Boletín UNAM-DGCS-098
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Abre la
posibilidad de generar un modelo
inteligente en el que se benefician los usuarios porque no tiene ningún
costo: Gabriel Pérez, de la FCPyS.
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Este tipo de
programas se adapta a las necesidades de cada persona, lo que permite un mejor
aprovechamiento del equipo de cómputo
·
Propone el
autoaprendizaje tecnológico de los internautas, la cooperación colectiva y el
intercambio de información
El software libre abre una
alternativa a la brecha digital porque los usuarios no necesitan invertir
dinero, pueden aplicar el programa como lo requieran, modificarlo, hacerle
mejoras y compartirlo con otros, señaló Gabriel Pérez, estudiante de la
Maestría en Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
(FCPyS).
Destacó que con las ventajas
de los programas libres –que pueden “bajarse” de Internet gratuitamente– se
abre la posibilidad de generar una construcción colectiva del conocimiento, un
modelo alternativo e inteligente en el que se benefician los públicos de la Red
porque no implica ningún costo.
En la conferencia “Software
libre: una opción para reducir la brecha digital”, que se llevó a cabo en la
sala Lucio Mendieta en el marco del Primer encuentro sobre Internet
alternativa. Usos inteligentes de la Red, agregó que este tipo de aplicaciones
se adapta a las necesidades de cada usuario, lo que permite un mejor
aprovechamiento de la computadora.
El software libre, dijo, tiene
futuro; por sólo mencionar algunos de los programas que han tenido éxito,
enumeró: Apache, que corre en el 80% de los servidores del mundo; Linux, el
cual tiene alrededor de 15 millones de usuarios; Perl, que es el lenguaje más
usado para desarrollar aplicaciones de la Web.
Mencionó que uno de los
paquetes informáticos que son compatibles con los que existen en el mercado es
Open Office, el cual puede utilizarse como procesador de palabras al igual que
Word, Excel y Power Point. Los documentos en este programa, por ejemplo, ocupan
la cuarta parte de memoria en comparación con los que se elaboran en Word;
además, se pueden intercambiar archivos con Windows.
Por otro lado, resaltó que
México es un país de contrastes y la brecha digital no es más que una expresión
de esas diferencias que hay entre determinados sectores, muchos de los cuales
no pueden adquirir tecnología de punta.
Destacó que gran cantidad de
personas no tienen siquiera acceso a Internet por diversos factores, ya que
deben contar con los servicios básicos de telefonía, hardware (computadora),
software (programas) y una empresa que le proporcione la conexión a la Red.
Este último aspecto llega a ser determinante para que una persona se conecte o
no.
Explicó que en cada uno de estos
componentes se presentan situaciones prácticamente monopólicas. En el caso de
los procesadores, la empresa Intel maneja más del 80% del mercado; en cuanto al
software, 95 de cada 100 computadoras trabajan con el que ofrece la empresa Microsoft.
Todo ello limita el acceso a la tecnología y a las conexiones.
Por su parte Jorge Lizama,
profesor del posgrado en Comunicación de la FCPyS, expresó que ante la era
tecnológica que estamos viviendo “consideramos inaplazable que los científicos
sociales se pongan a trabajar para evitar caer en el concepto de intelectuales
“on line”; es decir, que sólo manejan las cuestiones más básicas de la Red”.
El objetivo de este Primer
Encuentro sobre Internet Alternativa, es proponer un modelo de uso de la Red
que permita el autoaprendizaje tecnológico, la cooperación colectiva y el
intercambio de información. “Se busca discutir sobre tecnología en beneficio de
los usuarios, no de los intereses comerciales”, manifestó.
Por su parte Alejandro Julien
Pérez, de la empresa Unibase, expuso que los internautas que bajen de la Red el
software libre pueden modificarlo y explotarlo comercialmente sin ningún
problema. Lo que se pretende, reiteró, es que este tipo de programas crezca y
se alimente con las colaboraciones de quienes los utilizan.
Para concluir, aseguró que
todo proyecto exitoso de software libre tiene detrás una comunidad que lo
valida, que lo mantiene en uso. Es algo que ha funcionado desde finales de la
década de los 70, pero en años recientes ha crecido.
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FOTO 1
El software libre (que puede
“bajarse” de Internet de forma gratuita) abre la posibilidad de generar una
construcción colectiva del conocimiento, afirmó Gabriel Pérez, de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales.
FOTO 2
Alejandro Julien Pérez, de la empresa Unibase, expuso en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que los internautas que “bajen” software de Internet pueden modificarlo y explotarlo comercialmente sin problemas.