Boletín UNAM-DGCS-495
Ciudad Universitaria
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Pies de fotos al
final del boletín
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El país no tiene las condiciones
sociopolíticas básicas para lograr un
cambio hacia un sistema de orden parlamentario o mixto, aseguró el académico
Carlos Quintana Roldán
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La no reelección absoluta debe permanecer
inalterable en el país, dijo
México transita hacia el
desmantelamiento del presidencialismo, para ubicar en su dimensión real y
jurídica al Poder Ejecutivo Federal, luego de largas décadas de un ejercicio
extremo y sin recato, afirmó el catedrático de la Facultad de Derecho (FD) de
la UNAM, Carlos Quintana Roldán, quien advirtió que el principio de no
reelección absoluta debe permanecer inalterable en el país.
Al dictar la conferencia “Poder Ejecutivo” en la FD,
Quintana Roldán consideró necesario reestructurar un sistema presidencial
equilibrado, operante y funcional, con fuertes controles jurídicos del
Legislativo y del Judicial en sus respectivos apartados de competencias
legales.
En el marco del ciclo La
división de Poderes en el Estado Mexicano, el profesor explicó que un sistema
presidencial –ya no presidencialismo– se debe caracterizar, sobre todo, por el
absoluto respeto a la ley.
En dicho sistema, abundó, el
titular del Ejecutivo debe ser ejemplo de apego al Derecho, por lo que no
deberá invadir o sobreponerse a las competencias de otros órganos de Estado, o
de otros Poderes.
En torno a la serie de
propuestas surgidas para la instauración en México de un sistema de orden
parlamentario o mixto para finiquitar el presidencialismo que caracterizó al
sistema político, el doctor en Derecho Constitucional y Administrativo
sentenció que el país no tiene las condiciones sociopolíticas básicas para
lograr de manera positiva este cambio.
Explicó que México cuenta con
una escasa cultura política parlamentaria, que no serviría de soporte a un
cambio tan drástico en las
instituciones políticas mexicanas. “Un cambio de 180 grados, de un
presidencialismo desbordante hacia un parlamentarismo, sería hasta traumático
para el mundo político e institucional de la Nación”, advirtió.
Sin embargo, propuso la
ratificación por parte del Senado de la República de algunos secretarios de
despacho cuyas tareas son estratégicas para el país. Entre ellos, mencionó a los
titulares de las secretarías de Relaciones Exteriores, Hacienda, Seguridad
Pública, Defensa Nacional, Marina y Desarrollo Social, así como los directores
de Pemex y el Seguro Social.
En lo relativo a la
sustitución presidencial y su complicada reglamentación en la Constitución
actual, el jurista se pronunció por un mecanismo de control automático, como la
instauración de la figura del vicepresidente u otra de sustitución per se, por
algún secretario de Despacho, como el
de Gobernación, por ejemplo.
De esta manera, dijo, se
podrían evitar graves conflictos políticos y hasta enfrentamientos violentos
entre los diversos sectores nacionales.
En situaciones políticas como
las que actualmente vive el país, e inclusive en circunstancias futuras de
mayor atomización de las fuerzas políticas nacionales, sería francamente
complicada la designación por el Congreso, o en su caso por la Comisión
Permanente, de un Presidente interino, provisional o sustituto, según fuere el
caso, opinó.
El especialista indicó que las
importantes facultades que corresponden
al Poder Ejecutivo, tanto como Jefe de Estado, como jefe de Gobierno,
dan nota de la enorme trascendencia jurídica, política y social de su
actividad. Por ello, el Presidente tiene, sin lugar a dudas, el principal espacio político de la Nación y su presencia
diaria en los temas noticiosos es indispensable.
Sin embargo, explicó, a su
amplia gama de facultades y atribuciones estrictamente legales se le adicionan
otras, llamadas “meta constitucionales” –es decir, más allá de la ley–, y todo
ello fue otorgando al Presidente de la República un papel central en los
diversos órdenes político, económico y
social, surgiendo el fenómeno del “presidencialismo”, entendido como una
preponderancia real del Ejecutivo sobre los otros poderes: Legislativo y
Judicial.
En general, vivíamos la figura
de un Presidente con poder avasallador sobre la sociedad en su conjunto, y
sobre todos sus órdenes y sectores, agregó.
México, apuntó, durante largas
décadas fue el ejemplo típico, y a la vez folclórico, de un presidencialismo
extremo y sin recato. Sin embargo, aseguró, “esta situación se encuentra en
franco cambio, gracias al equilibrio
que la nueva configuración de fuerzas políticas le está dando a la Nación,
especialmente, en lo referente al Poder Legislativo y debido también, a la
seriedad actual de la Suprema Corte y
demás integrantes del Poder Judicial.”
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PIES DE FOTO
FOTO 1
El académico
Carlos F. Quintana Roldán dictó la
conferencia “Poder Ejecutivo” en la
Facultad de Derecho de la UNAM “, donde explicó que estamos transitando al desmantelamiento del presidencialismo.
FOTO 2
Un sistema presidencial, que ya no presidencialismo, se debe caracterizar sobre todo por el absoluto respeto a la ley, indicó el profesor de la Facultad de Derecho, Carlos Quintana Roldán, al dictar la conferencia “El Poder Ejecutivo”.