Boletín UNAM-DGCS-0714
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TRABAJAN EN LA UNAM UNA VACUNA CONTRA EL CÁNCER CÉRVICO-UTERINO
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La vacuna se encuentra en fase preclínica,
aseguró Alberto Monroy, investigador de la FES Zaragoza
·
Indicó que por esa causa mueren en el país
alrededor de cuatro mil mujeres
Investigadores del Laboratorio
de Inmunobiología, de la Unidad de Diferenciación Celular y Cáncer de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM, encabezados por
Alberto Monroy García, trabajan, desde hace más de una década, en la obtención
de una vacuna que permita inmunizar a las mujeres contra el cáncer
cérvico-uterino.
La vacuna que desarrollamos,
puntualizó Monroy, se encuentra en fase preclínica. “Estamos demostrando in
vitro, que al activar las células de defensa de las pacientes (linfocitos T)
con los péptidos virales (L1, E6 y E7), pueden obtenerse linfocitos capaces de
matar células infectadas”.
En opinión del científico
universitario, alrededor del 99 por ciento de los tumores de cáncer cervical
expresan genoma de virus de papiloma (VPH).
Por tal motivo, sus
investigaciones se basan en el estudio de la inmunología del VPH para obtener
una vacuna que permita reforzar el sistema inmunológico de las mujeres y atacar
el cáncer cérvico-uterino, desde sus estadios más tempranos hasta sus etapas
avanzadas.
Se trata de un resultado
alentador, pues demostramos que la potencia de estos péptidos, al estimular el
sistema inmunológico de las pacientes, podría evitar la transformación del
epitelio producida por el virus.
Anualmente, dijo, se detectan
cerca de 11 mil nuevos casos de cáncer cérvico-uterino y mueren por el mal
cuatro mil mujeres, en México.
La enfermedad –relacionada con
la actividad sexual– afecta a mujeres en la etapa más productiva de su vida, es
decir entre los 35 y 50 años de edad.
“Estudiamos la forma de
asociación del tumor canceroso con el papilomavirus, así como la identificación
de segmentos de proteínas de éste, que pudiera contribuir a generar una
respuesta inmune en pacientes con cáncer de cérvix”, explicó.
En el mundo existen más de
cien cepas diferentes del papilomavirus, pero las que infectan el epitelio del
cérvix son seis: VPH16, VPH18, VPH31, VPHP35, VPH45 y VPH56, es decir, son los
tipos más importantes, y que se transmiten sexualmente.
Dichas cepas, detalló Monroy,
pueden causar alteraciones celulares en el cuello del útero, crecimientos que
normalmente parecen planos y son casi invisibles.
Asimismo, indicó, existen
ciertos tipos de papilomavirus que pueden ocasionar verrugas o tumores benignos
en boca, plantas de los pies, axilas y cuello.
En esta investigación es
importante el estudio de la biología del VPH, toda vez que en el proceso de
infección intervienen las proteínas de la cápside del virus (estructura protéica que rodea el material genético del
mismo) y en cuya transformación existen proteínas oncogénicas que se
reproducen activamente, como la E6 y E7.
Por esta razón, los
especialistas trabajan con fragmentos de las proteínas virales L1, E6 y E7 de
los VPH más asociados con cáncer cervical. Tales péptidos pueden provocar una
respuesta inmunitaria en las pacientes. La idea es identificar los que permitan
inocular un amplio porcentaje de la población femenina.
Aclaró que en el país existen
otros equipos de investigación dedicados a la búsqueda de mecanismos, como la
terapia génica, para detener la replicación del virus.
“En nuestro caso –especificó-
buscamos activar directamente el sistema inmunológico y de defensa de la
paciente por medio de segmentos virales altamente potenciales”.
Destacó que en Estados Unidos
ya se ha aplicado una vacuna en pacientes con cáncer de cérvix en fase
terminal, obteniendo regresión del tumor. Se logró eliminar una porción
considerable en dos de ocho pacientes.
Monroy García indicó que en
México podrían lograrse esos estándares con la ayuda de las técnicas de
detección del VPH –papanicolau y colposcopia–, para aplicar las vacunas de
manera profiláctica.
Señaló que en el Laboratorio
de Inmunobiología se trabaja en determinar las secuencias idénticas del virus
para aplicarlas como vacunas profilácticas y prevenir este tipo de carcinoma, o
también para eliminar infecciones benignas, como las verrugas, así como las
epidermodisplacias verruciformes o infección del pene.
Como parte de estos estudios,
el grupo de investigadores universitarios ha propuesto reforzar el sistema
inmunológico de las mujeres, tal como se hace en el caso de los niños para
detener la infección. Además, la aparición de cualquier célula infectada sería
detectada y eliminada antes de que afecte al epitelio y progrese hacia una
lesión mayor.
Desafortunadamente, indicó, el
cáncer en el cuello uterino es frecuente en mujeres de estratos socioeconómicos
bajos, que vinculado a ciertos comportamientos como el inicio de la actividad
sexual a edades tempranas y la promiscuidad, incrementan la probabilidad de
desarrollar una infección por papilomavirus.
Aunque también existen otros
factores que podrían desencadenar este mal, como los hormonales, el estrés, la
mala alimentación, el tabaquismo e infecciones de transmisión sexual, entre
otros.
Apuntó que en esta
investigación colaboran los hospitales de Cancerología, General de Zona
“Gustavo Baz Prada”, el Instituto de Ciencias Médicas de la Nutrición “Salvador
Zubirán”, y el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del
Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Como en otras enfermedades
víricas, la prevención y curación de la infección por VPH podría lograrse
mediante tratamientos inmunológicos, como esta vacuna, finalizó.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Alberto Monroy
García, investigador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza,
apuntó que en México se detectan cerca de 11 mil nuevos casos de cáncer
cervical al año y, en el mismo lapso, mueren por esa enfermedad cuatro mil
mujeres, aproximadamente
Foto 2
Investigadores del Laboratorio de
Inmunobiología, de la Unidad de Diferenciación Celular y Cáncer de la FES
Zaragoza, encabezados por Alberto Monroy García, trabajan en la obtención de
una vacuna que permita inmunizar a las mujeres contra el cáncer
cérvico-uterino.