Boletín UNAM-DGCS-452
Ciudad Universitaria
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Pies de fotos al final del boletín
SOCIEDAD Y
GOBIERNO DEBEN TRABAJAR EN LA DEFENSA Y FORTALECIMIENTO DEL PATRIMONIO
CULTURAL: MARÍA DE LOS ÁNGELES MORENO
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Para ello, es necesario promover acciones
que integren y fortalezcan nuestro arraigo y soberanía, señaló la asambleísta
La diputada de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal aseguró que no se trata de cerrarnos, ni
pretender ser “una isla” o ignorar la globalización y sus efectos, sino
prepararnos desde el punto de vista intelectual, moral y de conocimiento para
poder intercambiar, proteger y enorgullecernos “de lo mejor de lo nuestro”.
En la conferencia Defensa
del patrimonio cultural ante los efectos de la globalización, que impartió en
el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM,
Moreno Uriegas afirmó que los bienes culturales no deben desaparecer en la
uniformidad que pretende olvidar y esfumar lo distinto, ni reducirse a
mercancía para masas; antes bien, es necesario promover acciones que integren y
fortalezcan nuestro arraigo y soberanía cultural.
En presencia del director de la FD,
Fernando Serrano Migallón, expuso que los poderes Legislativo y Ejecutivo son
responsables de crear las condiciones para la difusión de la cultura, así como
construir ambientes y espacios propicios donde florezcan estas manifestaciones.
Recordó que cultura y educación son
los ejes fundamentales en el avance de cualquier país, por lo que fomentarlas
contribuye a su consolidación. “Sin educación no hay posibilidad de desarrollo,
sin cultura no hay identidad”.
Se requiere adoptar una política
general que atribuya al patrimonio cultural una función en la vida colectiva e
integre la protección del mismo en los programas de planeación general, hecho
que debe reflejarse en un presupuesto sistemático para atender dicho asunto.
La legisladora dijo que el
patrimonio se considera sujeto a un
régimen de derecho y su conservación se encuadra en la protección del medio
ambiente y de los valores culturales, ambos conceptos enmarcados en los
derechos humanos de tercera generación.
Sin embargo, reconoció, los órganos
legislativos no sólo en México, sino en el mundo, se encuentran en una fase de
aprendizaje sobre cómo normar esta materia.
A pesar de ello, se trata de un
asunto apremiante, porque estamos ante una acelerada reestructuración de la
economía y de un reordenamiento político mundial. Además, las diversas
sociedades están afectadas por los ritmos intensos de la revolución
científico-tecnológica, elementos que reconfiguran la economía, la sociedad y
la cultura.
La globalización,
opinó, es la interacción de todos los países, empresas y consumidores, y a la
vez, un proceso segmentado y desigual porque si bien unifica e interconecta,
también excluye y dispersa. “Todo nuevo producto de una empresa mundial,
‘coloniza’ un territorio cultural, influye sobre costumbres, hábitos y valores,
y con frecuencia inicia una cadena de nuevos lenguajes”.
Ante este panorama, abundó, es
preciso establecer una identificación clara y amplia de los valores, ideas,
tradiciones y lugares que forman parte de nuestro patrimonio, para abordar
políticas públicas para su cuidado y difusión, de modo que se cree una
conciencia colectiva, ciudadana, de defensa de una herencia colectiva.
Propuso que se estructure un nuevo
marco normativo, adecuado a la realidad de interdependencia. Hasta tiempos
recientes, no había en nuestra ciudad un marco jurídico que abordara con visión
integradora la problemática de la cultura, los bienes culturales y el paisaje
urbano, y aún menos a la luz de la globalización.
En la Asamblea Legislativa se
promovieron dos instrumentos legales: las leyes de Fomento Cultural para el
Distrito Federal (aprobada y en vías de ser publicada) y de Paisaje Urbano
(cuya iniciativa ya fue presentada) para favorecer la defensa de valores
culturales y promover una mayor identidad de los citadinos con su entorno.
La primera ley plantea preservar y
difundir nuestro patrimonio, así como vincular el desarrollo cultural al
educativo, social y económico. Se reconoce que su preservación y promoción
corresponde a las autoridades, instituciones públicas y privadas, y en general,
a los habitantes de la urbe.
Se pretende que el fomento y
desarrollo cultural atienda principios tales como el rechazo a cualquier acto
discriminatorio, el reconocimiento y respeto a la diversidad e identidad, al
garantizar la conservación de tradiciones, así como la distribución equitativa,
plural y popular, para que las actividades de ese tipo lleguen a toda la
población.
En abril se presentó la iniciativa
de la Ley de Paisaje Urbano, que responde a la desaparición de áreas verdes, el
deterioro de las pocas zonas boscosas y lacustres, la invasión de reservas y la
afectación de edificios, colonias y calles tradicionales e históricas, así como
el uso indiscriminado de publicidad y una disposición inadecuada de residuos,
lo cual deteriora y resta belleza a la metrópoli.
Actualmente,
nuestro país no cuenta con un marco normativo ex profeso sobre el tema, sin
embargo, existen diversos ordenamientos que protegen y regulan aspectos
relacionados con el patrimonio cultural. Por ejemplo, existen las leyes
federales sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas y de Asentamientos
Humanos, y en la esfera local las de Protección Ecológica, de Desarrollo Urbano,
de Planeación, y de Salvaguarda del Patrimonio.
La iniciativa entiende al paisaje
urbano como el ámbito de las construcciones, instalaciones y elementos
naturales, públicos o privados, es decir, va más allá de lo histórico y
artístico. Es resultado de la acción del ser humano sobre el medio natural y
contiene valores históricos, estéticos y sociales, que constituyen un
patrimonio común y un recurso económico.
El proyecto, precisó María de los
Ángeles Moreno, busca que los ciudadanos, usuarios y visitantes convivan en un
espacio con dimensión humana, en donde la seguridad, limpieza, confort, las
manifestaciones culturales y la preservación de los valores sean un derecho
normado y exigible.
Se trata de que todos gocemos de un
entorno armónico, por lo que se propone una ciudad libre de contaminación
visual mediante el reordenamiento de la publicidad exterior, que deberá cumplir
con reglas claras en materia de ubicación, seguridad, saturación y tamaño,
entre otras medidas.
Pero los instrumentos jurídicos son
una parte de las acciones para preservar nuestra identidad. Sería importante
elevar a rango constitucional la protección y preservación del patrimonio, y
actualizar los planes de estudio en todos los niveles educativos para
contribuir a la formación de una cultura de la conservación, finalizó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Gobierno y
sociedad deben trabajar conjuntamente en la defensa, fortalecimiento y proyección
de nuestra identidad y patrimonio cultural, señaló María de los Ángeles Moreno,
durante la conferencia Defensa del patrimonio cultural ante los efectos de la
globalización, que impartió en la Facultad de Derecho de la UNAM.
FOTO 2
María de los Ángeles
Moreno, diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dijo en la
Facultad de Derecho de la UNAM que es necesario promover acciones que integren
y fortalezcan nuestro arraigo y soberanía cultural.