06:00 hrs. Septiembre 06 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-672

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

LOS BENEFICIOS DEL ECOTURISMO AÚN NO BENEFICIAN A TODA LA POBLACIÓN DE LA SELVA MAYA

 

·        La Selva Maya es el último reducto de bosque tropical que comparten México, Belice y Guatemala

·        Algunas de las ventajas del ecoturismo son anuladas por el incremento en el costo de la vida y por una mayor desigualdad entre las poblaciones

·        El mayor logro de este tipo de proyectos percibido por los pobladores de esta zona es el de la preservación de zonas naturales y culturales protegidas

 

El ecoturismo se ha convertido en una alternativa económica para los habitantes de las comunidades de la región Selva Maya, último reducto de bosque tropical que comparten México, Belice y Guatemala; sin embargo, los beneficios económicos no cubren a toda la población, aseguró Magali Daltabuit, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), de la UNAM.

 

El resultado más significativo del ecoturismo para las comunidades, apuntó, se centra en empleos con bajos salarios, ya sea como guías, guardianes o en establecimientos turísticos como hoteles, restaurantes y tiendas. También se generan puestos  temporales en las excavaciones arqueológicas o en la construcción.

 

No obstante, en la mayoría de los casos, los beneficios de estos trabajos son insuficientes para producir cambios importantes en la calidad de vida de los habitantes locales y en la conservación del ambiente, manifestó.

De acuerdo con los resultados de la investigación desarrollada por el CRIM de 1996 a 1998, en la cual colaboró Daltabuit, los pobladores de la comunidad en muy pocas ocasiones ostentaron la propiedad de los establecimientos, al concentrarse en gente externa.

 

En el ámbito local, el ecoturismo generó un incremento en los ingresos de algunos habitantes y ayuda para dotar a sus comunidades de una mejor infraestructura, en particular de carreteras y electricidad, afirmó en la conferencia “Ecoturismo y Desarrollo Sustentable en el Mundo Maya”, realizada en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de esta casa de estudios.

 

Sin embargo, precisó, los beneficios disminuyen entre los habitantes locales por el incremento en el costo de la vida y por una mayor desigualdad entre las poblaciones.

 

Además, los residentes perciben que la mayor parte de las ganancias las acaparan agentes del sector gubernamental o empresarial, y que no las reinvierten en servicios para la comunidad.

 

El mayor logro de los proyectos ecoturísticos percibido por los pobladores de las comunidades estudiadas, dijo, es la preservación de las áreas naturales y culturales protegidas. Sin embargo, en el establecimiento de zonas arqueológicas, el concepto de conservación de los recursos, como flora, fauna y agua, no se considera una prioridad.

 

Los resultados obtenidos, destacó, permiten generalizar el impacto del Programa Mundo Maya en toda la región. Éste se creó como una estrategia para promover el ecoturismo en la región Selva Maya y propiciar su desarrollo sustentable.

 

Si bien promueve un crecimiento en infraestructura en la zona, no existe un progreso simultáneo en áreas críticas en el ámbito comunal, como la salud, la educación, servicios de agua potable y drenaje.

 

El ecoturismo no es una actividad sustentable sólo por el hecho de enfocarse en los espacios naturales o culturales protegidos. En los desarrollos ecoturísticos estudiados, indicó, impera la racionalidad económica, y se sigue, sin tomar en cuenta los costos ecológicos y sociales de la actividad.

 

El Programa Mundo Maya, que plantea el incremento de proyectos turísticos con la participación directa de las comunidades rurales, es un éxito económico para los empresarios y operadores turísticos nacionales e internacionales, pero no ha permitido que los habitantes de la región se apropien de sus recursos, ni que tengan una mejor calidad de vida.

 

De acuerdo a la antropóloga, para lograr que el ecoturismo sea realmente una alternativa económica sustentable, debe basarse en un nuevo significado político, ideológico y moral del desarrollo, que lleve a una reubicación del poder y de la toma de decisiones.

 

Además, promover la devolución del poder de los sistemas políticos centrales a los locales, a las comunidades, para hacerlas más autónomas, permitiendo su reapropiación del ambiente, abundó.

 

Indicó que el ecoturismo es una estrategia prometedora para generar fondos para la conservación ambiental. En el ámbito local, puede representar una alternativa económica para los habitantes de las zonas naturales o culturales protegidas, que ayude a revertir la degradación del entorno.

 

Sin embargo, sólo se pueden alcanzar beneficios positivos si los proyectos de ecoturismo incorporan mecanismos que aseguren objetivos sociales y ambientales, que puedan producir rendimientos económicos más equitativos. Es decir, que el éxito del ecoturismo depende de la posición que asuma la población local.

 

Las comunidades rurales de la Selva Maya incluidas en la investigación que realizó el CRIM son Cobá y Punta Laguna, en el estado de Quintana Roo, México; San José Succotz y Bermudian Landing, en Belice; y el Remate y Uaxactún en Departamento de El Petén, en Guatemala.

 

 

 

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PIES  DE FOTO

 

FOTO 1

 

Son aún insuficientes los beneficios del ecoturismo para las comunidades de la región de la Selva Maya, aseguró Magali Daltabuit, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

 

Foto 2

 

Magali Daltabuit, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que el resultado más significativo del ecoturismo para las comunidades de la Selva Maya se centra en empleos con bajos salarios, ya sea como guías, guardianes o en hoteles, restaurantes y tiendas.