Boletín UNAM-DGCS-0893
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PREMIA LA ACADEMIA DE CIENCIAS DEL TERCER MUNDO A DOS CIENTÍFICOS DE LA
UNAM
Por primera vez científicos
mexicanos recibirán el Premio TWAS (por
sus siglas en inglés) 2002 que otorga la Academia de Ciencias del Tercer Mundo,
en las especialidades de Matemáticas y Ciencias Médicas Básicas. Ellos son José
Antonio de la Peña y Ranulfo Romo, de los institutos de Matemáticas (IM) y
Fisiología Celular (IFC), respectivamente, de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
La academia otorga estos
reconocimientos con el fin de promover la excelencia científica que impulse el
crecimiento sustentable en los países en desarrollo. Los investigadores
universitarios fueron seleccionados por su trayectoria académica y sus
aportaciones científicas.
De la Peña, director del IM,
refirió que su trabajo matemático gira en torno a problemas de teoría de
representaciones de álgebra, área “un tanto abstracta” en la cual ha
desarrollado la mayor parte de su investigación científica.
En México, dicho ámbito de
estudio es uno de los de mayor tradición y cuenta con alrededor de una decena
de especialistas, constituyéndose así en uno de los grupos más fuertes e
importantes del mundo en ese campo.
Ranulfo Romo precisó que las
líneas de investigación que ha cultivado son cuatro: fisiología sensorial,
mecanismos de memoria de corto plazo, control de movimientos voluntarios y,
últimamente, la neurobiología de la toma de decisiones.
Esta última, que desarrolla en
su laboratorio -considerado entre los mejores en el mundo- requiere de utilizar
muchas ideas prestadas de diferentes disciplinas y cierta madurez científica:
deben tomarse en cuenta conceptos básicos del funcionamiento de las células
nerviosas, conocimiento anatómico del cerebro, psicofísica y teoría de
detección de señales, entre otros.
En opinión de De la Peña, las
matemáticas están, sin duda, en la base de la mayor parte de la ciencia; son la
herramienta fundamental para la creación de modelos y la comprensión
sistemática y metódica de las leyes de la naturaleza.
Por ello, contar con grupos de
matemáticos haciendo investigación no sólo fortalece la creación de
conocimiento en esa área, sino el desarrollo de la ciencia en todos los
aspectos, abundó el también presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Asimismo, esa disciplina
permite construir el pensamiento ordenado y lógico en las personas, de ahí que
una buena enseñanza, atractiva y divertida para los niños y jóvenes que incluya
las matemáticas, sea fundamental para la formación de los estudiantes sin
importar a qué se dediquen después.
En México, precisó, debería
prestarse más atención a la popularización de la ciencia como una vía
importante para fomentar la vocación hacia carreras científicas.
El investigador -autor de más
de 90 artículos en revistas internacionales, dos libros especializados y dos
más de texto- refirió que en el país las matemáticas han madurado durante los
últimos lustros. “Esta disciplina tiene una buena cantidad de representantes
distinguidos que hacen un trabajo de alto nivel internacional”.
En este sentido, dijo, resulta
natural que en algún momento lleguen distinciones, como el Premio TWAS de
Ciencias Básicas 2002, para el grupo de matemáticos mexicanos. Seguramente
vendrán más “porque hay una buena cantidad de especialistas líderes en sus
campos a escala mundial”.
La distinción de la Academia
es para las matemáticas mexicanas y podría significar una promoción del área,
finalizó el investigador nacional.
Acerca de los resultados más
importantes de las investigaciones del doctor Ranulfo Romo, destaca que él y
sus colaboradores fueron los primeros en demostrar cómo las imágenes del medio
externo pueden ser reconstruidas en la actividad de las neuronas, es decir,
cómo grupos de células de la corteza cerebral representan en su actividad
información sensorial de una manera muy parametrizada.
En segundo lugar, añadió,
“mostraron, por primera vez, el valor de una representación para la
percepción”, a través de la reproducción artificial de dicha actividad mediante
la aceleración directa de las células.
Tercero, probaron que hay una
representación física de la memoria, esto es, “no es tan abstracta como la
gente cree”, gracias a que encontraron “el mecanismo por el cual las células
guardan información en memoria de corto plazo”.
Cuando se trata de recordar un
objeto, explicó, la idea es reconstruirlo; para ello, se toman y ponen en
cierto orden piezas del objeto para poder hacerlo; este proceso es posible
gracias a que de alguna forma el cerebro guarda cantidades físicas en sus
circuitos”. En realidad, abundó, no sabemos cómo lo hace en memoria de largo
plazo, pero sí en las de periodo reducido.
Finalmente, su cuarta
aportación ha sido demostrar cómo las células deliberan para generar una toma
de decisión y, dependiendo qué tan difícil sea la elección, esto se reflejan en
la actividad de las neuronas.
“Se compara la información
fresca que entra por los sentidos contra referentes guardados en la memoria. Si
este proceso se hace apropiadamente, se genera un acto perceptual y a partir de
ahí las células deliberan para tomar una decisión correcta o incorrecta”,
aseveró.
Lo que ha hecho el
investigador ha sido estudiar el mecanismo relativo a cómo interviene la
memoria en algún punto del cerebro para generar la percepción y después la toma
de decisiones, cuando entra una información sensorial. “Lo hemos encontrado
–afirmó– es ese mecanismo en un paradigma experimental”.
Parece que en poco tiempo
podremos entender en su totalidad cómo el cerebro genera una percepción, la
cual tiene muchos componentes, indicó Ranulfo Romo.
Acerca del premio, indicó que
“es un estímulo para seguir trabajando, pues significa saber que las horas que
pasa uno en el laboratorio están bien invertidas, que reditúan en cosas
nuevas”. También, es muestra de que ciencia de buena calidad se puede hacer en
nuestro país; el único impedimento en este sentido “sería la falta de apoyos
económicos y que el propio investigador no tenga la capacidad para llevar a cabo
las investigaciones”.
Por otra parte, los mexicanos,
junto con el resto de los ganadores de otras especialidades recibirán su
reconocimiento -10 mil dólares y una placa- en octubre de 2003 en la ciudad de
Pekín.
La agrupación científica,
fundada en 1983, se compone en la actualidad de 626 científicos de 77 países.
El premio TWAS, que se entrega desde 1985, ha sido concedido a otros
científicos universitarios, como Luis Felipe Rodríguez, en Física, y Francisco
Bolívar Zapata, en Biología.
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Por
su trayectoria académica y aportaciones científicas, José Antonio de la Peña,
director del Instituto de Matemáticas de la UNAM, recibió el Premio TWAS 2002
de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, en el área de Matemáticas.
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Ranulfo
Romo, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, fue
reconocido con el Premio TWAS 2002, en el área de las Ciencias Médicas Básicas,
que otorga la Académica de Ciencias del Tercer Mundo.