Boletín UNAM-DGCS-176
Ciudad Universitaria
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Víctor Pérez, director
del Centro de Investigación en Matemáticas, dijo que en una sola industria de
Estados Unidos hay más especialistas en esa área que todos los formados en el
país
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En la Facultad de
Ciencias se efectuó la Semana de Matemáticas Aplicadas
En nuestro país es
necesario aumentar el número de matemáticos ya que, por ejemplo, en una sola
industria de Estados Unidos hay más especialistas en esa área que todos los
formados en México, afirmó Víctor Pérez Abreu, director del Centro de
Investigación en Matemáticas (CIMAT), con sede en Guanajuato.
Al participar en la
Semana de Matemáticas Aplicadas, organizada por la Facultad de Ciencias de la
UNAM, mencionó que es importante formar pronto a científicos en esa área del
conocimiento, en especial porque -gracias al bono demográfico- en los próximos
años el mayor número de estudiantes estará en los sistemas de educación
superior.
Según datos
publicados en el año 2000 por la Sociedad Matemática Mexicana (SMM), sólo 913
personas distribuidas en 31 instituciones educativas del país se dedican a la
enseñanza de esa ciencia en los niveles de licenciatura y posgrado, incluidos
ingenieros y otros especialistas. Los alumnos inscritos ascendían a tres mil
912, y entre 1997 y 1999 se graduaron 125 de licenciatura, 55 de maestría y 10
de doctorado.
En el Anfiteatro “Alfredo Barrera” del CIMAT
aseguró que en México la educación matemática en los niveles superiores, sobre
todo de posgrado, es de muy buena calidad; sin embargo, en los básicos “hay
problemas, algo está fallando”.
Ello, refirió, no
es un dilema de la enseñanza de las matemáticas, que aquí como en cualquier
otro país “siempre son áridas”, sino de que -en general- se han perdido los
estándares de calidad, exigencia y rigor en la educación. “Esto se ve muy grave
desde hace 15 años”.
Ante tal panorama,
Pérez Abreu sugirió elevar los estándares de la educación, porque sólo en esa
medida se obtendrán mejores resultados.
A esa propuesta se
suman las actividades de los gremios, entre ellas las organizadas por la SMM,
como la olimpiada de la especialidad que “está atrayendo a muchos jóvenes desde
secundaria, a quienes les despierta el interés y el gusto por esa ciencia. Además,
contribuye a cambiar la actitud que hacia ella se tiene desde la primaria”.
Tras sostener que
la aridez de las matemáticas disminuirá al demostrar que son útiles, el
director del CIMAT aseguró que en México es necesario crear mecanismos de
interacción entre matemáticos y otros profesionistas.
Los integrantes de
este medio constituyen una masa crítica no despreciable; empero, no han tenido
una instrucción multidisciplinaria. Lo más difícil, reconoció, es establecer
comunicación con un biólogo, un físico o un químico, fenómeno que tampoco es
exclusivo de nuestro país, sino que se registra en general en el mundo.
Eso se debe a que
“estamos entrenados para resolver problemas en forma solitaria, buscar la
solución óptima, pero solos, obstáculo que también se presenta en otras
ciencias”. Para enfrentar tal situación, en naciones como Alemania, Canadá y
Estados Unidos ya se procura esta interacción, por lo que en México es
necesario que se dé a los profesionistas un entrenamiento que les permita
trabajar con especialistas de otras áreas.
Víctor Pérez indicó
que hay varios nichos donde la disciplina tiene gran potencial de desarrollo
como las matemáticas industriales, la bioinformática, la biotecnología, la
nanotecnología, el estudio de materiales, la red Internet, las ciencias de la
energía, las finanzas, el ambiente y
hasta en la democracia (encuestas).
Las matemáticas
contribuyen a resolver problemas de optimización no lineal, donde se requiere
un alto nivel de confianza estadística, pronósticos, inventario o distribución
en empresas de sectores tan disímiles como el de los refrescos, el cervecero o
el eléctrico y el de la construcción, entre otros.
Así, hay un gran
campo para los matemáticos: la industria, abarcando la cadena productiva, donde
se incluyen aspectos como calidad de los proveedores, optimización del proceso
y su simulación, confiabilidad, cómputo científico e inventarios.
La relación entre
matemáticos y otros científicos es tan complicada como la que se establece con
los industriales, por lo que en su formación deben contar con herramientas para
lograr un mejor acercamiento y confianza con quienes deban establecer un equipo
de trabajo.
El futuro para las
matemáticas aplicadas es alentador por muchas razones, agregó, hay nuevas
maestrías en infinidad de instituciones, las cuales se suman a las existentes
en la UNAM, el Cinvestav y el CIMAT. “Ojalá la masa crítica de estos
profesionistas se pueda cuadruplicar en los próximos 10 años”, finalizó.
Por su parte,
Ignacio Méndez, integrante del Instituto de Investigaciones en Matemáticas
Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) dijo que existe una escasez enorme de personas
con buena formación en estadística, tanto en instituciones públicas y de
investigación como en empresas de mercadeo e industriales, en las cuales podría
mejorarse la calidad de las actividades y la optimización de los procesos.
Señaló que la
situación de la enseñanza de esa especialidad es muy variable: los cursos que
se imparten en licenciaturas no afines a las matemáticas son insuficientes y en
las afines falta mayor conocimiento práctico para que los egresados sean buenos
consultores estadísticos.
Afortunadamente, en
los posgrados dedicados al área los alumnos sí tienen un contacto profundo con
el tema y están capacitados para hacer aplicaciones e investigación.
David Margolín
Schabes, del Banco de México, explicó que uno de los problemas de esa
institución es el manejo de las reservas internacionales del país que,
actualmente, son cercanas a los 50 mil millones de dólares.
Hace 25 años esas
reservas eran invertidas en depósitos bancarios, sin considerar elementos
relacionados con el rendimiento o el control de riesgo de los recursos.
“Las técnicas
matemáticas permiten analizar y tratar de identificar las posibilidades de
hacer arbitrajes en los mercados; es decir, que entre diferentes opciones de
inversión financiera pudiera haber oportunidades de obtener algún tipo de
beneficio”.
Las reservas,
informó, tienen tres facetas donde los métodos matemáticos cuantitativos son
muy útiles: la optimización del rendimiento con base en las mejores
alternativas de inversión; la administración de los riesgos (de mercado,
crediticios, etcétera), así como la valuación de las inversiones que se tienen.
De ese modo, “en el
Banco hemos utilizado herramientas matemáticas para tratar de hacer mejor
nuestro trabajo”, precisó el actuario. Los especialistas en esa disciplina
tienen mucho que aportar al campo de las finanzas y a instituciones como el
Banco de México.
Finalmente, Jorge
Velasco, de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, explicó que los
matemáticos deben ser capaces de resolver problemas que se les presenten, no
sólo los que ellos deciden atacar.
Asimismo, requieren
tener la suficiente capacidad de comunicación para entenderse con quien desea
resolver el dilema, o sea, trabajar en equipo en áreas multidisciplinarias.
Así como la
biología se enseña mediante prácticas fuera del aula, el aprendizaje de las
matemáticas aplicadas deben proporcionar los mecanismos que les permitan a los
jóvenes estudiantes enfrentarse y resolver problemas reales.
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FOTO 1
Víctor Pérez Abreu, director del
CIMA, resaltó la necesidad de aumentar el número de expertos en dicha área del
conocimiento, en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
FOTO 2
El integrante del Instituto de
Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, Ignacio Méndez, durante
su participación en este encuentro.
FOTO 3
David Margolín Schabes, del Banco de México, destacó que los matemáticos tienen mucho que aportar al campo de las finanzas.