06:00 hrs. Enero 15 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-033

Ciudad Universitaria

 

SÓLO EL 10% DEL TERRITORIO MEXICANO TIENE CONDICIONES ÓPTIMAS PARA EL DESARROLLO DE GANADO BOVINO

 

·        Juan Ruiz, académico de la FES Cuautitlán, dijo que gran parte de los problemas de deforestación que padece el país se deben a los ganaderos, quienes sacrifican bosques

·        Propuso sistemas alternativos de producción de alimento para animales basados en caña de azúcar y guaje

·        Alejandro Ortiz, director de Ganadería de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado de México, sostuvo que el reto de la tecnología es evitar el uso de sistemas de producción devastadores

 

Sólo el 10% del territorio mexicano tiene las condiciones climatológicas (frío y humedad), que contribuyen al desarrollo adecuado del ganado bovino, afirmó Juan Ruiz Cervantes, académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC).

 

México, como productor de bovinos, dispone de 30 millones 600 mil cabezas, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); sin embargo, “no es el número sino la eficiencia en la cantidad de kilos de carne que genera, lo que hace competitivo a un país en el sector”.  Dicha eficacia depende, en gran medida, de contar con sistemas y tecnologías adecuados.

 

Durante la conferencia “Alternativas en los sistemas de alimentación en bovinos de engorda, carne libre de promotores de crecimiento como las sales de clenbuterol o cualquier otro anabólico”, celebrada como parte del tercer ciclo de conferencias de la Cátedra de “Ciencia y Tecnología de la Carne”, mencionó que en los últimos 20 años ha habido en el país un incremento en la producción de carne

 

Sin embargo, añadió, “gran parte de los problemas de deforestación que padecemos se deben particularmente a los ganaderos, quienes en su afán de incrementar sus pastos sacrifican bosques”.

 

En el mundo se pierden cada día alrededor de cinco millones de hectáreas de bosques. “Esto es parte de la complicidad de todos y cada uno de nosotros; por ello, debemos comprometernos a conseguir mejor ganancia y peso en los animales, pero sin sacrificar los recursos no renovables”, e insistió en que los sistemas de producción deben ser sustentables.

 

Informó que el año pasado México dejó de exportar cuatro millones de toneladas de azúcar debido a una sobreproducción “y mucha se quedó en pie”. Por ello, propuso aprovechar la caña de azúcar como alimento para el ganado de engorda.

 

Explicó que ésta, por sí sola, no es apta para la alimentación de los animales debido a que únicamente tiene entre 2.7 y 3.5% de proteína; en cambio en Cuba han resuelto este problema con ayuda de un producto denominado saccharina, utilizado desde hace varios años en aquella isla para nutrir al ganado.

 

Con apoyo de investigadores del Instituto de Ciencia Animal de La Habana, Ruiz Cervantes y sus colegas pusieron en práctica el método en el estado de Tamaulipas, en 1996. Para aumentar el porcentaje de proteínas de la caña de azúcar, se incluye la fermentación aeróbica de las bacterias epifíticas que normalmente se encuentran en ella, lo cual exige agregar un sustrato; “en este caso eligieron uno que resulta barato: la urea”. También se le agregan minerales.

 

En el estudio realizado por Ruiz Cervantes se obtuvo un enriquecimiento proteico de 14 a 16% en la caña; en ese entonces el costo por kilo de saccharina fue de 60 centavos. Posteriormente, en otra investigación realizada en Jalisco, el producto suministrado a ovinos en dietas balanceadas -donde la saccharina representó el 60% del alimento- redituó en ganancias de peso de más de 190 gramos por día.

 

Comparada con una dieta clásica para engorda, como las utilizadas en el Altiplano de nuestro país, la shaccharina sí funciona  y es competitiva, además de que tiene la ventaja de poderse almacenar en buenas condiciones durante seis meses, precisó el experto.

 

“En México, esta tecnología no se conoce; la saccharina es una opción sobre todo para productores que, además de ganado de engorda, poseen caña de azúcar.

 

Asimismo aseguró que el guaje o leucaena leucefala, leguminosa originaria de México, “nunca se ha aprovechado al máximo”, ya que sus semillas, también degustadas por humanos, “pueden ser la base de un banco de proteínas que sirva para aumentar el peso del ganado”.

 

Por ello, investigadores mexicanos y cubanos participaron, en 1994, en un programa en el que se involucraron 60 ejidatarios e instituciones, entren ellos la universidad y el gobierno del estado de Colima,  con miras a solucionar un problema recurrente entre los ganaderos de la zona: contar con alimento adecuado al rendimiento de sus animales.

 

El ganado de pastoreo adquiere, en el mejor de los casos, de 500 a 600 gramos diarios en época de lluvias; pero en tiempo de secas las condiciones cambian y hay lugares donde la manada incluso pierde peso, dijo Ruiz Cervantes.

 

De ahí la importancia del producto mencionado, que contempla la implantación de bancos de proteínas con base en el guaje. Esta planta perenne brinda a los animales entre 28 y 34% de proteína, cualidad a la que se suma la ventaja de que no requiere fertilización; aún más, dicha leguminosa sirve para fertilizar el campo si se siembra asociado con una gramínea.

 

 “Los dos sistemas que propongo para elaborar alimento pueden sustentar diferentes tipos de producción: ganado de carne, de leche, así como terneras para reproducción”, finalizó.

 

Por su parte Alejandro Ortiz Oropeza, director de Ganadería de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) del Estado de México, sostuvo que la tecnología tiene como reto evitar el uso de sistemas de producción devastadores sin perder de vista las exigencias del mercado.

 

En tal sentido “hay que concientizar al productor en el sentido de que las condiciones del mercado imponen las características del producto”, ya que de poco sirve “hacer la mejor de las canales, si al final se tienen problemas de comercialización debido a que los productos no se consumen”.

Durante la conferencia “Importancia de la producción de ganado de carne en el Estado de México” agregó que la obtención de este alimento es la actividad más diseminada en el medio rural de esa entidad, pues se realiza en todas las regiones, incluso en aquellas caracterizadas por condiciones climáticas adversas.

 

“También es una forma de ahorro y capitalización de los campesinos, y en ocasiones un factor económico que permite la subsistencia cuando la cosecha se ve diezmada”.

 

El Estado de México produce anualmente 37 mil 84 toneladas de carne de bovino, de un total a escala nacional de un millón  408 mil 618 toneladas, y ocupa el primer lugar en la producción de carne de ovino con cinco mil 512 toneladas de las 33 mil 329 toneladas que se obtienen en todo el país.

 

Sin embargo, esta actividad enfrenta problemas como la descapitalización del sector ganadero -originada por las variaciones económicas del país en la última década; dificultad para acceder a créditos con tasas preferenciales, falta de cultura crediticia y de visión empresarial; elevados costos de producción y bajos niveles tecnológicos; poca calidad genética del ganado, e inadecuado aprovechamiento de insumos, recursos forrajeros y esquilmos agrícolas.

 

Para atender estos problemas, el gobierno estatal creó el Fideicomiso Ganadero del Estado de México como un marco de operación para el Programa de Engorda 2000-2002. “Como estrategia inductora, brinda asistencia técnica y capacitación personalizada; facilita el acceso a créditos con tasas preferenciales, y otorga garantía fiduciaria del 20% y reintegro del 50% de intereses”, explicó.

 

El programa ha beneficiado hasta la fecha a 671 pequeños productores y, mediante él (en el período 2000-2002), se ha engordado a 38 mil 289 cabezas de ganado, lo cual representa un estimado de 17 mil 230 toneladas de carne en pie, concluyó Ortiz Oropeza.

 

 

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