Boletín UNAM-DGCS-672
Ciudad Universitaria
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LOS BENEFICIOS DEL ECOTURISMO AÚN NO BENEFICIAN A TODA LA POBLACIÓN DE LA SELVA MAYA
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La Selva Maya es el último reducto de bosque
tropical que comparten México, Belice y Guatemala
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Algunas de las ventajas del ecoturismo son
anuladas por el incremento en el costo de la vida y por una mayor desigualdad
entre las poblaciones
·
El mayor logro de este tipo de proyectos
percibido por los pobladores de esta zona es el de la preservación de zonas
naturales y culturales protegidas
El ecoturismo se ha convertido en una alternativa
económica para los habitantes de las comunidades de la región Selva Maya,
último reducto de bosque tropical que comparten México, Belice y Guatemala; sin
embargo, los beneficios económicos no cubren a toda la población, aseguró
Magali Daltabuit, investigadora del Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (CRIM), de la UNAM.
El resultado más significativo del ecoturismo para las
comunidades, apuntó, se centra en empleos con bajos salarios, ya sea como
guías, guardianes o en establecimientos turísticos como hoteles, restaurantes y
tiendas. También se generan puestos
temporales en las excavaciones arqueológicas o en la construcción.
No obstante, en la mayoría de los casos, los beneficios
de estos trabajos son insuficientes para producir cambios importantes en la
calidad de vida de los habitantes locales y en la conservación del ambiente,
manifestó.
De acuerdo con los resultados de la investigación
desarrollada por el CRIM de 1996 a 1998, en la cual colaboró Daltabuit, los
pobladores de la comunidad en muy pocas ocasiones ostentaron la propiedad de
los establecimientos, al concentrarse en gente externa.
En el ámbito local, el ecoturismo generó un incremento en
los ingresos de algunos habitantes y ayuda para dotar a sus comunidades de una
mejor infraestructura, en particular de carreteras y electricidad, afirmó en la
conferencia “Ecoturismo y Desarrollo Sustentable en el Mundo Maya”, realizada
en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de esta casa de estudios.
Sin embargo, precisó, los beneficios disminuyen entre los
habitantes locales por el incremento en el costo de la vida y por una mayor
desigualdad entre las poblaciones.
Además, los residentes perciben que la mayor parte de las
ganancias las acaparan agentes del sector gubernamental o empresarial, y que no
las reinvierten en servicios para la comunidad.
El mayor logro de los proyectos ecoturísticos percibido
por los pobladores de las comunidades estudiadas, dijo, es la preservación de
las áreas naturales y culturales protegidas. Sin embargo, en el establecimiento
de zonas arqueológicas, el concepto de conservación de los recursos, como
flora, fauna y agua, no se considera una prioridad.
Los resultados obtenidos, destacó, permiten generalizar
el impacto del Programa Mundo Maya en toda la región. Éste se creó como una
estrategia para promover el ecoturismo en la región Selva Maya y propiciar su
desarrollo sustentable.
Si bien promueve un crecimiento en infraestructura en la
zona, no existe un progreso simultáneo en áreas críticas en el ámbito comunal,
como la salud, la educación, servicios de agua potable y drenaje.
El ecoturismo no es una actividad sustentable sólo por el
hecho de enfocarse en los espacios naturales o culturales protegidos. En los
desarrollos ecoturísticos estudiados, indicó, impera la racionalidad económica,
y se sigue, sin tomar en cuenta los costos ecológicos y sociales de la
actividad.
El Programa Mundo Maya, que plantea el incremento de
proyectos turísticos con la participación directa de las comunidades rurales,
es un éxito económico para los empresarios y operadores turísticos nacionales e
internacionales, pero no ha permitido que los habitantes de la región se
apropien de sus recursos, ni que tengan una mejor calidad de vida.
De acuerdo a la antropóloga, para lograr que el
ecoturismo sea realmente una alternativa económica sustentable, debe basarse en
un nuevo significado político, ideológico y moral del desarrollo, que lleve a
una reubicación del poder y de la toma de decisiones.
Además, promover la devolución del poder de los sistemas
políticos centrales a los locales, a las comunidades, para hacerlas más
autónomas, permitiendo su reapropiación del ambiente, abundó.
Indicó que el ecoturismo es una estrategia prometedora
para generar fondos para la conservación ambiental. En el ámbito local, puede
representar una alternativa económica para los habitantes de las zonas
naturales o culturales protegidas, que ayude a revertir la degradación del
entorno.
Sin embargo, sólo se pueden alcanzar beneficios positivos
si los proyectos de ecoturismo incorporan mecanismos que aseguren objetivos
sociales y ambientales, que puedan producir rendimientos económicos más
equitativos. Es decir, que el éxito del ecoturismo depende de la posición que
asuma la población local.
Las comunidades rurales de la Selva Maya incluidas en la
investigación que realizó el CRIM son Cobá y Punta Laguna, en el estado de
Quintana Roo, México; San José Succotz y Bermudian Landing, en Belice; y el
Remate y Uaxactún en Departamento de El Petén, en Guatemala.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Son aún insuficientes los beneficios
del ecoturismo para las comunidades de la región de la Selva Maya, aseguró
Magali Daltabuit, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de
la UNAM.
Foto 2
Magali Daltabuit, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que el resultado más significativo del ecoturismo para las comunidades de la Selva Maya se centra en empleos con bajos salarios, ya sea como guías, guardianes o en hoteles, restaurantes y tiendas.