Boletín UNAM-DGCS-0728
Pies de fotos al final del boletín
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Marta Mier y Terán y Cecilia Rabell, del IIS de la
UNAM, dijeron que en comunidades rurales es común que los jóvenes empiecen a
trabajar a los seis o siete años
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Alrededor del 70% de niños y niñas de entre 12 y 14
años concluye la escuela primaria
El 20% de los jóvenes de entre 15 y
17 años en nuestro país trabajan; los varones lo hacen más en actividades
remuneradas, mientras que las adolescentes se dedican a labores del hogar.
Marta Mier y Terán y Cecilia
Rabell, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, quienes
desarrollan el proyecto "Familia, educación y trabajo infantil",
señalaron que en comunidades rurales donde hay una actividad agrícola
predominante es común que los jóvenes empiecen a trabajar a edades muy
tempranas. Incluso, hay niños que comienzan desde los seis o siete años.
Cecilia Rabell comentó que lo
anterior se debe a la pobreza en los hogares y a la falta de alternativas
educativas. Al no contar con opciones de formación y desarrollo, niños y
jóvenes tienen que laborar.
Mier y Terán dijo que en la
actualidad el 70% de los niños y las niñas de entre 12 y 14 años concluye la
primaria. De ellos, nueve de cada diez ingresan a la secundaria.
Agregó que son las niñas quienes concluyen en mayor proporción sus estudios. Se ha observado que ellas se atrasan menos en la escuela, lo que las ayuda a finalizar a tiempo.
Los niños, en cambio, se atrasan
más pero tienen mayores posibilidades de seguir sus estudios.
Reconoció que hay múltiples
desigualdades entre el medio urbano y el rural; sin embargo, en los últimos
años esta situación ha disminuido. Ello se debe al incremento de la oferta de
servicios educativos en el campo. Por ejemplo, en los años 60 la mayoría de las
primarias se encontraba en extensiones urbanas. En las zonas rurales había
pocas, y las secundarias más escasas.
La expansión de la educación
primaria se abocó en las etapas iniciales a localidades urbanas, y después a
las rurales. El desarrollo de la
educación secundaria fue más tardío: en zonas urbanas inició en los 70 y en las
rurales hasta los 90, con el impulso de la telesecundaria.
Comentó que en los últimos años el
país presenció un gran impulso del sistema de telesecundarias, gracias al cual
la asistencia a secundaria, tanto de hombres como de mujeres, aumentó de manera
notable. No obstante, en algunas localidades marginadas que tienen este
sistema, en ocasiones se carece de televisión o antena, lo que empobrece la
oferta educativa.
Señalaron que la edad media a la
que niños y jóvenes empiezan a laborar ha ido en aumento, ahora lo hacen a una
edad un poco más avanzada.
Explicaron que el atraso educativo
entre niños y jóvenes depende de las horas que dedican al trabajo. Por ejemplo,
quienes laboran hasta 20 horas semanales, cuatro diarias, presentan un
desempeño escolar similar a quienes no lo hacen. En cambio, cuando la jornada
laboral supera ese total, actúa en detrimento del aprendizaje.
"Por desgracia, con frecuencia
las jornadas laborales de los pequeños son muy prolongadas, lo que provoca un
efecto nocivo en su formación educativa", comentó Mier y Terán.
Sin embargo, reconoció, también hay
casos en los que esta labor ayuda a los infantes a no dejar sus estudios, es
decir, el hecho de que un niño obtenga ciertos ingresos le permite continuar
sus estudios, comprar útiles y hacer los gastos que requiere para ello.
Además, desempeñar una actividad
remunerada pocas horas le permite a niños y jóvenes seguir en el sistema
educativo y no ser una carga para la familia, la que con frecuencia no tiene la
posibilidad de destinar recursos a la formación de los hijos.
La investigadora universitaria
opinó que el trabajo en una empresa familiar, durante jornadas largas, actúa
también en contra del desempeño escolar. Así, concluyó, no importa tanto el
tipo de inserción del niño en el trabajo, sea familiar o remunerada, lo
fundamental son las horas que dedica a ello.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Marta Mier y
Terán y Cecilia Rabell, del Instituto de Investigaciones Sociales, aseguraron
que en los últimos años la edad en la que los niños comienzan a trabajar en
nuestro país ha aumentado
Foto 2
El trabajo
infantil en una empresa familiar, pero durante jornadas largas actúa en
detrimento del desempeño escolar de niños y jóvenes, señaló Marta Mier y Terán,
del Instituto de Investigaciones Sociales
Foto 3
Cecilia Rabell, integrantes del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, opinó que la estructura familiar influye en la continuación de la educación de niños y jóvenes