06:00 hrs. Septiembre 25 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0823

Ciudad Universitaria

 

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MÉXICO, MADURO PARA CAMBIAR A UN RÉGIMEN PARLAMENTARIO: PÉREZ HERRERO

 

·        Con ello se acabarían las diferencias entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, dijo el historiador español en el marco del seminario que impartió en la UNAM

·        Hay que atacar las causas de los problemas, más que los síntomas, como la corrupción, agregó

 

Es oportuno que en México se plantee el paso de un régimen presidencialista a uno parlamentario, pues los signos de conciencia y madurez de la sociedad y el sistema político mexicanos ya lo permitirían, aseguró el historiador español Pedro Pérez Herrero.

 

Al ofrecer el seminario “El liberalismo y el proceso de conformación de los estados nacionales. México y América Latina, durante la primera mitad del siglo XIX”, recalcó que un régimen parlamentario para nuestro país sería conveniente porque acabaría con las diferencias entre los poderes Legislativo y Ejecutivo.

 

El subdirector y responsable del área de América Latina del Instituto Ortega y Gasset, de Madrid, España, dijo que el pueblo mexicano demostró, en las elecciones del pasado 2 de julio del 2000, tener gran inteligencia política.

 

Reconoció que un cambio de sistema no significa que, de manera automática, se solucionarán todos los problemas de la sociedad y de la política, como no ocurrió en los países de América Latina que han decidido optar por el régimen parlamentario.

 

Pérez Herrero señaló que debido a la transformación en el sistema electoral mexicano, la población del país ha optado, de manera libre y transparente, por el cambio de gobierno, mediante una alternancia política.

 

No obstante, la transparencia electoral no significa que el cambio abarcó todo el sistema político y la estructura social y de poder del país.

 

El académico español aseguró que por lo general se confunden causas con síntomas, y se atacan estos últimos. Por ejemplo, en ocasiones se suele arremeter contra la corrupción; sin embargo, este no es un problema, sino un síntoma de que hay cuestiones que no funcionan, para lo cual hay que perfeccionar el Estado de derecho.

 

Lo que el país debe hacer es mirar hacia adelante y construir la nación que se quiere. Es decir, si para los próximos 50 años se pretende tener una nación maquiladora, hay que impulsar políticas para ello, o si se desea una industrial, también, y que las distintas esferas de poder pacten al respecto.

 

Por ello, acotó, es indispensable crear un auténtico sistema político, con un real sistema de partidos, hacer una división de poderes y perfeccionar lo ya existente. Pero, sobre todo, la clave es dejar de mirar hacia el pasado y ver hacia el futuro.

 

No obstante, aclaró, ello no significa inmunidad, impunidad y que lo hecho en el pasado se olvide. La idea es que no por castigar a los culpables de ciertos delitos el porvenir sea hipotecado; primero se debe asegurar el futuro y después empezar a destapar el pasado.

 

 

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Pedro Pérez Herrero, subdirector y responsable del área de América Latina del Instituto Ortega y Gasset de Madrid, España, ofreció el seminario “El liberalismo y el proceso de conformación de los estados nacionales. México y América Latina”, organizado por la UNAM.