Boletín UNAM-DGCS-0895
![]() |
Pies de fotos al final del boletín
FRÁGILES Y DEFICITARIOS LOS REGÍMENES DEMOCRÁTICOS DEL CONTINENTE AMERICANO
·
Hilda Waldman, académica de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, dijo que como sistemas de gobierno no
han logrado expresar los intereses de toda la población
·
Las demandas, movilizaciones, organizaciones
y resistencia, son muestra de la necesidad de que los estados se transformen a
fondo: Horacio Cerutti
A pesar de que por primera vez en la historia casi todo
el continente está gobernado por regímenes democráticos, éstos son
“estructuralmente frágiles y deficitarios”, y no han logrado expresar de manera
cabal e incluyente los intereses de toda la población, afirmó la académica de
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Hilda Waldman.
Estos gobiernos, puntualizó,
tampoco han establecido una novedosa forma de relación política entre el Estado
y los nuevos actores emergidos en el espacio público, ni enraizar en el
conjunto de una vida social desarticulada por una economía que limita la
capacidad de incidencia del Estado sobre los diversos ámbitos de la vida
colectiva.
Durante su participación en la
conferencia “Democracia, justicia y paz en la herencia tricontinental de
América”, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), la especialista
en sociología habló sobre la situación actual de la democracia en América
Latina y, en particular, la que guardan los pueblos indígenas.
De cara al nuevo siglo,
subrayó, los países Latinoamérica se encuentran ante una extraña encrucijada,
porque sólo algunos regímenes están todavía permeados por las herencias institucionales y morales de
dictaduras pasadas.
La catedrática expuso que
todavía no se han consolidado las democracias. La política perdió su papel
central, al mismo tiempo que el Estado estrechó su capacidad de acción para dar
respuesta a las demandas sociales.
Con ello, destacó, se
acentuaron las desigualdades crónicas que caracterizan a la historia del
continente. En este marco, la democracia arriesga a perder sentido para quienes
han visto erosionado su nivel de vida de manera dramática.
Abundó que en varias regiones
predominan la baja efectividad gubernamental, la excesiva burocratización, la
corrupción o la persistencia de corporativismo y clientelismo, además de
problemas de inestabilidad, reducción del imperio de las leyes, escasez de la
fortaleza y calidad de las instituciones democráticas, así como dificultades
para hacer prevalecer el respeto por los derechos humanos.
A esto, advirtió Hilda
Waldman, se le agrega la corrupción en la élite política, cuyos escándalos
públicos son casi rutina, lo cual va en detrimento de la confianza ciudadana.
Lo más grave, sostuvo, es el
deterioro de los mecanismos de representatividad. Esto se manifiesta,
ejemplificó, en la crisis de identidad de los partidos y en el rompimiento de
los flujos de relación entre éstos y las bases electorales, hechos que se
traducen en una crisis de legitimidad de los sistemas políticos electorales y
de liderazgo que ha propiciado el surgimiento de mesianismos ajenos a la vida
política tradicional y a nostalgias de tipo autoritario.
En el auditorio “Héctor Fix
Zamudio”, el investigador del Centro Coordinador y Difusor de Estudios
Latinoamericanos (CCyDEL), Horacio Cerutti, indicó que las demandas,
movilizaciones, organización y resistencia de los pueblos originarios son una
solicitud clara en América Latina, no de que se resuelva el problema indígena
sino de que la sociedad y los estados nacionales se transformen a fondo.
En el caso particular de
México, precisó, esta situación se quiere resolver sólo restringiendo el
problema como si fuera de una zona, de unos grupos, de unas minorías, cuando
eso no es lo que está en discusión.
Esto implica, y es una demanda
radical, que surja una sociedad incluyente, “donde quepamos todos y todas”. La
democracia podría consolidarse, agregó, sólo si se cumplen ciertas condiciones,
como es que el sistema democrático adopte claramente la cuestión social, es
decir, el conflicto social.
Sin embargo, deben asumirse desde el punto de vista
teórico, porque la premisa de la transición a la democracia cuya prioridad era
el aspecto político, es falsa y las últimas dos décadas han demostrado que no
se pueden presentar las cosas en estos términos, puntualizó
El filósofo resaltó que de no
haber una manera de afrontar la cuestión social, no habrá posibilidades de que
la democracia sobreviva. Además, sin probabilidades de una defensa social que
apunta a la participación e integración de las mayorías en una sociedad vivible
para todos, habrá situaciones indeseables y lejanas a cualquier democracia,
concluyó
-oOo-
FOTO 1
Hilda Waldman, académica de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, impartió la conferencia
“Democracia, justicia y paz en la herencia tricontinental de América”, durante
un evento organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas.