Boletín UNAM-DGCS-430
Ciudad Universitaria
![]() |
![]() |
Pie de foto al final del boletín
LAS SEQUÍAS EN MÉXICO, CADA VEZ MÁS RECURRENTES
·
La región más afectada se ubica al norte de
México, donde se localiza el 90 por ciento de las zonas irrigadas y el 70 por
ciento de las plantas industriales
·
En un país en desarrollo, la sequía es
generadora de conflictos entre los grupos sociales y sinónimo de hambruna,
enfermedades, migración y muerte de personas y animales
·
Una forma de mitigar los estragos de la
sequía en la ciudad y en el campo es rehabilitar la infraestructura
hidroagrícola y urbana, respectivamente
Las sequías en México y sus
consecuentes déficit son más recurrentes en las últimas décadas, lo que
repercute en la economía del país. La región más afectada por este fenómeno se
ubica al norte de México, donde se localiza el 90 por ciento de las zonas
irrigadas y el 70 por ciento de las plantas industriales, que demandan gran
cantidad de agua, señaló Carlos Escalante Sandoval.
El jefe del Departamento de
Hidráulica de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, informó que mientras
esta región recibe menos del 40 por ciento de la lluvia total del país, su
agricultura consume más del 85 por ciento del agua disponible.
Añadió que las sequías son
manifestaciones de fluctuaciones climáticas asociadas con anomalías en gran
escala de los patrones de circulación atmosférica, provocadas por la
deforestación, el cambio en el uso de suelo, la desertificación y otras
actividades humanas.
La sequía, apuntó, es un
proceso extremo caracterizado en condiciones naturales por la persistencia de
precipitaciones menores, variabilidad en su frecuencia, duración y severidad,
ocurrencia impredecible, reducción en la disponibilidad de agua en ciertas
zonas y disminución en la capacidad de conducción de la red hidrográfica.
Durante la conferencia “La
sequía en México” realizada en el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA),
dijo que si la sequía es inducida por el hombre, se caracteriza por que los
sistemas hidrológicos se afectan localmente; se produce un deterioro en la
calidad del agua por intrusión salina y se generan conflictos entre los
usuarios del vital liquido.
Destacó que la vulnerabilidad
a la sequía se relaciona con el grado de desarrollo económico y social de las
regiones afectadas. En países desarrollados, raramente representan una amenaza
real, pues disponen de medios económicos
para afrontar sus efectos.
Sin embargo, en países en
desarrollo, la sequía genera conflictos entre los grupos sociales,
convirtiéndose en sinónimo de hambruna, enfermedades, migración y muerte de
personas y animales. La escasez de agua también reduce la generación de energía
y la recarga de los mantos acuíferos, precisó.
Añadió que la sequía
meteorológica se presenta cuando la precipitación es significativamente más pequeña
que el promedio a largo plazo o que un valor crítico. Se caracteriza por la
presencia de altas temperaturas, baja humedad en el ambiente y vientos fuertes.
En tanto, la sequía
hidrológica ocurre al existir un déficit de agua tanto de precipitación, como
de escurrimiento superficial y subterráneo, y puede provocar severos daños a la
población, pues sus efectos y recuperación son a largo plazo.
Una sequía agrícola,
prosiguió, se genera cuando no existe la suficiente humedad en el suelo que
satisfaga las necesidades para el desarrollo óptimo de un cultivo. Este tipo de
sequías sucede después que las meteorológicas y antes de las hidrológicas.
Las áreas de temporal
–ubicadas en gran parte de la República– son las que resienten más este tipo de
eventos, aún con sequías relativamente moderadas; pues si ocurre en periodos
tempranos, afecta el periodo de siembra, en tanto que si ocurre en etapas
avanzadas, puede disminuir drásticamente la calidad y volumen de la producción.
Para establecer el valor
crítico de la sequía, apuntó, deben considerarse factores económicos y
estándares de vida de la región afectada. Por ejemplo, el uso agrícola se
relaciona con los efectos de la reducción de agua en los cultivos; en tanto que
los usos doméstico e industrial dependen de los requerimientos de agua para la
supervivencia, hábitos de higiene o para la producción industrial,
respectivamente.
De acuerdo con el especialista
en ingeniería hidráulica, cuando se declara una sequía, los daños dependen de
su duración e intensidad y de las necesidades de líquido de los seres vivos y
las actividades económicas.
Al presentarse una sequía, sus efectos se manifiestan con impactos
ambientales, entre los que destacan: degradación y pérdida de nutrientes de los
suelos debido a la erosión eólica; desertificación de los suelos; y degradación
o destrucción de los bosques debido a incendios forestales.
Además, se presenta
deshidratación y muerte de la flora; migración y muerte de la fauna;
disminución en la recarga de acuíferos; nivel de agua en embalses menor a la
prevista; afectación en la calidad del agua, por la alta concentración de sales
y contaminantes; afectación en la calidad del aire, en el polvo y la
concentración de contaminantes, y una alteración del paisaje.
En relación con
los impactos económicos, destacó que hay una disminución o pérdida total del
hato ganadero debido al alto costo y baja disponibilidad de agua y alimentos;
daño perenne a los cultivos y reducción de la producción agrícola, lo que
genera el fenómeno de escasez, especulación y encarecimiento de alimentos.
También se
presentan pérdidas económicas en la industria relacionada con la producción
agrícola, como empresas de fertilizantes, maquinaria agrícola y procesadores de
alimentos; además de una merma en la producción de madera debido a los
incendios forestales y a la infestación de insectos; y una reducción en la
generación de energía hidroeléctrica, entre muchos otros efectos.
En cuanto a los impactos sociales, el catedrático
mencionó que se presentan conflictos entre los diferentes usuarios del agua; se
deteriora la salud pública debido a epidemias, hambruna y mortandad; se reduce
la demanda de empleos debido a que disminuyen los procesos productivos; y se
genera un decremento de la calidad de vida de los sectores más desprotegidos.
Este fenómeno por lo general,
afecta a la población marginada, para quien deben tomarse medidas estratégicas
para mitigar sus efectos; es decir, buscar en el ámbito municipal o estatal
estrategias que le permitan a esa población emplearse en otro sector, afirmó.
Otra posibilidad, añadió, es
habilitar redes locales de agua potable mantenidas por sus habitantes, quienes
además, deben disponer de información para saber si siembran o se dedican a una
actividad no agrícola
Otra forma de mitigar los
estragos de la sequía en la ciudad y en el campo, dijo, consiste en rehabilitar
la infraestructura hidroagrícola y urbana, respectivamente, para evitar que se
escape el agua. En el caso de la urbana, diversos estudios señalan que hay un
38 por ciento de fugas físicas; es decir, de cada 100 litros sólo se aprovechan
62; los otros se filtran a través de la red de distribución y no llegan al
usuario.
Lo mismo sucede en el campo:
en los canales de riego que van de las presas hasta las parcelas –o líneas de
conducción– hay una perdida del vital líquido porque sólo se aprovechan 36
litros de cada 100 que se envían. Es por ello que falta mucho para rehabilitar
estos sistemas y mitigar los estragos de la sequía.
Esto significa que con tubería
nueva se evita el desperdicio de agua;
es decir, en lugar de mandar 100 litros a los usuarios, pueden enviarse 62 para
satisfacer la demanda; de esta manera se ahorran 38 litros en cada envío, los
cuales pueden almacenarse de forma subterránea y ser utilizados en temporada de
sequía, con lo que se evitaría la sobreexplotación de acuíferos.
Otra manera de mitigar este
fenómeno es utilizar semillas mejoradas que resistan el efecto de la sequía y
necesiten menos agua; para ello, trabajan diversas instituciones
universitarias, finalizó.
---o0o---
FOTO 1
En las últimas décadas, las sequías en el país y sus consecuentes déficit han sido más recurrentes, lo que repercute en la economía nacional, afirmó el jefe del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, Carlos Escalante Sandoval, al ofrecer la conferencia “La sequía en México”, realizada en el Centro de Ciencias de la Atmósfera.