Boletín UNAM-DGCS-0986
Ciudad Universitaria
COMO UN PRODUCTO HUMANO, LA CIENCIA EN EL MUNDO ESTÁ PLAGADA DE TRASPIÉS: DE LA PEÑA
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Las ideas erróneas resultan ser las más
populares, lo cual es peligroso, sostuvo el director del Instituto de Matemáticas
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La comunidad científica deberá enfrentar la
apropiación privada de los conocimientos: Ana María Cetto, investigadora del
Instituto de Física
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El científico evidentemente no tiene ningún
control sobre el destino de la información que produce una vez que la da a
conocer: Soledad Loaeza, investigadora del Colmex
Nos hemos cansado de escuchar
elogios sobre las maravillas de la ciencia en el mundo; de creer que
automáticamente ésta significa progreso, pues “al evolucionar, hace evolucionar
a la sociedad”, y alrededor de ella se ha tejido todo un mito acerca de su
infalibilidad. Pero como un producto humano que es, está plagada de traspiés y
regresiones, indicó José Antonio de la Peña.
El director del Instituto de
Matemáticas de la UNAM señaló que es más rápida la apropiación por parte de la
sociedad de ciertas ideas erróneas que, por alguna causa, resultan ser
populares y son las que pegan, lo cual es peligroso.
Durante la mesa redonda La apropiación del conocimiento, durante
el Seminario Ciencia y tecnología ¿para
qué?, organizado por la Dirección General de Estudios de Posgrado, agregó que muchos conocimientos válidos
llevan a equivocaciones.
El también presidente de la
Academia Mexicana de Ciencias sostuvo que si bien la ciencia está ligada estrechamente
a la noción de progreso, también es cierto que éste no es lineal ni sencillo.
Al revisar la historia de los grandes descubrimientos o los grandes hombres
dedicados a esta actividad, “encontramos que no ha avanzado tan fácilmente”.
La ciencia, indicó, está
expuesta a grandes problemas de diversos tipos. Uno de ellos es que gente de
buena fe, basada en conocimientos obtenidos honestamente y siguiendo una
metodología, puede llegar a conclusiones totalmente equivocadas. Otro
inconveniente es que esta actividad, “depende de la política local, de la
situación ideológica de los países, así como de los gobiernos”.
Por su parte Ana María Cetto,
investigadora del Instituto de Física de la UNAM, señaló que la tendencia
reciente en una buena parte de los científicos es una transición de la
propiedad intelectual colectiva a la privada. Incluso, hay casos en los cuales
se han patentado genes o información.
“Buena parte de la ciencia hoy
en día se lleva a cabo con recursos y fines privados. Se va más allá y conocimientos
científicos que han sido creados o adquiridos de manera pública, también pueden
ser privatizados”.
Esta propensión, recalcó, se
presenta incluso con la sabiduría de las comunidades -en particular las
indígenas- como los conocimientos sobre las plantas. “Están siendo
redescubiertos por empresas que buscan sacar provecho particular de ellos”,
aseveró.
Dada esta situación, Ana María
Cetto insistió en que la comunidad científica deberá trabajar más sobre este
tema y enfrentar claramente la apropiación privada del conocimiento. “Aquí las
organizaciones científicas pueden jugar un papel importante”.
Otras formas de apropiación de
la ciencia, resaltó, son las publicaciones científicas y la asignación de los
nombres de los descubridores a los nuevos conocimientos, por ejemplo, las Leyes
de Newton.
En su intervención, Soledad
Loaeza, profesora e investigadora de El Colegio de México, indicó que “la
apropiación del conocimiento es el destino natural de éste”; es decir, que
otras personas distintas de quienes lo han producido lo adquieran para sí y lo
integren a su mundo individual, su repertorio de instrumentos de comprensión de
la realidad”.
Abundó: “los investigadores
normalmente no desarrollamos nuevos conceptos para consumo personal, mantenemos
la esperanza de que otros también se beneficien de ellos”; sin embargo, “nos
apropiamos del conocimiento de otros”.
El científico evidentemente no
tiene ningún control sobre el destino de la información que produce una vez que
la da a conocer, ni sobre cómo llega al destinatario, la forma que tomó en la
mente del lector y la manera como éste la trasmite. Por tanto, podemos decir
que “el proceso de apropiación del conocimiento es muy complejo; sólo podemos
tener de éste una imagen fragmentaria y parcial”.
Diferenció también entre los
conceptos adquirir y apropiarse del conocimiento. El primero se refiere a una
acción voluntaria y explícita, cuyo propósito es obtener y ejercer un derecho
de propiedad que en este caso particular es sobre las ideas. El segundo es una
actividad ilegítima e incluye “malas mañas”. Quizá en ambas situaciones los
medios son los mismos, lo que difiere son los fines: para qué se desea este
conocimiento.
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