15:00 hrs. Octubre 30 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0907

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA SOLUCIÓN AL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y PALESTINA DEBE SER POLÍTICA, NO MILITAR

 

·        El diálogo, la conciliación y el entendimiento en una mesa de negociaciones son el camino para alcanzar la paz, coincidieron Fawzi Yousif y Moshe Bachar, representantes de ambos gobiernos

·        Posible la creación de un centro permanente de estudios sobre la cuestión palestino-israelí en el IIJ, anunció su director, Diego Valadés

·        Christian Kennedy, ministro consejero de Asuntos Exteriores en la Embajada de Estados Unidos en México, señaló que el gobierno de ese país propone que haya dos Estados

 

Para el conflicto entre Israel y Palestina no puede haber una solución militar, sino política; el diálogo, la conciliación y el entendimiento en una mesa de negociaciones son el camino para alcanzar la paz, no hay otra alternativa, coincidieron en señalar Fawzi Yousif y Moshe Bachar, embajador de la Delegación Especial de Palestina en México y consejero de la Embajada de Israel, respectivamente.

 

Al participar en el ciclo de conferencias “La situación entre Israel y Palestina en el derecho internacional”, organizado por la Dirección General de Estudios de Posgrado (DGEP) y el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), los diplomáticos reconocieron que se vive una situación tensa y difícil.

 

En el acto inaugural, Diego Valadés, director el IIJ, dijo que se deben abordar problemas como éste, pues no sólo afectan a dos pueblos, sino a todo el mundo por la forma en que se ha desencadenado la violencia en esa región.

El Medio Oriente tiene un potencial cultural, político y jurídico excepcional, por lo que es tiempo de que nos involucremos en el conocimiento profundo de lo que ahí sucede. Por ello, anunció la posible creación en el IIJ de un centro permanente de estudios sobre la cuestión palestino-israelí, en el que participen investigadores y académicos, así como representantes de ambos pueblos, con el apoyo de la DGEP.

 

El ciclo de conferencias es un ejercicio muy atractivo, sugerente y promisorio para examinar, en un espacio académico, con la objetividad que se requiere, la dimensión de un conflicto que se registra históricamente, señaló.

 

“Lo importante, añadió, es acercarnos a este proceso histórico y jurídico con las herramientas del Derecho, el cual es un instrumento esencial para garantizar la relación entre las personas y las sociedades, pero que, sin embargo, en este caso no ha tenido los frutos deseados y esperados”.

 

El embajador Fawzi consideró que la paz no es la ausencia de guerra, sino cuestión de justicia y derechos humanos. Los palestinos “no necesitamos la guerra, no podemos ni queremos hacerla; deseamos la paz del derecho internacional, humano e histórico”, destacó.

 

En el proyecto de los palestinos está crear un Estado democrático, laico, donde judíos, cristianos, musulmanes y ateos, puedan vivir  de forma civilizada, unos al lado de los otros, precisó.

 

Debido a que el motivo de la violencia en Medio Oriente es la ocupación de la tierra palestina por parte de Israel, opinó, esta nación debe aceptar las resoluciones de la ONU (la 242, del 22 de noviembre de 1967, que establece el fin de la ocupación de los territorios palestinos, y la 338, del 22 de octubre de 1973, que señala que para terminar con el estado de beligerancia en la región se debe aplicar la resolución anterior), pero no las ha aceptado.

 

Si Israel quiere la paz, dijo, “extendemos nuestras manos para alcanzarla, pero con justicia, derecho y ley, para vivir primos y hermanos en la misma tierra, como gente civilizada, para trabajar por la prosperidad de ambos pueblos, enfrentar la miseria, la pobreza, la guerra, la enfermedad y lograr un Medio Oriente nuevo”.

 

Propuso que Jerusalén sea la capital de los dos estados, de Palestina e Israel, sin división material o física y que según la resolución 194 de la ONU, los refugiados palestinos regresen a su tierra. “Solo con la paz podremos prosperar; basta de derramamiento de sangre, de conflictos, de guerra”.

 

Moshe Bachar, consejero de la Embajada de Israel, recordó que en marzo de 2002 se reunió la Liga Árabe para brindar un ofrecimiento de paz de Arabia Saudita para la zona. Israel vio de manera positiva el ofrecimiento, pero los actos “terroristas de los palestinos nos siguen golpeando y no dejan lugar para una conversación de paz entre ambas partes”, aclaró.

 

Israel lucha contra el terror desde hace muchos años y busca la armonía por todos los medios, como lo demostró con Egipto (en 1967) y Jordania (en 1994), cuando se negociaron territorios por paz. En el caso de Palestina, la sigue buscando en un territorio que es pequeño e, incluso, está dispuesto a hacer concesiones.

 

“Estamos preparados a ceder, pero esperamos que la contraparte también haga sacrificios. Esperamos que pronto llegaremos a esa paz verdadera para vivir en tranquilidad. Eso tiene que ser decisión de los dos lados, con el reconocimiento mutuo”.

 

Hay que poner punto final a la guerra y parar de discutir quién tiene la razón para analizar la realidad de aquel territorio. La situación es delicada y no hay más remedio que repartir el pequeño terreno en disputa.

 

Christian Kennedy, ministro consejero de Asuntos Exteriores en la Embajada de Estados Unidos en México, señaló que el gobierno de ese país propone que haya dos Estados, cada uno con fronteras seguras, establecidas y reconocidas internacionalmente, como se señala en la resolución 242.

 

Las partes, apuntó, tienen que resolver los límites territoriales eventuales y para ello necesitan la fuerza y voluntad política de llegar a un acuerdo; sin embargo, eso ha sido muy complicado.

 

“Necesitamos volver a abrir un espacio diplomático de diálogo y negociación, donde las partes se sientan seguras para avanzar en el proceso de la paz”, concluyó.

María de Lourdes Sierra, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, mencionó que desde la creación del Estado de Israel, en 1948, hasta nuestros días, árabes e israelíes se han enfrentado directa o indirectamente. El conflicto obedece fundamentalmente a la lucha entre dos nacionalismos encontrados, ambos basados en injusticias históricas por el control y soberanía de un mismo territorio, la Palestina histórica, una pequeña zona de 16 mil kilómetros cuadrados.

 

No se trata, aclaró, de un conflicto religioso sino de uno fundamentalmente político.

 

Finalmente, Doris Musalem, de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que los palestinos libran una lucha por su autodeterminación e independencia que se enmarca en el derecho internacional Israel, en tanto, no quiere cumplir con el principio fundamental de paz por territorio (Gaza y Cisjordania) de la resolución 242.

 

Lo que sucede actualmente es un “círculo vicioso y perverso de violencia”, ante el cual la comunidad internacional poco ha hablado, convirtiéndose así en cómplice de los crímenes de guerra, finalizó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Fawzi Yousif, Diego Valadés y Moshe Bachar, embajador de la Delegación Especial de Palestina en México, director del Instituto de Investitaciones Jurídicas de la UNAM y consejero de la Embajada de Israel, respectivamente, participaron en la UNAM en el ciclo de conferencias La situación entre Israel y Palestina en el derecho internacional.

 

Foto 2

 

María de Lourdes Sierra, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, indicó que el conflicto entre árabes e israelíes no es religioso, sino fundamentalmente político.