Boletín UNAM-DGCS-0847
HABRÁ CONGRESO, REFRENDA EL NUEVO CONSEJO
UNIVERSITARIO
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Analizará la CECU realizar un Congreso “por
fases” y no un evento único
·
Dicho Congreso deberá ser académico,
democrático, plural y resolutivo, dice la CECU en su informe
· Habría una consulta a la comunidad, un diagnóstico institucional y se repararían los acuerdos no cumplidos del Congreso de 1990
Al quedar formalmente
instalado, el nuevo Consejo Universitario refrendó hoy su compromiso de seguir
avanzando en la organización de la Reforma de la UNAM a través de un Congreso
Universitario académico, democrático, plural y resolutivo.
Además, la Comisión Especial
para el Congreso Universitario (CECU) asumió el compromiso de analizar la
posibilidad de que dicho Congreso se efectúe por etapas y no como un evento
único y “puntual”.
En el informe que presentó
este día al pleno del Consejo Universitario, la CECU, en voz de su
representante Luis de la Peña, también se comprometió a considerar la pertinencia
de llevar a cabo una primera fase del Congreso de Reforma que incluya, entre
otros elementos:
1.- Efectuar una consulta
abierta a la comunidad;
2.- Elaborar un diagnóstico
institucional, y
3.- Analizar los acuerdos
derivados del Congreso de 1990 que no se cumplieron, para que la CECU formule
al Consejo Universitario una propuesta actualizada para dar cumplimiento a lo
que corresponda.
A partir de los resultados de
esa consulta a la comunidad y del análisis propio, la CECU presentará al
Consejo Universitario la propuesta de organización de las fases del Congreso.
En su informe, la CECU resaltó
que para que el Congreso sea un vehículo efectivo para la reforma institucional
tiene que ser capaz de preservar y fortalecer el carácter académico de la UNAM
e identificar con precisión los problemas por resolver, así como los distintos
niveles en que deben darse las soluciones adecuadas.
Consideró que el desarrollo
del Congreso requiere asegurar, previamente, un acuerdo amplio, académico y
comunitario; su efectividad dependerá, en gran medida, de la participación real
de los miembros de la comunidad universitaria.
La CECU planteó que ha quedado
señalado que sectores mayoritarios de la comunidad universitaria se han
manifestado a favor de la Reforma de la Universidad a través de un Congreso
organizado por etapas.
Antes, reflexionó que desde
hace varios años en amplios sectores de la comunidad universitaria existe la
convicción de que la UNAM requiere de una reforma estructural para revisar y
actualizar sus procesos en materia de formación de recursos humanos, y en los
correspondientes a la generación, transmisión y divulgación de conocimientos.
Asimismo, agregó, se necesita
revisar sus esquemas de organización, administración, financiamiento y
funcionamiento de sus órganos de gobierno y la legislación que la rige.
La reforma de la institución,
puntualizó, implica transformaciones y continuidad, por lo que no puede ser
vista como sinónimo de reinvención acelerada o irreflexiva. Un auténtico
proceso de reforma exige la consolidación de las funciones y principios que
caracterizan a la institución: su carácter académico y su condición
indeclinable de universidad pública, autónoma y nacional.
Pero, también implica
transformar aquello que ya no se ajusta a las condiciones de la nueva realidad
social, cambiar lo que en un tiempo funcionó, pero ya no responde a los
requerimientos de la Universidad o de la sociedad.
Una reforma integral, subrayó
la CECU, serviría para actualizar, fortalecer y orientar la función social de
la UNAM, así como para reforzar su liderazgo dentro del sistema de educación
superior y fortalecer el papel de la universidad pública en la sociedad
contemporánea.
Por ello, dejó en claro, una
Reforma Universitaria así concebida no puede realizarse en un sólo momento
mediante una actividad única. Requiere un proceso amplio y participativo que
debe iniciarse con la construcción de los consensos necesarios y la creación de
los acuerdos básicos que eliminen la desconfianza y posibiliten la deliberación
entre actores con perspectivas e intereses distintos.
Además, recalcó, no es posible
dejar de considerar aspectos torales como los procesos inconclusos de reforma
institucional promovidos en los últimos años y el costo que para la Universidad
tienen algunas modificaciones aprobadas.
Asimismo, dijo que se debe
tener en cuenta que para emprender un proceso de reforma es de singular
importancia el Congreso Universitario de 1990.
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