Boletín UNAM-DGCS-0823
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MÉXICO, MADURO PARA CAMBIAR A UN RÉGIMEN PARLAMENTARIO: PÉREZ HERRERO
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Con ello se acabarían las diferencias entre
los poderes Ejecutivo y Legislativo, dijo el historiador español en el marco
del seminario que impartió en la UNAM
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Hay que atacar las causas de los problemas,
más que los síntomas, como la corrupción, agregó
Es oportuno que en México se plantee el paso de un régimen
presidencialista a uno parlamentario, pues los signos de conciencia y madurez
de la sociedad y el sistema político mexicanos ya lo permitirían, aseguró el
historiador español Pedro Pérez Herrero.
Al ofrecer el seminario “El liberalismo y el proceso de conformación
de los estados nacionales. México y América Latina, durante la primera mitad
del siglo XIX”, recalcó que un régimen parlamentario para nuestro país sería
conveniente porque acabaría con las diferencias entre los poderes Legislativo y
Ejecutivo.
El subdirector y responsable del área de
América Latina del Instituto Ortega y Gasset, de Madrid, España, dijo que el
pueblo mexicano demostró, en las elecciones del pasado 2 de julio del 2000,
tener gran inteligencia política.
Reconoció que un cambio de sistema no
significa que, de manera automática, se solucionarán todos los problemas de la
sociedad y de la política, como no ocurrió en los países de América Latina que
han decidido optar por el régimen parlamentario.
Pérez Herrero señaló que debido a la
transformación en el sistema electoral mexicano, la población del país ha
optado, de manera libre y transparente, por el cambio de gobierno, mediante una
alternancia política.
No obstante, la transparencia electoral no
significa que el cambio abarcó todo el sistema político y la estructura social
y de poder del país.
El académico español aseguró que por lo
general se confunden causas con síntomas, y se atacan estos últimos. Por
ejemplo, en ocasiones se suele arremeter contra la corrupción; sin embargo,
este no es un problema, sino un síntoma de que hay cuestiones que no funcionan,
para lo cual hay que perfeccionar el Estado de derecho.
Lo que el país debe hacer es mirar hacia
adelante y construir la nación que se quiere. Es decir, si para los próximos 50
años se pretende tener una nación maquiladora, hay que impulsar políticas para
ello, o si se desea una industrial, también, y que las distintas esferas de
poder pacten al respecto.
Por ello, acotó, es indispensable crear un
auténtico sistema político, con un real sistema de partidos, hacer una división
de poderes y perfeccionar lo ya existente. Pero, sobre todo, la clave es dejar
de mirar hacia el pasado y ver hacia el futuro.
No obstante, aclaró, ello no significa
inmunidad, impunidad y que lo hecho en el pasado se olvide. La idea es que no
por castigar a los culpables de ciertos delitos el porvenir sea hipotecado;
primero se debe asegurar el futuro y después empezar a destapar el pasado.
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Pedro Pérez Herrero, subdirector y
responsable del área de América Latina del Instituto Ortega y Gasset de Madrid,
España, ofreció el seminario “El liberalismo y el proceso de conformación de
los estados nacionales. México y América Latina”, organizado por la UNAM.