11:30 hrs. Septiembre 01 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-660

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

MÉXICO, PAÍS LLENO DE CONTRASTES EN TORNO AL TEMA DEL AGUA

 

·        Roberto Moreno Colín, de la FES Iztacala, dijo que ha comenzado una crisis del agua: por un lado el recurso se agota y, por el otro, está contaminado

·        La pérdida de los lagos es factor determinante en la transformación del paisaje en el Valle de México, pues eran fuente de alimento, agricultura, planeación urbana y medio de transporte de la zona, señaló Gloria Valek, de la revista ¿Cómo ves?

 

México es un país de contrastes en torno al tema del agua. En el norte, noreste y centro, donde se concentra 84 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y 77 por ciento de la población, sólo se cuenta con 28 por ciento del vital líquido.

 

Por el contrario, la zona sureste, donde se genera el 16 por ciento del PIB y vive 23 por ciento de la gente, concentra el 72 por ciento del recurso. Llevarla de un lugar a otro implica costos inimaginables y la búsqueda de alternativas, afirmó Roberto Moreno Colín, catedrático de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.

 

El catedrático, quien participó en la mesa redonda El agua en la ciudad de México, un recurso castigado, señaló que en la actualidad los gobiernos están preocupados porque se ha comenzado a generar una crisis en la disposición del líquido.

 

Por un lado se agota, en especial en los mantos freáticos de los cuales se extrae y, por el otro, muchos cuerpos de agua se hallan contaminados por la eliminación de desechos sólidos de las zonas urbanas.

 

Precisó que el recurso hídrico contaminado afecta al ser humano y a los demás seres vivos. Los resultados a futuro de ese hecho son impredecibles, pero incluso podría provocar la pérdida de algunos organismos.

 

Por ello, advirtió Moreno, se debe concientizar a la población sobre la importancia de cuidar el agua: “México no es una potencia hidráulica como Canadá, que cuenta con 90 mil 796 metros cúbicos disponibles por persona al año; nuestro país sólo tiene 4 mil 675”.

 

En opinión del especialista, entre los mexicanos no existe una “cultura del agua” porque está subsidiada y no sabemos cuál es su precio real. “Si hacemos el cálculo de medio litro embotellado a un precio de tres pesos y cada persona utiliza 200 litros, pagaría mil 200 pesos por su consumo diario”, reveló.

 

Para la sociedad parece “normal” tomar el agua de la naturaleza, pero nunca ha considerado qué pasaría si se agotara o si pusiera en juego, incluso, la producción de alimentos.

 

En este problema influye también el cambio de valores, la forma como percibimos el recurso: se trata del líquido que sale al abrir el grifo o de un “objeto” que se puede comprar y cuyo costo otorga el derecho incluso, a desperdiciarlo. En realidad, el agua es un sinónimo de vida y debería considerarse sagrada, concluyó Roberto Moreno.

 

Por su parte, Gloria Valek, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, recordó que hace 500 años la cuenca del Valle de México poseía abundante vegetación y estaba poblada por gran variedad de especies animales. La ciudad más grande, Tenochtitlán, estaba construida con base en una planeación cuidadosa. Además de ser un conjunto urbano hermoso estaba ambientalmente equilibrado.

 

La también jefa de redacción de la revista ¿Cómo ves? mencionó que la región contaba con cinco lagos: Xaltocan y Zumpango al norte; Texcoco al centro, y Xochimilco y Chalco al sur, los cuales constituían el principal componente del paisaje.

 

Explicó que en poco menos de 500 años, múltiples factores ocasionaron la transformación del paisaje, pero ninguno tan determinante como la pérdida gradual de los lagos, que alguna vez constituyeron la principal fuente de alimento, agricultura, planeación urbana y medio de transporte de la zona.

 

El drenaje del agua permitió expandir la ciudad, pero ocasionó una pérdida irreversible en el suministro de agua y, en diversas áreas, dejó al descubierto lechos lacustres que resultaron inútiles para cualquier actividad económica debido a su salinidad natural. Eso produjo, especialmente en Texcoco, áreas desaprovechadas donde por décadas se acumuló polvo, lodo y basura que en los meses secos provocan tolvaneras y en los lluviosos, enormes charcos insalubres.

 

Hoy, afirmó Valek, el aspecto general del Valle de México es el de una planicie urbana árida con la mayor parte de sus bosques devastados, su suelo erosionado y pocas tierras de cultivo: “La contaminación del agua y del aire, y el incesante crecimiento de la población han minado su fisonomía con el consecuente deterioro de la calidad de vida de sus habitantes”.

 

La historiadora comentó que la Conquista no sólo alteró la estructura social y cultural del mundo prehispánico, sino también el medio ambiente de la región. La nueva concepción arquitectónica y económica no contempló la presencia de canales y lagos. Las inundaciones se convirtieron en un problema recurrente en la historia de la capital, favorecidas por la masiva tala de árboles y la disposición desordenada de la urbe.

 

Diversas obras drenaron el agua de la cuenca. La desecación de los lagos se concluyó en el siglo XX, pero ello provocó problemas más graves: el espacio que antes estuvo ocupado por agua, vegetación y diversidad de especies animales ahora está poblado por 18 millones de personas, más de 4 millones de vehículos, y miles de viviendas, fábricas e industrias.

En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México los recursos naturales están exhaustos o se encuentran en grave proceso de deterioro, dijo Gloria Valek. ¿Cómo es posible que una ciudad edificada sobre una cuenca bañada por cinco lagos, alimentados a su vez por once ríos e innumerables arroyos sufra hoy aridez y enormes problemas de abastecimiento de agua potable?, cuestionó.

 

Entre las soluciones exploradas recientemente en el marco de esfuerzos gubernamentales para resolver el problema del agua, destacan el proyecto Texcoco y el plan de rescate ecológico de Xochimilco.

 

El primero, por ejemplo, ha transformado el paisaje y ha recuperado cierto grado de humedad para la zona, se tratan aguas negras y diversas especies animales, incluidas aves migratorias, habitan en la zona o en áreas vecinas.

 

La profesora universitaria reconoció que es imposible recuperar el antiguo sistema lacustre, pero el rescate de algunos de los recursos hidráulicos del valle significa que todavía puede actuarse para detener y, a largo plazo, revertir la degradación definitiva de este espacio urbano, que propicie un ambiente más sano y mejores condiciones de vida para los habitantes, finalizó.

 

 

 

---o0o---

 

 

 

 

PIES DE FOTO

 

 

FOTO 1

 

Gloria Valek, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, recordó que la antigua ciudad de Tenochtitlán, construida sobre un lago, era un conjunto urbano ambientalmente equilibrado.

 

FOTO 2

 

La pérdida gradual de los lagos transformó el paisaje actual de la Ciudad de México, devastando los ecosistemas nativos, señaló Gloria Valek, jefa de redacción de la revista ¿Cómo ves?