06:00 hrs. Julio 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-567

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

MORTAL, LA ORINA DE ANIMALES POR INADECUADA O NULA ATENCIÓN

 

·        Francisco Monroy López, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, señaló que los principales vehículos de la leptospirosis son las ratas, perros, gatos, vacas y cerdos

·        Para que la bacteria de la leptospira pueda sobrevivir requiere de un ambiente húmedo y es de fácil transmisión, dijo

·        La bacteria se ha encontrado en el 25 por ciento de los perros de la ciudad de México, población calculada en alrededor de tres millones

 

A pesar  de existir vacunas preventivas y tratamientos para atacar la enfermedad de leptospirosis, ocasionada por la orina de ratas, perros, gatos, vacas y cerdos, una inadecuada o nula atención puede convertirla en un padecimiento mortal, aseguró Francisco Monroy López, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

 

El epidemiólogo puntualizó que estos animales son los principales transmisores de la enfermedad, a través de la eliminación de orina, que puede contaminar alimentos o producir infecciones cutáneas cuando tiene contacto con piel reblandecida o con alguna herida.

 

Por ejemplo, dijo, en el caso de los perros, en la Ciudad de México se ha encontrado la bacteria en el 25 por ciento de una población de alrededor de tres millones de canes. Si se considera que hay un animal de esta especie por cada siete habitantes, se estima que en todo el territorio nacional hay unos 15 millones de mascotas.

Empero, varía el porcentaje de acuerdo a la zona que se trate. Esto es, donde los animales reciben atención veterinaria la leptospira está prácticamente ausente y prolifera la infección donde están descuidados y deambulan libremente.

 

Además de la vacuna contra la rabia, a los perros se les debe aplicar la triple: moquillo, hepatitis y leptospirosis. Como es una enfermedad considerada “normal”, existen varios métodos preventivos, que requieren previa atención del veterinario.

 

Por otra parte, los gatos también están expuestos porque tienen el hábito de utilizar a las ratas como presas, andan por los mismos lugares y tienen el riesgo de infectarse. Hay poca información, pero se cree que el porcentaje de animales infectados es elevado.

 

En un estudio de cálculo de población, se estimó que hay aproximadamente un gato por cada 30 personas, es decir, en el Distrito Federal es posible que haya cerca de 700 mil gatos; en todo el país habría tres millones.

 

La bacteria de la leptospira pertenece al grupo de las zoonosis, es decir, de las enfermedades que se transmiten de los animales hacia el hombre; es una bacteria de la familia de las espiroquetas, que tienen forma de sacacorchos y son muy frágiles en el ambiente; para sobrevivir requieren de un ambiente húmedo, de lo contrario o si hay presencia de desinfectantes o algún otro producto que pueda alterar su estructura, mueren.

 

La enfermedad, subrayó, puede llegar a ser mortal por falta de atención, inmunosupresión o por factores de riesgo relacionados con la sensibilidad de grupos de población vulnerable, como los niños, ancianos y personas inmunodeprimidas.

 

Puede producir muerte fulminante o parálisis hepática, debido a una infección masiva de leptospirosis sin atención o con un tratamiento inadecuado, aunque los decesos no son frecuentes ni comunes.

 

Sin embargo, el especialista no dio una cifra exacta sobre el número de personas que han padecido esta enfermedad, porque la información existente es sólo un reflejo parcial de la realidad; sin embargo, las tasas oficiales mencionan la afectación del uno por ciento de la población.

 

El especialista indicó que la presencia del padecimiento es bastante frecuente, por tratarse de una bacteria que está en el ambiente, pero está más asociada con personas que trabajan estrechamente con animales.

 

Asimismo, expresó, aparece cuando se presentan inundaciones, desbordamiento de ríos o huracanes, con la consiguiente mezcla de aguas limpias con negras. El líquido se contamina y es frecuente que haya brotes infecciosos.

 

Precisó que no siempre que se presenta leptospirosis se le relaciona con la orina del animal, porque también entre humanos se pueden contaminar los alimentos.

 

Se trata, dijo, de una enfermedad asociada con zonas donde hay escasez de servicios sanitarios, como falta o insuficiencia de agua potable y drenaje, así como la presencia de fauna nociva, sobre todo roedores, pero también perros y gatos que no reciben atención veterinaria.

 

Los perímetros donde no se registra la leptospirosis se caracterizan por contar con infraestructura urbana desarrollada, como agua potable, drenaje y pavimentación, externó. La Ciudad de México, por ejemplo, no padece frecuentemente de este mal; sin embargo, en los estados de la república puede encontrarse una tasa elevada.

 

Abundó que aunque hay varios cuadros clínicos, la entrada de esta bacteria al cuerpo humano produce una sintomatología caracterizada por la infección de vías urinarias, con dolor y dificultad para orinar. También se puede presentar en forma cutánea y producir una infección severa.

 

La ventaja, resaltó, es que en cualquiera de sus formas la enfermedad es curable, pues la bacteria se puede tratar con antibióticos comunes como penicilinas, siempre y cuando se diagnostique en forma adecuada y a tiempo. Incluso el gobierno federal tiene proyectado expedir una norma oficial para prevenirla y controlarla.

 

Monroy López refirió que para un adecuado diagnóstico se requieren análisis previos, pues el tratamiento no da resultados sin una detección adecuada.

 

El diagnóstico de leptospira no es fácil, destacó, porque la sintomatología se confunde con otras enfermedades y, al ser una bacteria muy delicada, se dificulta analizarla. De hecho, el encargado de atacar este mal en el sector salud, es el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE).

 

El tratamiento curativo, apuntó, no sólo se debe aplicar al individuo enfermo sino a la familia completa, porque es probable que se trate de un mal que afecta a todos los que viven bajo un mismo techo.

 

Dejó en claro que sólo se convierte en una enfermedad contagiosa cuando se contaminan los alimentos de otras personas y no por tos o estar cerca del afectado.

 

Pero, también hay factores de riesgo relacionados  con los hábitos personales, como caminar en aguas asentadas que pueden estar contaminadas, como lagos, charcas o sitios donde los animales se acercan a beber agua y a orinar. Incluso en balnearios donde se permite el acceso a perros que expulsan sus desechos.

 

De no tener la precaución de utilizar calzado en esos lugares, manifestó, la bacteria es capaz de atravesar la piel intacta, cuando está suficientemente reblandecida por el agua.

 

Dadas sus características de sacacorchos, anotó el investigador, con una mínima fisura la leptospira penetra en el organismo por vía cutánea. En esta forma es más fácil que se transmita de persona a persona, siempre y cuando exista una herida.

 

Por otra parte, detalló, las ratas son importantes transmisoras de la enfermedad, pues cerca del 50 por ciento son portadoras de la bacteria aún cuando estén sanas, lo que propicia que permanezcan durante largas temporadas infectadas y sin morir.

 

Consideró difícil determinar el número de roedores existentes con ese mal, por ser animales pequeños y que, por lo regular, viven escondidos en madrigueras. Un número conservador sería un ratón por cada tres personas, lo que significa que hay entre 30 y 40 millones ratas por cada diez millones de personas.

 

Los roedores también adquieren el padecimiento al consumir alimentos contaminados por la orina de otros animales que se encuentren enfermos; así se lo transmiten entre ellos.

Explicó que cuando estos animales consumen comida en bodegas o sitios donde se almacenan alimentos, orinan y defecan sobre ellos. Si no se tiene la precaución adecuada de taparlos y mantenerlos limpios, pueden resultar contaminados y provocar que enferme la persona que los ingiere.

 

Sin embargo, las ratas no son los únicos animales con este padecimiento. También la adquieren los considerados domésticos, como perros, gatos, vacas y cerdos, aunque en ellos se aplican en forma normal vacunas contra la leptospirosis.

 

La situación económica de los dueños, también es un factor determinante para que los animales domésticos estén infectados. En los estratos económicos bajos es muy probable que haya una alta tasa de prevalencia de esta bacteria.

 

Finalmente, el epidemiólogo de la FMVZ enumeró una serie de medidas preventivas contra la leptospirosis, sobre todo para evitar roedores: colocar coladeras en los drenajes, guardar los alimentos en recipientes cerrados y en sitios adecuados, incrementar la higiene y manejar los depósitos de basura en forma higiénica.

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 1

 

A pesar de existir vacunas preventivas y tratamientos para atacar la enfermedad de leptospirosis, ocasionada por la orina de ratas, perros, gatos, vacas y cerdos, una inadecuada o nula atención puede convertirla en un padecimiento mortal, aseguró el académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, Francisco Monroy López.

 

 

FOTO 2

 

El investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, Francisco Monroy López, sostuvo que la leptospira puede producir muerte fulminante o parálisis hepática, debido a una infección masiva sin atención o con un tratamiento inadecuado; aunque los decesos no son frecuentes ni comunes.