Boletín UNAM-DGCS-082
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
LA SEGURIDAD SOCIAL, UNO DE LOS PROBLEMAS MÁS IMPORTANTES QUE ENFRENTARÁN PAÍSES DE AMÉRICA
·
Encontrar mecanismos
de financiamiento y ampliar la cobertura, sus retos: Leonardo Lomelí, de la
Facultad de Economía
·
Se presentó el Informe sobre “La seguridad
social en América 2002. Problemas de financiación y opciones de solución”, de
la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS)
La seguridad social, uno de los problemas
más importantes que la mayoría de los países del continente americano deberán
enfrentar en los próximos años, tiene el doble reto de encontrar mecanismos de
financiamiento y la apremiante necesidad de incrementar su cobertura, aseguró
Leonardo Lomelí, profesor de la Facultad de Economía (FE).
Durante la presentación del Informe sobre
“La seguridad social en América 2002. Problemas de financiación y opciones de
solución”, en la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS)
efectuada en la misma dependencia universitaria, el académico señaló que los
sistemas en este rubro deben serlo en sentido estricto; es decir, no sólo
incluir a los trabajadores, sino considerar programas de asistencia para la
población abierta.
En el aula “Horacio Flores de la Peña”,
afirmó que esos sistemas deben tener un objetivo de cobertura universal que
“los regímenes que hemos tenido no han podido alcanzar y que al agravarse el
problema de sus crisis financieras, lleva a replantear el diseño mismo de sus
esquemas”.
En el caso de México, mencionó, hay
problemas que no han sido completamente resueltos por las reformas al sistema
de pensiones. La viabilidad del mismo radica, más que en ampliar las tasas de
cotización de los trabajadores o empresarios, en agrandar la base de
contribuyentes. Para lograrlo, se requieren mecanismos que hagan atractiva al
sector informal de la economía la afiliación voluntaria al Seguro Social.
“Hace falta ampliar la figura del seguro
popular para incrementar los ingresos del sistema y así -para el caso de
México- contribuir a resolver sus problemas financieros”.
Por su parte, Nora Garro Bondonaro,
investigadora de la CISS afirmó que para ese organismo -que alberga a los
países de América Latina, Estados Unidos y Canadá, y cuya sede se encuentra en
México- la seguridad social se define como un sistema de aseguramiento de
riesgos individuales mediante el manejo solidario de los recursos de la
población, a través del cual el Estado asegura que todas las personas tendrán
las mismas oportunidades económicas.
Explicó que ello implica la
desvinculación entre la incorporación a la seguridad y la participación en el
mercado formal de trabajo; la transformación de los programas de combate a la
pobreza extrema en modalidades de seguridad social, y la conservación de los
incentivos al esfuerzo personal para evitar las llamadas “trampas de la
pobreza”.
Los beneficios de un esquema
de seguridad social deberían otorgarse tanto a los cotizantes actuales como a
los del pasado y a los no cotizantes (es decir, individuos que no participan en
el mercado laboral formal).
En el Informe se proponen
cambios en los esquemas de seguridad social, referentes -entre otros aspectos-
a la ampliación de la base gravable, el aumento en la edad de retiro o
disminución de la jubilación por edad temprana, el pago extra por servicios de
salud, la indexación de las jubilaciones a la inflación o los salarios, mejoras
administrativas, uso de bono demográfico, ingresos fiscales de otras fuentes y
la privatización del sistema de pensiones.
En cada caso, abundó, se requiere
definir y jerarquizar los criterios sobre los cuales se analizarán las posibles
reformas, para luego pasar a las etapas de evaluación y discusión de
resultados.
Eduardo Rodríguez Oreggia,
investigador de la CISS y coordinador del Informe, abundó que es un hecho que
las sociedades del continente y el mundo tienden a envejecer. Esto, por
supuesto, genera un problema de recursos para financiar los servicios que las
personas de más edad requerirán en el futuro.
Se pretende la plena
utilización del potencial productivo en edad laboral. Dada la tendencia
demográfica se alcanzará un máximo de población entre 15 y 64 años alrededor
del año 2025, lo cual representará una fuerte entrada de trabajadores al
mercado, quienes contribuirán a ampliar la base fiscal; sin embargo, esto
podría afectar los niveles salariales, los cuales corren el riesgo de continuar estancados como ha ocurrido hasta
ahora.
En este sentido, el análisis
de las opciones para mejorar las finanzas de la seguridad social no es trivial,
ya que debe estudiarse no sólo el impacto de los recursos adicionales, sino los
efectos sobre el bienestar de los diversos grupos de la población, finalizó.
--o0o—
PIES DE FOTO
Foto 1
La seguridad social es uno de los
problemas más importantes que la mayoría de los países del continente americano
deberán enfrentar en los próximos años, aseguró Leonardo Lomelí, profesor de la
Facultad de Economía de la UNAM (en primer plano).
Foto 2
La investigadora
de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, Nora Garro Bondonaro,
afirmó que los beneficios de un esquema de seguridad social deberían otorgarse
también a individuos que no participan en el mercado laboral formal.
Foto 3
Eduardo Rodríguez Oreggia, coordinador del Informe sobre “La seguridad
social en América 2002” de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social,
dijo que el envejecimiento genera problemas de recursos para financiar los
servicios que las personas de mayor edad requerirán en el futuro.