06:00 hrs. Abril 15 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-281

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del  boletín

 

UNO DE CADA 100 MEXICANOS MAYORES DE 15 AÑOS PADECE ESQUIZOFRENIA

 

·        El esquizofrénico tiene ideas delirantes como sentirse amenazado, perseguido, controlado; sufre de alteraciones en los órganos de los sentidos, generalmente en el auditivo

·        La edad más frecuente en que se presenta la enfermedad es entre los 15 y 25 años en hombres, mientras que en las mujeres aparece entre los 25 y 35 años

·        Los tratamientos farmacológico y psicoterapéutico deben complementarse para controlar la enfermedad

 

La esquizofrenia es una enfermedad grave y crónica, caracterizada por trastornos en la personalidad del sujeto que modifican su forma de sentir, de pensar y de relacionarse con los demás; este desorden también se manifiesta en el deterioro progresivo de sus actividades intelectuales y laborales, señaló Miguel Herrera Estrella, de la Facultad de Medicina (FM).

 

Explicó que las personas que padecen este padecimiento se aíslan; tienen ideas delirantes que los hacen sentirse amenazados, perseguidos o controlados;  viven alteraciones en los órganos de los sentidos, generalmente en el auditivo, por medio del cual escuchan voces que los critican y que en ocasiones les ordenan realizar determinadas acciones.

 

 

La edad más frecuente en que se manifiesta el trastorno, dijo, es entre los 15 y 25 años en hombres, mientras que en las mujeres aparece entre los 25 y 35 años. La esquizofrenia es una afección que constituye un grave problema de salud pública; en México, el 1% de la población mayor de 15 años la padece, aunque el número de enfermos se ha mantenido estable.

 

Hay diversos factores que influyen para que se presente este desarreglo, informó. Una persona con hermanos esquizofrénicos tiene más probabilidad de desarrollar la enfermedad (10%); si se trata de un hermano gemelo, la posibilidad se incrementa hasta en 50%. Se eleva a 12 % si uno de los padres la padece, y en 39% si son ambos progenitores.

 

Añadió que hay mayor riesgo si hubo alteraciones durante el parto de la madre, como sufrimiento fetal o hipoxia neonatal. Otros estudios hablan de infecciones virales durante el embarazo que afectaron al producto. Estos son los factores más importantes que, aunados a determinadas situaciones ambientales, provocan la enfermedad.

 

Precisó que los aspectos ambientales sólo son detonadores; es decir, para que se presente la esquizofrenia, la persona deberá tener una predisposición genética. Algunos de los factores que pueden desencadenarla son el uso de drogas, los problemas familiares y el estrés.

 

En relación a las causas que provocan este padecimiento, indicó que la teoría que predomina desde los años 50 es la hiperdopaminérgica, la cual plantea que en el cerebro hay un aumento de dopamina, neurotransmisor (sustancia química que comunica a las células cerebrales) que origina la presencia de la sintomatología en el paciente.

 

Sin embargo, abundó, otras posturas señalan que existe un desbalance en el cerebro porque en algunas partes hay poca dopamina, lo cual provoca alteraciones cognitivas como pérdida de la atención y trastornos en el lenguaje, mientras que en otras regiones hay un exceso que genera las alucinaciones e ideas delirantes.

 

El especialista anotó que las primeras alteraciones –fase premórbida – son provocadas por la disminución de esta sustancia, lo que modifica el funcionamiento intelectual; por ello, los niños preesquizofrénicos tienen un coeficiente intelectual más bajo que el resto del grupo de edad, muestran más dificultad o retraso para hablar y caminar; se aíslan, hay  poca socialización.

 

Es hasta la adolescencia –fase psicótica– cuando se presentan los síntomas evidentes como alucinaciones (auditivas y visuales) e ideas delirantes, hay una pérdida del juicio de la realidad, aplanamiento afectivo, desorganización del pensamiento y de la conducta. Es precisamente en esta etapa cuando se desencadena la esquizofrenia.

 

Por último, se manifiesta la fase residual, en la que estas sensaciones ya no son los síntomas principales del trastorno; el paciente queda con algunas alteraciones semejantes a los síntomas premórbidos en el que persisten los cambios conductuales como el ensimismamiento, poco contacto social y lenguaje vago o pobre, independientemente del nivel cultural que tenga el enfermo.

 

De acuerdo al especialista en psiquiatría, la esquizofrenia se ubica en el tercer lugar dentro de los trastornos mentales que más se presentan. En segunda posición están los de ansiedad y en primer lugar la depresión.

 

La piedra angular del tratamiento son los fármacos. Existen diversos medicamentos para controlar la enfermedad, por ejemplo,  los antipsicóticos cuyo objetivo es regular los niveles de dopamina, los  antiepilépticos que se recetan cuando el paciente es muy irritable o agresivo y los antidepresivos cuando baja su estado de ánimo.

 

Sin embargo, Herrera Estrella afirmó que además de los fármacos es fundamental que el esquizofrénico se someta a una terapia psicológica, ya sea de grupo o individual, según el caso; además, se debe trabajar con la familia, puesto que en ocasiones ésta cree que el enfermo finge sus síntomas, hay reclamos hacia él y ese es un factor para que al paciente recaiga.

 

 

 

En cuanto al tratamiento psicológico, Felipe Cruz, Jefe de la Coordinación de Psicofisiología de la Facultad de Psicología (FP), coincidió en la necesidad de la psicoterapia, ya que el medicamento sólo reduce la manifestación de los síntomas, pero en el plano de la organización de la actividad mental del paciente no hay incidencia.

 

Hizo énfasis en que es ahí donde entra el trabajo del psicólogo                                             quien, en un primer momento, debe aplicar técnicas que ayuden a reeducar al esquizofrénico en la concreción de acciones y habilidades que le permitan funcionar en el plano del autocuidado, de la autonomía.

 

Este sólo es el principio del tratamiento, porque en la medida en que se cambian los planos básicos de su comportamiento se modifican estructuras neuronales, mentales, que van a permitir consolidar diversos aspectos relacionados con la reorganización dinámica de su pensamiento y de su lenguaje, los cuales se ven afectados por la enfermedad.

 

Apuntó que esto es muy importante, ya que desde los años 40 la neuropsicología ha demostrado que el elemento regulador del comportamiento humano es el lenguaje. De esta manera, si el esquizofrénico –en el ámbito neurolinguístico– sufre un trastocamiento de los planos semánticos, sintácticos de esta esfera, difícilmente podrá organizar planos de acción que le permitan orientar su actividad.

 

En este sentido, desde una perspectiva neurocognoscitiva, el  psicólogo tendrá que facilitar el desarrollo de este proceso. En la medida en que se establezca la reorganización mental del paciente, se dará la posibilidad de insertarlo en un trabajo determinado, en el cual se tomarán en cuenta sus planos de interacción comunicativa, elemento fundamental para readaptarse a los grupos sociales.

 

Felipe Cruz concluyó que cuando el esquizofrénico tiene la posibilidad de desarrollar planos discursivos de interacción y comunicación, así como acceso a los productos de su cultura de un modo activo, puede aspirar a una mejor calidad de vida.

 

 

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PIES DE FOTO

 

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Miguel Herrera Estrella, de la Facultad de Medicina (FM) señaló que la esquizofrenia es una enfermedad crónica caracterizada por trastornos en la personalidad del sujeto que modifican su forma de sentir, de pensar y de relacionarse con los demás.

 

FOTO 2

 

La esquizofrenia es un trastorno que constituye un grave problema de salud pública; en México se ha mantenido estable el número de enfermos, el 1% de la población mayor de 15 años padece la enfermedad, afirmó Miguel Herrera Estrella, de la Facultad de Medicina (FM).