Boletín UNAM-DGCS-477
Ciudad Universitaria
![]() |
![]() |
![]() |
Pies de fotos al final de Boletín
POETAS CÉLEBRES MUEREN SIN SER LEÍDOS: EDUARDO LIZALDE
·
Mientras en los años 60 no se leía
poesía en México, en la actualidad es posible observar el aumento considerable
en el número de lectores de este género, indicó
·
El poeta suele encontrar el camino sólo
después de mucho sufrimiento estético y literario, dijo
Ante la preferencia de la
gente por leer narrativa en lugar de poesía, algunos de los grandes autores de
ese género se vieron al borde de la tumba prácticamente sin haber sido leídos,
afirmó el escritor Eduardo Lizalde, en la primera sesión del curso Ser poeta en
México, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).
Ser poeta en México implica
las mismas dificultades que en cualquier parte del mundo, dijo Lizalde durante
su participación en la sesión que forma parte de las actividades de la Cátedra
Extraordinaria Maestros del Exilio Español.
El autor de El tigre en la
casa, señaló que por lo regular la gente prefiere leer obra narrativa, en lugar
de poesía. De hecho, señaló, algunos de los grandes autores de este género se
vieron al borde de la tumba prácticamente sin haber sido leídos.
Tal es el caso de Ramón López
Velarde. Sólo unos cuantos amigos cercanos, algunos especialistas y admiradores
conocían su obra cuando acaeció su muerte, a los 33 años de edad: “Sin embargo,
esto no sólo ocurrió con López Velarde, sino también con otros literatos
contemporáneos mexicanos”, afirmó.
La narrativa, explicó, dispone
de asideros y atractivos para el lector, es decir, cuenta anécdotas, describe
personajes y escenarios, que la hacen más fácil de comprender, sobre todo entre
un público no capacitado en el conocimiento de la literatura. En cambio,
abundó, la poesía utiliza más bien un lenguaje abstracto, complejo y cerrado;
los elementos descriptivos son menores y los valores poéticos requieren de
cierta especialidad.
Sin embargo, prosiguió el
también poeta, mientras en los años 60 no se leía poesía en México, en la
actualidad es posible observar un aumento considerable en el número de lectores
de este género. En este contexto, “una de las tareas más dolorosas y una de las
empresas más dudosas que puede acometer un joven escritor es la de la poesía”.
Quien opta por esta profesión, por lo regular no sabe si va a lograrlo, ni
hacia dónde camina, aseveró en el Aula Magna de la FFyL.
Quienes desean ser poetas
primero deben leer a los escritores que otras generaciones han celebrado y
consumido y, por lo mismo, los recomiendan. Después, abundó, procurarán
escribir textos que no se parezcan a los que han leído; en este sentido,
encontrar un sendero propio es un problema grave para el creador, pues siempre
se encuentra en el camino de la desorientación.
No es cierto que los jóvenes
poetas pueden llegar a tener un enorme talento; la mayor parte de las veces la
poesía se da generalmente en el periodo de la madurez, porque requiere de mucha
formación y lectura, pero sobre todo, requiere de vida, “no se puede hablar sin
suficiente vida en el tono con el que hablan los grandes poetas”, sostuvo.
Sin embargo, el poeta no sólo
vive de lo que lee y se le enseña. Como solía decir Platón: “se puede enseñar
técnica, prosodia y métrica con exactitud maravillosa a un grupo de alumnos, lo
que no se les puede enseñar es el genio”, es decir, el talento natural para
realizar cualquier actividad, acotó. Así, el poeta suele encontrar el camino
sólo después de mucho sufrimiento estético y literario; aunque, aclaró, muchas
veces nunca lo descubre.
Para quienes quieren dedicarse
al arte de escribir poesía, Lizalde recomendó no entregarse a la práctica de
leer lo que está de moda, porque “si no entendemos la tradición no podremos
escribir, ni tener la capacidad de juzgar a otros autores”.
Finalmente, comentó que la
poesía, aún la más original, es generacional, pues es producto de la
convivencia cultural, vital, social, filosófica e ideológica del escritor. “Tal
vez por eso, muchos poetas, vistos a la distancia, no son tan distintos unos de
otros como ellos creían”, concluyó.
---o0o---
FOTO 1
Ser poeta en
México implica las mismas dificultades que serlo en cualquier parte del mundo,
pues muchos poetas célebres murieron prácticamente, sin haber sido leídos,
afirmó el escritor Eduardo Lizalde durante la primera sesión del curso Ser
poeta en México, que se desarrolló en la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNAM
FOTO 2
El poeta Eduardo Lizalde afirmó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que mientras en los años 60 no se leía poesía en México, en la actualidad es posible observar un aumento considerable en el número de lectores de este género.