Boletín UNAM-DGCS-0724
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URGENTE, LA
RENEGOCIACIÓN DEL TLC EN EL SECTOR AGRÍCOLA
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En el 2009 se abrirán las fronteras a la importación de maíz y frijol y
la producción nacional de esos cultivos podría desaparecer, afirmó Blanca Rubio
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La producción agropecuaria no alcanza para satisfacer la demanda
interna; no tenemos autosuficiencia ni soberanía alimentaria, explicó
Es indispensable renegociar el Tratado de Libre
Comercio (TLC) para retirar del acuerdo -en forma urgente- cultivos como el
maíz y el frijol, pues de lo contrario, el agro nacional quedará devastado,
aumentará la pobreza y se profundizará la dependencia alimentaria, aseguró la
investigadora universitaria Blanca Rubio.
Alertó que la producción nacional de ambos cultivos
puede desaparecer en el año 2009, cuando se concrete una apertura total a la
importación de estos productos.
El campo mexicano, agregó, atraviesa por una
difícil situación: la superficie cosechada de granos básicos pasó de 13.3
millones de hectáreas en 1990 a 11.9 en 2000.
La especialista del Instituto de
Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM aseveró que la producción
agropecuaria ya no alcanza a abastecer la demanda interna, pues desde 1990
crece al 1.6 por ciento, mientras que la tasa poblacional lo hace al 1.8.
Paralelamente, más de la mitad de los ejidatarios rebasa ya los 50 años y de
los 82 distritos de riego, sólo 40 están parcialmente rehabilitados.
En México, explicó, no tenemos
autosuficiencia ni soberanía alimentaria. Se importa el 95% de la soya de
consumo. En arroz, la dependencia alcanza un 58.5%; en trigo, un 49%; en maíz,
entre el 20 y el 25%, y en frijol, aunque la compra oficial es baja, este
producto entra de manera ilegal. "Todo ello, mientras a los productores
nacionales no hay quién les compre".
Explicó que en el marco de la firma del TLC (en
1994) se acordó que cultivos como el maíz y el frijol iban a tener 15 años a
partir de esa fecha para alcanzar los mismos rendimientos respecto a los de los
socios comerciales. Algo que no se ha hecho realidad, pues "estamos
todavía más atrasados" que durante aquel
periodo.
En el 2009, advirtió la catedrática, se
cumplirán los 15 años para la apertura total de las fronteras sobre esos
cultivos y la consecuencia será un aumento de las importaciones, "lo que
nos va a traer una fragilidad impresionante".
Sentenció que un país no puede darse el lujo de
dejar su producción alimentaria básica a las fuerzas del mercado mundial,
porque, ejemplificó, tan solo una sequía grave en Estados Unidos que le
impidiera exportar "nos traería una situación de hambruna".
Rubio planteó otras medidas paralelas a la
revisión del TLC, como poner coto a las grandes agroindustrias transnacionales
para obligarlas a consumir la
producción interna, garantizar el respeto a
las cuotas de importación y fomentar con subsidio la producción
nacional.
Señaló que el 30 de mayo del presente año se
promulgó una Ley Agrícola en Estados Unidos que aumenta en 80% los subsidios
directos a la agricultura, con un paquete de más de 180 mil millones de
dólares, lo que contradice lo acordado en el mundo en torno a que los países
desarrollados no incrementarían estos apoyos.
"Con este incremento, podría haber más
elementos para demostrar que sí se están contraviniendo los acuerdos
comerciales mundiales en términos de no incrementar los subsidios, y nosotros
tendríamos razón en cerrar nuestras fronteras a la entrada de maíz y
frijol", recalcó.
Expresó que si el mercado se inunda de
productos extranjeros, los consumidores nacionales van a adquirir mercancías de
mala calidad como el maíz amarillo, destinado a los animales; o el transgénico,
que genera problemas de respuesta inmunológica a los humanos, sentenció.
Ejemplificó que en México se encuentra soya de
Brasil, contaminada en aproximadamente un 7 por ciento con hongo. Se importa
café de muy mala calidad de Vietnam, que luego se mezcla con producto nacional
para la presentación soluble; se compra carne de Estados Unidos que tiene hasta
tres meses de refrigeración.
A las agroindustrias, expuso, lo que les
interesa es bajar los costos, y prefieren comprar maíz amarillo de Estados
Unidos, por ser barato, aunque el de
color blanco que se produce en México es de mucho mejor calidad nutricional.
Desde su óptica, el gobierno mexicano es poco
sensible a esta problemática "porque tiene la visión de que hay que
convertir el campo en un agro de empresarios competitivos y eficientes, y lo
demás hay que importarlo. Pero esta idea es muy corta políticamente porque pone
en entredicho la soberanía alimentaria", consideró.
Rubio recalcó que el problema del campo no se
debe a una falta de visión empresarial de los productores, sino a que el
gobierno ha reducido los subsidios, al mismo tiempo que los precios decrecen y se han abierto las fronteras a
los productos, fundamentalmente estadounidenses, finalizó la investigadora
universitaria.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Blanca Rubio, del
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señaló que es indispensable
una renegociación del TLC para retirar
cultivos fundamentales como el maíz y el frijol.
Foto 2
El agro
mexicano atraviesa por una difícil
situación que se ilustra con la caída
de la superficie cosechada de granos
básicos de 13.3 millones de hectáreas en 1990, a 11.9 en el año 2000, señaló
la investigadora Blanca Rubio.