Boletín UNAM-DGCS-264
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AGRAVA PROBLEMAS
DE DESARROLLO LA GLOBALIZACIÓN: ARTURO GUILLÉN
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El investigador de la UAM Iztapalapa
dijo que ese fenómeno ha vuelto más compleja y heterogénea la estructura
productiva
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A futuro deben lograrse acuerdos
internacionales que abran posibilidades de crecimiento en las naciones más
débiles: Teresa Aguirre, de la Facultad de Economía de la UNAM
· Para Magdalena Galindo, de la misma facultad, el mercado ha sido entronizado como regulador de la vida económica y social
La globalización, que ha incrementado la inestabilidad
del sistema capitalista, no resuelve los problemas de desarrollo; por el
contrario, los agrava, aseguró Arturo Guillén, profesor e investigador del
Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
plantel Iztapalapa.
Al participar en el Seminario de Teoría del Desarrollo
del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señaló que ese fenómeno
ha vuelto más compleja y heterogénea la estructura productiva, sin dejar de
reconocer que puede tener efectos modernizadores y de elevación de la
productividad en algunas ramas económicas, como las vinculadas con la
exportación.
Ejemplo de ello, especificó, es el antiguo sector de
sustitución de importaciones, que era un rubro ligado al mercado interno, el
cual no ha sabido adaptarse a la globalización y hoy forma parte del sector
atrasado de la economía.
La globalización, opinó el investigador de la UAM, no
elimina la necesidad de una estrategia de desarrollo; por el contrario, la
resalta, pero en condiciones “nada fáciles”.
Para salir del subdesarrollo se debe construir
racionalmente un sistema productivo autónomo relacionado con el movimiento
general del capital y orientado a la satisfacción creciente de las necesidades
de la población. Empero, estas tendencias son opuestas.
Reconoció que detrás de la globalización existen
“fuerzas” con sus propias maniobras, a las cuales no estamos en condiciones de
enfrentar en este momento, ni económica ni políticamente. Sin embargo, eso no
releva al Estado de la necesidad de construir una estrategia, “no para los
verdugos, sino para las víctimas de la mundialización, mediante un proyecto
nacional de desarrollo”.
La articulación entre los requerimientos sociales y el
movimiento del capital se convierte en el reto auténtico para trazar una forma
de crecimiento, abundó.
El desarrollo enfrenta agentes externos, como la reforma
del sistema monetario y financiero internacional (que incluya, por ejemplo, la
regulación de los flujos especulativos de capital). “Es difícil pensar en su
realización, pero eso no elimina su pertinencia”, finalizó Guillén.
En su oportunidad, Teresa Aguirre, de la Facultad de
Economía, refirió que -en años recientes- en América se ha dado una integración
económica asimétrica, a diferencia de lo sucedido en Europa, donde se ayudó a
los países más atrasados con el fin de lograr mayores equilibrios.
Para revertir esta situación, indicó, es necesario el
esclarecimiento como país de los rubros en los cuales tenemos potencialidad
para generar bienes de capital, para después plantearnos qué tipo de
integración podemos tener.
Es obvio, añadió, que ya hemos dado muchos pasos en la
unificación regional y en algunos de ellos no hay marcha atrás, pero hacia
adelante deben lograrse acuerdos internacionales que abran la posibilidad de
generar mayores potencialidades de crecimiento en las naciones más débiles.
La manera como México se ha insertado en la globalización
lo distanció más del desarrollo. La forma de acercarnos a él es asumiendo que
la libertad es también económica y política, y que cada nación tiene el derecho
de elegir su proyecto de vida. Para lograrlo, no basta con la participación del
mercado, sino que se requiere la del Estado y que “la expansión de nuestras
capacidades se convierta en el centro de la política económica”.
En tanto, Magdalena Galindo, también de la FE, dijo que
la globalización pone en entredicho el concepto de país, ya que la libre
movilidad del capital exige el abatimiento de las fronteras económicas y atenta
contra los márgenes políticos y las identidades culturales.
Como contraparte de la tendencia hacia la desaparición de
las fronteras nacionales hay nuevos protagonistas históricos representados por
bloques económicos, como el europeo, que plantean el surgimiento de
“meganaciones”.
Dicha transformación es resultado de procesos largos que
hoy continúan. En este momento de transición, expuso, “no han sido creadas las
categorías intelectuales ni los principios metodológicos para abordar a los
nuevos actores de la historia”.
Además, se presenta otro cambio como resultado de la
mundialización: la nueva división internacional del trabajo, que implica la
internacionalización del proceso productivo, el cual coloca los segmentos
intensivos en capital y tecnología en los países centrales, y los intensos en
fuerza de trabajo en los subdesarrollados, mediante la proliferación de
maquiladoras.
Las naciones industrializadas se especializan en áreas de
punta como aeronáutica, telecomunicaciones y biotecnología, mientras que se
dejan la textil, del vestido, el calzado y el juguete para las que están en
vías de desarrollo.
El neoliberalismo ha determinado la profunda
transformación en la estructura y funciones del Estado. La privatización de empresas,
servicios y hasta espacios, la cual abarca aspectos esenciales como recursos
naturales, vías de comunicación y seguridad social, implica menor intervención
estatal y la entronización del mercado como regulador de la vida económica y
social, concluyó.
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Foto 1
La globalización ha vuelto más compleja y heterogénea
la estructura productiva, aseveró Arturo Guillén, de la UAM Iztapalapa, durante
su participación en el Seminario de Teoría del Desarrollo, organizado por del
IIEc de la UNAM.
Foto 2
En América deben lograrse acuerdos internacionales que
abran la posibilidad de generar mayores potencialidades de crecimiento, indicó
Teresa Aguirre, de la Facultad de Economía, al participar en el Seminario de
Teoría del Desarrollo, que organizó el IIEc de la UNAM.