Boletín UNAM-DGCS-142
Ciudad Universitaria
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LOS MOVIMIENTOS ASTRONÓMICOS: UNA DE LAS CAUSAS DE LAS VARIACIONES
CLIMÁTICAS
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La
naturaleza de los cambios del tiempo meteorológico obedece, entre otras
razones, al desplazamiento de masas de aire que transportan consigo la humedad
desde los océanos
·
El
clima difiere del tiempo meteorológico por su extensión geográfica, su temporalidad –mayor a 30
años– y por la naturaleza de sus modificaciones
·
Los
volcanes arrojan gran cantidad de polvo y gases a la atmósfera; esto modifica la cantidad de radiación que recibe
la Tierra, lo que repercute en las alteraciones del clima
Los cambios constantes en el tiempo meteorológico son resultado de
variaciones en temperatura y humedad –entre otras causas– en un lugar
determinado, que ocurren en plazos de horas, días o semanas, apuntó Beatriz
Ortega, investigadora del Instituto de Geofísica.
“Lo vemos cuando en algunos días del año hace frío por la mañana, calor
a medio día, lluvias por la tarde y una baja de temperatura durante la noche”,
señaló en la conferencia “De las épocas del hielo al calentamiento global”,
realizada en La Capilla de Universum.
Explicó que el clima de un lugar o región depende principalmente de su
ubicación, como por ejemplo la distancia del Ecuador, altura sobre el nivel del
mar, proximidad de océanos o de otros grandes cuerpos de agua y cercanía de
montañas u otras barreras naturales. La naturaleza de las modificaciones del
tiempo meteorológico obedece, entre otras circunstancias, al desplazamiento de
grandes masas de aire que transportan consigo una temperatura distinta.
En el Planeta, dijo, el clima fluctúa como resultado de las alteraciones
naturales ocurridas en el comportamiento de la atmósfera, los océanos, los
continentes y la criosfera –capa de hielo y nieve que cubre la superficie
continental u oceánica de la Tierra–, así como de las variaciones en radiación
recibidas del Sol. A veces, alguna de estas fluctuaciones persiste decenas,
miles o millones de años.
El clima, abundó, difiere del tiempo meteorológico por su magnitud
temporal y geográfica. Para las ciencias de la Tierra, el primero se refiere a
tendencias que se mantienen por tiempos más prolongados, mayores de 30 años, no
a alteraciones que suceden en un día.
Los cambios de temperatura dependen de varios factores, entre ellos del
Sol. Este cuerpo celeste tiene una evolución, lo que significa que “morirá” en
un futuro. Sin embargo, conforme crece, va afectando a los planetas del Sistema
Solar; es decir, las transformaciones que ha tenido durante su existencia
influyen en la superficie de la Tierra, añadió.
Expuso que a medida que el Sol envejece, aumenta su radio de acción; la
estrella seguirá expandiéndose y se “tragará” a los cuerpos celestes más
cercanos a él. La vida en el Planeta entonces será insostenible; tal vez antes
de ese momento, los humanos habrán emigrado a otras zonas más favorables para
la vida.
La investigadora destacó que el hecho de que el clima sea tan cambiante
se debe también a los movimientos astronómicos. La Tierra, en su desplazamiento
alrededor del Sol, pasa de una trayectoria más elíptica a una más circular cada
100 mil años, fenómeno llamado “eccentricidad”. Así, el globo recibirá una
irradiación diferente del Sol cuando se encuentre en un punto más alejado.
Informó que esta no es la única alteración. Planteó que el eje sobre el
cual gira el mundo tiene una inclinación variable y pasa de un máximo de 24.5°
a un mínimo de 21.5°. Dicha manifestación sucede cada 41 mil años. Por ello,
los rayos del Sol inciden en latitudes más altas o bajas dependiendo de la
cuesta del eje terrestre.
El “movimiento de precesión”, agregó, es otro factor que influye en las
modificaciones del clima; significa que el astro, además de girar sobre su eje,
se bambolea como un trompo que está por pararse. Esa actividad que describe un
círculo se completa cada 23 mil años, lo que provoca que la radiación del Sol
en la superficie de la Tierra sea diferente.
Indicó que en el Universo suceden otros fenómenos que afectan a nuestro
planeta, entre ellos el impacto de los meteoros, que en muchas ocasiones han
sido amortiguados por el conjunto de gases que conforman la atmósfera.
Sin embargo, los más grandes chocan con la superficie terrestre y se
convierten en fragmentos de polvo. Cuando esto ocurre, dicho polvo suspendido
en la atmósfera puede hacer que cambie la cantidad de radiación solar que se
recibe en el orbe, lo que origina
variaciones en el clima.
Por otra parte, la Tierra conserva su calor interno, lo que hace que tenga
una dinámica al interior. Ésta se manifiesta, en la superficie, en la deriva de
las placas de la litosfera y en la formación de volcanes.
Manifestó que la actividad de las placas tectónicas genera montañas y
volcanes, los cuales arrojan gran cantidad de elementos a la atmósfera, ya sea
en forma de polvo o de gases; todas estas sustancias modifican la cantidad de
radiación que recibe nuestro Planeta, lo que influye en los cambios de clima.
Precisó que los océanos desempeñan funciones importantes moderadoras del
sistema climático: acumulan calor y CO2, redistribuyen energía calorífica en el
Planeta y amortiguan las variaciones climáticas. Los continentes a su vez
funcionan como barreras naturales que alteran la circulación de las corrientes
oceánicas y de los vientos, y modifican la distribución de temperatura y
humedad.
Beatriz Ortega concluyó su exposición al afirmar que el mismo hombre se
ha encargado de sobrecalentar la Tierra al gastar mucha energía, así como al
quemar bosques y combustibles fósiles; todo esto provoca que existan mayores
concentraciones de gases flotando en la atmósfera los cuales, a su vez,
favorecen el aumento de la temperatura por el llamado “efecto invernadero”.
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Beatriz
Ortega, del Instituto de Geofísica de la UNAM, señaló que el clima de un lugar
o región depende principalmente de su ubicación: distancia del Ecuador, altura
sobre el nivel del mar, proximidad de océanos y de otros grandes cuerpos de
agua y cercanía de montañas, entre otros factores.
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Un
agente causante de que el clima sea tan cambiante son los movimientos
astronómicos, afirmó Beatriz Ortega, investigadora del Instituto de Geofísica
de la UNAM, en el Museo de las Ciencias Universum.