Boletín UNAM-DGCS-281
Ciudad Universitaria
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UNO DE CADA 100 MEXICANOS MAYORES DE 15 AÑOS PADECE ESQUIZOFRENIA
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El esquizofrénico tiene ideas delirantes como sentirse amenazado,
perseguido, controlado; sufre de alteraciones en los órganos de los sentidos,
generalmente en el auditivo
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La edad más frecuente en que se presenta la enfermedad es entre los 15 y
25 años en hombres, mientras que en las mujeres aparece entre los 25 y 35 años
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Los tratamientos farmacológico y psicoterapéutico deben complementarse
para controlar la enfermedad
La esquizofrenia es una enfermedad grave y
crónica, caracterizada por trastornos en la personalidad del sujeto que
modifican su forma de sentir, de pensar y de relacionarse con los demás; este
desorden también se manifiesta en el deterioro progresivo de sus actividades
intelectuales y laborales, señaló Miguel Herrera Estrella, de la Facultad de
Medicina (FM).
Explicó que las personas que padecen este
padecimiento se aíslan; tienen ideas delirantes que los hacen sentirse
amenazados, perseguidos o controlados;
viven alteraciones en los órganos de los sentidos, generalmente en el
auditivo, por medio del cual escuchan voces que los critican y que en ocasiones
les ordenan realizar determinadas acciones.
La edad más frecuente en que se manifiesta el
trastorno, dijo, es entre los 15 y 25 años en hombres, mientras que en las
mujeres aparece entre los 25 y 35 años. La esquizofrenia es una afección que
constituye un grave problema de salud pública; en México, el 1% de la población
mayor de 15 años la padece, aunque el número de enfermos se ha mantenido
estable.
Hay diversos factores que influyen para que se
presente este desarreglo, informó. Una persona con hermanos esquizofrénicos
tiene más probabilidad de desarrollar la enfermedad (10%); si se trata de un
hermano gemelo, la posibilidad se incrementa hasta en 50%. Se eleva a 12 % si
uno de los padres la padece, y en 39% si son ambos progenitores.
Añadió que hay mayor riesgo si hubo
alteraciones durante el parto de la madre, como sufrimiento fetal o hipoxia
neonatal. Otros estudios hablan de infecciones virales durante el embarazo que
afectaron al producto. Estos son los factores más importantes que, aunados a
determinadas situaciones ambientales, provocan la enfermedad.
Precisó que los aspectos ambientales sólo son
detonadores; es decir, para que se presente la esquizofrenia, la persona deberá
tener una predisposición genética. Algunos de los factores que pueden
desencadenarla son el uso de drogas, los problemas familiares y el estrés.
En relación a las causas que provocan este
padecimiento, indicó que la teoría que predomina desde los años 50 es la
hiperdopaminérgica, la cual plantea que en el cerebro hay un aumento de
dopamina, neurotransmisor (sustancia química que comunica a las células
cerebrales) que origina la presencia de la sintomatología en el paciente.
Sin embargo, abundó, otras posturas señalan que
existe un desbalance en el cerebro porque en algunas partes hay poca dopamina,
lo cual provoca alteraciones cognitivas como pérdida de la atención y
trastornos en el lenguaje, mientras que en otras regiones hay un exceso que
genera las alucinaciones e ideas delirantes.
El especialista anotó que las primeras
alteraciones –fase premórbida – son provocadas por la disminución de esta
sustancia, lo que modifica el funcionamiento intelectual; por ello, los niños
preesquizofrénicos tienen un coeficiente intelectual más bajo que el resto del
grupo de edad, muestran más dificultad o retraso para hablar y caminar; se
aíslan, hay poca socialización.
Es hasta la adolescencia –fase psicótica–
cuando se presentan los síntomas evidentes como alucinaciones (auditivas y
visuales) e ideas delirantes, hay una pérdida del juicio de la realidad,
aplanamiento afectivo, desorganización del pensamiento y de la conducta. Es
precisamente en esta etapa cuando se desencadena la esquizofrenia.
Por último, se manifiesta la fase residual, en
la que estas sensaciones ya no son los síntomas principales del trastorno; el
paciente queda con algunas alteraciones semejantes a los síntomas premórbidos
en el que persisten los cambios conductuales como el ensimismamiento, poco
contacto social y lenguaje vago o pobre, independientemente del nivel cultural
que tenga el enfermo.
De acuerdo al especialista en psiquiatría, la
esquizofrenia se ubica en el tercer lugar dentro de los trastornos mentales que
más se presentan. En segunda posición están los de ansiedad y en primer lugar
la depresión.
La piedra angular del tratamiento son los
fármacos. Existen diversos medicamentos para controlar la enfermedad, por
ejemplo, los antipsicóticos cuyo
objetivo es regular los niveles de dopamina, los antiepilépticos que se recetan cuando el paciente es muy
irritable o agresivo y los antidepresivos cuando baja su estado de ánimo.
Sin embargo, Herrera Estrella afirmó que además
de los fármacos es fundamental que el esquizofrénico se someta a una terapia
psicológica, ya sea de grupo o individual, según el caso; además, se debe
trabajar con la familia, puesto que en ocasiones ésta cree que el enfermo finge
sus síntomas, hay reclamos hacia él y ese es un factor para que al paciente
recaiga.
En cuanto al tratamiento psicológico, Felipe
Cruz, Jefe de la Coordinación de Psicofisiología de la Facultad de Psicología
(FP), coincidió en la necesidad de la psicoterapia, ya que el medicamento sólo
reduce la manifestación de los síntomas, pero en el plano de la organización de
la actividad mental del paciente no hay incidencia.
Hizo énfasis en que es ahí donde entra el
trabajo del psicólogo quien, en un primer
momento, debe aplicar técnicas que ayuden a reeducar al esquizofrénico en la
concreción de acciones y habilidades que le permitan funcionar en el plano del
autocuidado, de la autonomía.
Este sólo es el principio del tratamiento,
porque en la medida en que se cambian los planos básicos de su comportamiento
se modifican estructuras neuronales, mentales, que van a permitir consolidar
diversos aspectos relacionados con la reorganización dinámica de su pensamiento
y de su lenguaje, los cuales se ven afectados por la enfermedad.
Apuntó que esto es muy importante, ya que desde
los años 40 la neuropsicología ha demostrado que el elemento regulador del
comportamiento humano es el lenguaje. De esta manera, si el esquizofrénico –en
el ámbito neurolinguístico– sufre un trastocamiento de los planos semánticos,
sintácticos de esta esfera, difícilmente podrá organizar planos de acción que
le permitan orientar su actividad.
En este sentido, desde una perspectiva
neurocognoscitiva, el psicólogo tendrá
que facilitar el desarrollo de este proceso. En la medida en que se establezca
la reorganización mental del paciente, se dará la posibilidad de insertarlo en
un trabajo determinado, en el cual se tomarán en cuenta sus planos de
interacción comunicativa, elemento fundamental para readaptarse a los grupos
sociales.
Felipe Cruz concluyó que cuando el
esquizofrénico tiene la posibilidad de desarrollar planos discursivos de
interacción y comunicación, así como acceso a los productos de su cultura de un
modo activo, puede aspirar a una mejor calidad de vida.
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PIES DE FOTO
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Miguel Herrera Estrella, de la
Facultad de Medicina (FM) señaló que la esquizofrenia es una enfermedad crónica
caracterizada por trastornos en la personalidad del sujeto que modifican su
forma de sentir, de pensar y de relacionarse con los demás.
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La esquizofrenia es un trastorno que constituye un grave problema de salud pública; en México se ha mantenido estable el número de enfermos, el 1% de la población mayor de 15 años padece la enfermedad, afirmó Miguel Herrera Estrella, de la Facultad de Medicina (FM).