marinas por que son “plantas sencillas” no vasculares, que pertenecen a
diferentes grupos: Chlorophyta, Phaeophyta y Rhodophyta o verdes, cafés y
rojas, respectivamente, de acuerdo con el tipo de pigmentos y coloración que
poseen, apreciable a simple vista, expuso Carlos Candelaria.
En términos generales, las
algas marinas viven adheridas al sustrato rocoso o arenoso del fondo marino.
Este modo de vida es conocido como bentónico y se encuentra desde la orilla del
litoral, donde fluctúa el nivel de las mareas u oleaje, hasta la zona sublitoral
sumergida a alrededor de 200 metros de profundidad.
Estas plantas tienen la
capacidad de fotosintetizar, es decir, de llevar a cabo sus funciones
metabólicas mediante la captación de luz como principal elemento energético.
Las algas, agregó Candelaria,
presentan gran diversidad morfológica, de estructuras, de aspectos funcionales;
por sus características y procesos celulares, tienen múltiples aplicaciones y
usos biotecnológicos: como alimento humano, medicina (mediante productos
directos o derivados), cosméticos (algoterapia), fertilizantes agrícolas,
forraje y alimento para animales, entre otros.
Su consumo es una tradición
milenaria en el Oriente, donde son parte de la alimentación y la cultura. Por
ejemplo, en China se comen desde el año 850 antes de nuestra era; en esa región
su valor comercial alcanza más de mil millones de dólares en ventas anuales.
De hecho, 160 especies de
algas son utilizadas como alimento; de ellas, 25 son clorofitas, 53 feofitas y
81 rodófitas. Tienen un alto contenido de proteínas: entre 25 y 35 por ciento,
lo que supone un beneficio para el ser humano, porque tales sustancias “pueden
ser incorporadas a la ingesta diaria de las personas”, afirmó.
Además, son una fuente
importante de vitaminas, como las A, D, B1, B2 y ácido
fólico, entre otras. Se utiliza en
sopas, guisados, ensaladas, sazonadores, entremeses, pastelillos, malteadas,
gelatinas, helados y demás. El pan de caja, por ejemplo, tiene componentes de
esos vegetales marinos para la estabilización de la masa.
Su uso medicinal también es
antiguo; en China y Japón, por mencionar un caso, se ha utilizado para tratar
la gota. En otras partes del mundo para tratar problemas glandulares y curar
heridas, quemaduras, salpullido, o bien, como anticancerígeno.
También pueden ser
antivirales, como en el caso del herpes, y al parecer, según el Journal of
Applied Phicology, ya se realizan pruebas para tratar el VIH. Algunas algas
rodófitas, cuya cubierta es de carbonato de calcio –por ejemplo la
“corallina”–, son útiles en implantes odontológicos.
En todas las cápsulas con
medicina que se ingieren, abundó el universitario, la cubierta es algún
derivado de las algas, las cuales también ofrecen tratamientos cosméticos
mediante productos como champú, acondicionadores, mascarillas, cremas
reductoras y faciales, geles, lociones y tintes para el cabello, entre otros
usos.
Además, la flora marina es
utilizada como fertilizante, ya que al secarse se utiliza como abono directo.
En otros casos se obtienen extractos líquidos que se colocan en forma de gotas
en jardines, invernaderos y cultivos:
“Los vegetales se vuelven más productivos y consistentes, aumenta el proceso de
captación de nutrientes y la resistencia al estrés, entre otros beneficios”,
revela.
En el suelo crean ventajas de
manera indirecta: pueden coadyuvar al incremento de la capa de humus y la
capacidad de retención del agua, con provecho para los cultivos.
Las algas rojas y cafés tienen
un alto contenido de geles, llamados ficocoloides, que las hacen atractivas
para la biotecnología. Esta especie de “gelatinas” está formada por
polisacáridos o componentes de las paredes celulares, y básicamente son de tres
tipos: alginatos, carragenanos y agar.
A partir de ellos se pueden
obtener gomas, lubricantes libres de grasa, moldes dentarios, pinturas,
insecticidas; además de estabilizadores para productos lácteos, alimentos
dietéticos y pastas dentales.
En la actualidad, las algas se
manipulan genéticamente y hasta se hacen transgénicos con el propósito de
mejorar los cultivos, finalizó Carlos Candelaria Silva.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Carlos
Candelaria, integrante del Herbario de la Facultad de Ciencias de la UNAM, la
ficotecnología es útil para la obtención de fármacos.
Pie de foto 2
Durante el Foro
de Química en Universum, Carlos Candelaria, del Herbario de la Facultad de
Ciencias, habló de las múltiples aplicaciones que tienen las algas en fármacos
y otros productos.