Boletín UNAM-DGCS-271
Ciudad Universitaria
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Pies de fotos al final del boletín
RESTRINGIR EL USO
DE COCHES, REMEDIO PARA DISMINUIR LA
CONTAMINACIÓN AMBIENTAL EN EL DF: MARIO MOLINA
·
De lo contrario, la situación “se va a poner
peor todavía”, indicó el Premio Nobel de Química 1995 en la UNAM
·
Se calcula que en la Ciudad de México
existen tres millones de automóviles
· Sabemos que la mitad no tienen convertidores catalíticos, dijo
En la Ciudad de México debe
trabajarse para que la gente use menos su automóvil, porque de no hacerlo, el problema
de la contaminación “se va a poner peor todavía”; además, deben implementarse
una serie de restricciones adicionales, alertó en la UNAM Mario Molina, Premio
Nobel de Química 1995.
“Claro que la primera reacción
será de rechazo, pero si se tiene conciencia de que se afecta a muchas otras
personas, además de que no se está pagando lo que realmente cuesta su
utilización, será posible avanzar en la solución de dicho problema”, indicó en
el Auditorio “E” de la Facultad de Química.
En Londres, ejemplificó el
Nobel de Química, implantaron recientemente la práctica de que la gente que
visita el centro de la ciudad tiene que pagar. Primero todos se molestaron,
pero cambiaron su actitud al comprobar la idoneidad de la medida. Obviamente,
para implementar estos cambios se necesita contar con un buen servicio de
transporte público.
El investigador del Instituto
Tecnológico de Massachussets (MIT), explicó que no se puede tomar una sola
medida, sino varias, y hacer conexiones globales entre los distintos medios de
transporte público.
Agregó que se calcula que en
la Ciudad de México existen tres millones de coches, de los cuales la mitad no
tiene convertidores catalíticos; y tampoco se cuenta con el registro adecuado
de ello. Por eso, recomendó llevar un registro riguroso: cuántos hay y de dónde
vienen, porque sólo así se podrán tomar las precauciones adecuadas.
El Distrito Federal ya no es
la ciudad más contaminada del mundo, añadió. Estuvo muy mal, pero ya no somos
los peores del mundo; empezamos a
mejorar, pero claramente nos falta mucho por hacer, afirmó Mario Molina, quien
se graduó como Ingeniero Químico en la FQ de la UNAM en 1965.
El problema ahora en la Ciudad
de México ya no es de monóxido de carbono, solucionado en parte gracias al uso
de convertidores catalíticos; ni el plomo, gracias al cambio de gasolina; ahora
son el ozono y las partículas, “las que ya no están subiendo, pero tampoco
están bajando tan rápidamente como sería conveniente”, advirtió.
La contaminación del aire,
explicó el premio Nobel, tiene efectos muy serios en la salud del ser humano.
Por otro lado, comentó que este problema no se puede hacer gratis ni de un día
a otro: “Todos tenemos que colaborar, que aceptar medidas como el Hoy no
Circula, que no estuvo muy bien pensado, pero ha servido; aunque lo más difícil
es que la gente acepte usar menos su automóvil”.
El también iniciador del
“Programa de Mejoramiento de la Calidad del Aire en la Ciudad de México”,
indicó que la presencia de asma se exacerba por la presencia de partículas en
el ambiente, así como la de otras enfermedades, como las del corazón. Si
redujéramos en 10% la cantidad de partículas finas podemos estimar que habría
una reducción de personas con este padecimiento, comentó.
Lo ideal, aseguró, es
disminuir los niveles de contaminación por debajo de la norma o más todavía; en
ello estamos trabajando con el gobierno, para que dicha tendencia sea a la
baja. Es un problema complicado.
Por otra parte, Mario Molina
se afilió ayer a la Asociación de Egresados de la Facultad de Química (AEFQ) de
la UNAM como miembro distinguido. La ceremonia correspondiente se llevó a cabo
durante la inauguración del Cuarto Seminario Internacional de Expertos en
Tratamiento de Efluentes y Residuos Industriales.
Al evento asistieron Santiago
Capella, director de la FQ; Jorge Núñez Alba, presidente de la AEFQ; y, Carmen
Durán, coordinadora global del Programa de Ingeniería Química Ambiental y de
Química Ambiental de aquella Facultad.
Cabe recordar que Mario Molina ganó el Premio
Nobel de Química 1995 al exponer la teoría de cómo ciertos químicos elaborados
por el hombre pueden llegar a la capa de ozono que protege la Tierra de los
rayos ultravioletas del sol y, con ello, provocar daños impredecibles y
globales a la humanidad.
-oOo-
PIES DE FOTO
FOTO 1
Restringir
el uso de automóviles, principal medida a tomar para disminuir la contaminación
ambiental en la Ciudad de México, aseveró en la UNAM Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995.
FOTO 2
El
Distrito Federal ya no es la ciudad más contaminada del mundo; sin embargo,
“falta mucho por hacer” al respecto, señaló en la UNAM el Premio
Nobel de Química 1995, Mario Molina.