Boletín UNAM-DGCS-172
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LA MUJER: TODAVÍA
VÍCTIMA DE REPRESIONES, INJUSTICIAS, VIOLACIONES E INIQUIDADES
·
Julia Chávez, de la
ENTS, consideró que si bien la mujer vive muchas contradicciones y semáforos
rojos sobre sus derechos, también tiene amplias posibilidades de crecimiento y
desarrollo
· La académica de la FCPyS, Hortensia Moreno, aseguró que es importante conmemorar el Día de la Mujer para discutir sus problemas y recordar que aún sufre injusticias
En México, con una
población femenina de más del 50% del total (49 millones 891 mil 159 en el
2000, según el INEGI), y a casi 50 años de que por primera vez se le concediera
la oportunidad de votar, la mujer sigue siendo víctima de represiones,
injusticias, violaciones e iniquidades en todos los ámbitos de la vida
nacional.
Al conmemorarse un año más de que la
Organización de las Naciones Unidas instaurara el 8 de marzo como el Día
Internacional de la Mujer, Julia Chávez Carapia, coordinadora del Centro de
Estudios de la Mujer de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), consideró
que esta fecha tiene vital importancia para aglutinar las movilizaciones del
sector femenino en pro de una sociedad más equitativa e igualitaria, donde el
crecimiento y el desarrollo sean tanto para hembras como para varones.
“Si bien en la
actualidad la mujer vive muchas contradicciones y semáforos rojos de alerta
sobre sus derechos, también tiene amplias posibilidades de crecimiento y
desarrollo”, abundó.
En ese sentido, Hortensia Moreno, académica
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), aseguró que como la
mujer está en desventaja respecto a los hombres, hace falta visualizar sus
dilemas: “Es importante tener un día público que permita discutir sus problemas
y recordar que sufre de irregularidades e injusticias. El movimiento feminista
es libertario, pero también pone énfasis en el tema de la justicia”.
Chávez Carapia explicó que si bien la
sociedad actual permite a la mujer crecer y desarrollarse, también hay una
serie de conflictos novedosos. Hasta hace menos de diez años se veía como nuevo
que se incorporara al trabajo, a la educación superior y se convirtiera en jefa
de familia, pero hoy se ven situaciones como la de Ciudad Juárez, Chihuahua,
donde más de 300 mujeres han sido asesinadas.
Se trata de personas jóvenes,
trabajadoras -la mayoría- empleadas de maquiladoras, aunque también hay
estudiantes, o personas de estrato económico popular, que han sido asesinadas
con una impunidad total. Ese es un semáforo rojo para el país. Pero, enfatizó,
“¿si fueran hombres o mujeres hijas de familias ricas sería la misma respuesta
del Estado ante esta situación?”
Advirtió que otro semáforo rojo es la
violencia que se genera contra este sector de la población, en especial la que
se da en el hogar -que si bien ocurre desde antes y se trataba en privado- hoy,
al hacerse pública, por el hecho de poder denunciarla, presenta cifras
realmente impactantes.
La académica de la ENTS sostuvo que
dentro de las situaciones de violencia
sobresale el gran número de violaciones que se registran actualmente, pues si
bien antes se escondían en el seno familiar, hoy gran parte son del dominio público. Su número también se
incrementa de forma alarmante.
Aseveró que otro
elemento muy relacionado con las violaciones es el alto índice de embarazos en
adolescentes. Hasta hace algunos años las mujeres también se preñaban a
temprana edad; no obstante, los marcos sociales son diferentes, no es lo mismo
una adolescente embarazada cuando la costumbre era casarse a los 12 años, que
una en una época en la cual a esa edad aún son hijas de familia y a las que,
por la misma estructura social, se les sigue viendo como niñas.
Julia Chávez reconoció que en México cada
vez es mayor el número de hombres que aceptan los cambios y se integran a
ellos, pero también hay gran cantidad que no lo están haciendo, y quizá dichos
semáforos rojos son algunas de las manifestaciones de esta situación.
Informó que en los últimos años el
comercio ambulante ha crecido de manera exorbitante y es precisamente el sector
femenino el que en mayor porcentaje se ha incorporado a esa actividad. Quienes
se dedican a ello trabajan todo el día y dejan a un lado a su familia por ganar
dinero para cooperar con el sustento del hogar, llegan a su casa y el marido
las golpea, los hijos no cubren sus responsabilidades; todo esto provoca
desintegración en el seno familiar.
En cuanto al voto
del llamado “sexo débil”, indicó que si bien en México el derecho de la mujer a
sufragar existe desde los años 50, también es cierto que cuando se dio la
primera manifestación importante de mujeres en las urnas fue en los 70, y la
más reciente fue en la votación que culminó con el gobierno actual.
“Las mujeres somos
ciudadanas y por el hecho de serlo tenemos un reconocimiento para ir a votar y
para ser elegidas en cargos de representación popular o social. Podemos ocupar
cualquier puesto de elección y aspirar a la presidencia de la República.
Empero, el desarrollo de la sociedad va más lento ante estos cambios y no se
acepta tan fácil -por lo menos por amplios sectores de la población- que las
mujeres avancemos de manera rápida en el ámbito público; aún hay amplia
resistencia de ambos sexos”.
Avances, a pesar de
todo
Hortensia Moreno resaltó los grandes
avances de las mujeres en el campo profesional, la vida pública y la
representación política, “aunque las cifras siempre resultan irrisorias”.
Precisó: si dichas
cifras se comparan con las de hace un siglo, cuando no había ninguna mujer
profesionista o en la política y vivían encerradas en sus casas, ha habido
progreso; pero si se piensa que este sector es más de la mitad de la población
nacional y que nuestra representación en los órganos de toma de decisiones no
llega al 10%, hay que reconocer una gran desigualdad, “una irregularidad contra
la que tenemos que luchar”.
Agregó que la falta
de representación en los órganos donde se toman las decisiones importantes para
el país sí influye, por lo menos en cuanto a la definición de cuáles son los
problemas trascendentes, por lo que deben ser escuchadas las voces de todas las
personas, entre ellas las de las mujeres.
La académica dijo que la presencia de
este sector en la Universidad también es importante, al igual que el hecho de
que haya gran cantidad de carreras que tienen mayoría de mujeres en su
matrícula. Por ejemplo, en la FCPyS cada año llegan más personas del sexo
femenino que del masculino; parecería que se ha feminizado la actividad
estudiantil en este campo del conocimiento.
Pero también hay
que destacar que cuando esa presencia femenina busca permear los niveles de
toma de decisiones y los jerárquicos, hay una barrera que no les permite subir,
por lo que pocas ascienden a los puestos directivos, a la Junta de Gobierno y
hasta la fecha no ha habido una rectora, lo que sería el siguiente paso en
cuanto a la búsqueda de la equidad en la Universidad.
Hortensia Moreno
expresó que la UNAM no es el espejo de la sociedad, sino “una isla de enorme
privilegio social en la que tenemos acceso a la gran riqueza de conocimiento”,
la cual además “sigue siendo un lugar de acogida de los sectores populares del
país".
La Universidad
Nacional, continuó, todavía funciona como mecanismo de ascenso social para
muchos sectores. Para gran cantidad de mujeres ingresar a esta casa de estudios
es encontrarse con un mundo nuevo, muy distinto del que viven en sus medios
familiares. Las muchachas que estudian en ella tienen posibilidades de libertad
que no tienen quienes no lo hacen.
Esta situación, en
la que cada vez hay más mujeres jóvenes que estudian, no es algo que ocurra en
la vida social en general, subrayó, más bien la vida social muestra lo que se
conoce como la “feminización de la pobreza”; es decir, cada vez más las
personas que viven en pobreza extrema son del sexo femenino, lo cual se debe a
fenómenos como la maternidad.
“Es diferente la
situación de una mujer que tiene un hijo a la de un hombre en igual situación.
Si él es muy pobre y siente que no puede con su descendiente lo abandona y se
va”, pero para ella –por razones culturales- es más difícil “desaparecer, por
lo que conforme avanza la pobreza a quien más afecta es a este sector, lo cual
también se debe contemplar desde una perspectiva de género”.
Reconoció que hay
gran cantidad de esfuerzo social por revertir las causas de la pobreza extrema,
pero éste no es suficiente, entre otras razones porque el mundo vive una crisis
en general.
Por otro lado,
también es necesaria una sensibilización de la situación específica de las
mujeres que permita poner a funcionar programas dirigidos de manera más clara y
específica a sus problemas, que siguen siendo distintos a los de los hombres.
Para Julia Chávez, las perspectivas son
contradictorias para ambos sexos, pues opinó que vivimos momentos difíciles en
este país. Al mismo tiempo “tenemos una situación diferente -como mujeres- que
debemos afrontar, porque podemos involucrarnos en un mundo más amplio que el
del hogar, el cual nos dará otras condiciones. Las jóvenes hoy quieren otro modo
de vida, ya no aceptan el que vivieron sus mamás. Hay que luchar y construir
condiciones de equidad y democracia”.
En ese sentido, Hortensia Moreno señaló
que las perspectivas de las mujeres en los próximos años son diferentes de las
que había hace 30 o 50. “Lo peor que podemos hacer las feministas es suponer
que todo lo ganado es suficiente, parecería como que esa es la tendencia del
sentido común; sin embargo, aún es necesario trabajar por leyes que determinen
la igualdad entre los dos sexos”.
En la legislación todo está dado, se
plasman por ejemplo los derechos humanos y en éstos se consigna de manera
explícita la libertad de los seres humanos a tener hijos cuando quieran y que a
nadie se le puede obligar a ser madre o padre en contra de su voluntad; no
obstante, a pesar de que existen los derechos como palabra escrita, todavía no
hay garantía de que se cumplan.
Por ello, en los
próximos 50 años “debemos conseguir que por lo menos la legislación en la que
está asentada la situación de las mujeres en términos de igualdad, empiece a
tener vigencia como una realidad práctica y no sólo como una bonita poesía”.
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