Boletín UNAM-DGCS-0776
ELABORAN Y REPARAN INSTRUMENTAL DE LABORATORIO EN EL TALLER DE SOPLADO
DE VIDRIO DE LA FES CUAUTITLÁN
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Importante ahorro
económico de la dependencia de la UNAM y de otras que lo solicitan, afirmó
Draucín Jiménez Celis, responsable del taller
·
Cuenta con el equipo
necesario para fabricar desde un tubo de ensayo hasta un destilador para
vaporación de nitrógeno
En
1990 fue creado el Taller de Soplado de Vidrio del área de Química Inorgánica
en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, con el propósito de elaborar
y restaurar instrumental de vidrio muy costoso o producir nuevas piezas.
Draucín
Jiménez Celis, responsable de dicho taller, explicó que entre 1990 y 1994 la
institución adquirió el equipo que le permite fabricar en este laboratorio
desde un tubo de ensayo hasta un microkendal –destilador para vaporación de
nitrógeno–, cuyo costo en el mercado es de 25 mil pesos, "pero aquí lo
hacemos a un precio de 2 mil”.
El
taller, además de cubrir las necesidades de la Facultad, da servicio al
exterior, es decir, responde a las necesidades y peticiones de otras
instituciones educativas que les solicitan un objeto.
También se hacen equipos sobre diseño para proyectos específicos como
los de las tesis y las cátedras. “Parte de mi labor también consiste en
asesorar al usuario que diseña las piezas”, agregó.
A
los objetos que nos traen les hacemos las modificaciones correspondientes y, al
mismo tiempo, los abaratamos en costo. Ahora bien, si por alguna razón el
producto no funcionó, lo modificamos o, en su defecto, lo volvemos hacer. Estas
son otras ventajas del taller: la versatilidad y facilidad del servicio,
puntualizó.
Si bien el vidrio soplado se emplea para producir objetos ornamentales y de
laboratorio, el cuidado y las aptitudes para cada uno son diferentes, ya que en
el primero se necesita una sensibilidad especial, mientras en el segundo es
indispensable la precisión. Además, dijo, hay que considerar que el coeficiente
de expansión del vidrio utilizado para un artículo decorativo es distinto al de
un equipo para destilaciones.
A ello, señaló, hay que agregar los conocimientos físico químicos. "En
este oficio, no hay grados, pero si especializaciones, de acuerdo a la pieza
que se realiza".
Así,
desde hace 12 años en ese taller se elaboran o reparan destiladores, matraces,
tubos de ensayo, pipetas graduadas, esmerilados y morteros, precisó.
Jiménez Celis apuntó que, aunque a pequeña escala, ahí también se ha
dado capacitación para desempeñar este oficio.
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