Boletín UNAM-DGCS-0675
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NO DEBE TRASTOCARSE
EL CARÁCTER PÚBLICO DE LOS SERVICIOS DE SALUD : JOSÉ NARRO
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Sería una regresión y no un adelanto, advirtió el coordinador de la
Reforma Universitaria
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La federalización de la educación fue un proceso bueno, reconoció Olac
Fuentes Molinar
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Participaron en el coloquio "Federalismo fiscal, federalismo
social”, organizado por la FE de la UNAM
No será por la vía de trastocar el carácter
público de los servicios de salud como se podrá avanzar en la materia. Esto
sería una regresión y no un adelanto. Cobrar por un servicio que hoy no cuesta
a la población, no sólo debe cuestionarse, sino rechazarse con contundencia,
afirmó José Narro Robles, coordinador para la Reforma Universitaria de la UNAM.
Durante su participación en el coloquio
“Federalismo Fiscal, Federalismo Social”, organizado por la Facultad de
Economía (FE), el ex subsecretario federal del ramo agregó que "tal parece
que muchos no conocen y, por tanto, no entienden la realidad de nuestro
país".
Al referirse a la experiencia de la descentralización
de los servicios de salud en México, dijo que ésta debe estudiarse a fondo,
pues hay cosas que aprender del ejercicio; así como existen asuntos que se
deben profundizar y otros que sin duda se deben corregir. "Pero lo único
que no puede hacerse es ignorarla o dejar que por la vía del tiempo se
descomponga".
En este sentido, subrayó que la
descentralización de los servicios de salud es irreversible, "a menos que
se quiera desconocer la pertinencia del proceso; a menos que se pretenda
regresar a un pasado superado y por mucho".
Alertó que desde la trinchera de la academia
parecería claro que el proceso debe seguir su rumbo. En contraposición con
quienes hace tres lustros planteaban el fin de la historia, algunos nuevos
analistas y funcionarios parecen sostener que es el inicio de la misma, como si
no hubiera un largo y sinuoso camino previamente recorrido, indicó.
Narro Robles enfatizó que no se debe dejar de
invertir en salud, pues "no es posible perder lo alcanzado; no tenemos
siquiera derecho a ponerlo en riesgo. Al respecto, se requiere más que
discursos, más que promocionales en los medios de comunicación; mucho más que
buenas ideas o espléndidos planteamientos teóricos", sentenció.
Lo que se requiere en parte, apuntó, son
recursos financieros, así como de nueva cuenta identificar a la salud como una
de las prioridades nacionales y tratar al ramo programático como tal. "Se
puede y se debe", aseveró.
Recordó que entre 1994 y 2000, el número de
médicos y enfermeras de la Secretaría de Salud se incrementó en casi 37 mil,
cifra que representa un crecimiento del 43%, al tiempo que el presupuesto de la
Secretaría de Salud aumentó en 71% en términos reales, entre 1995 y 1999.
Durante su exposición, el ex subsecretario de Salud
identificó algunos de los pendientes en materia de descentralización en este
sector. Planteó el desarrollo de acciones de evaluación para identificar el
punto en el que se encuentra el proceso, y así tener claridad de lo que
funcionó y lo que debe reforzarse, es
decir, pendientes y logros.
También consideró necesario avanzar en la única
acción que no se concluyó en su totalidad, es decir, la transferencia completa
de todos los aspectos laborales.
Por otra parte, dijo, debe hacerse un
planteamiento para conseguir algo que desde hace 20 años se concibió y que
parcialmente se alcanzó entre 1985 y 1987, y que durante tres lustros se ha
quedado en el expediente de los asuntos por resolver: la descentralización del
programa IMSS-Solidaridad.
Al respecto, apuntó que los servicios estatales
están maduros, y sin duda cuentan con la capacidad para tomar la
responsabilidad. "En esto tenemos una asignatura pendiente que, sin duda,
más tarde o temprano se deberá cubrir", aseveró.
Agregó que otro aspecto a revisar es el de una
posible desconcentración de funciones, recursos, atribuciones y
responsabilidades a las jurisdicciones y a los hospitales, unidades médicas que
se pudieran definir.
El proceso descentralizador, dijo, de ninguna
manera puede concluir en la capital, en los estados, debe continuar, en el caso
de la salud, a las jurisdicciones sanitarias e involucrar también a los
municipios.
Expuso que otros aspectos por atender son los
de capacitación y formación de recursos humanos y el de la asignación de mayores
recursos financieros, “pues las necesidades son evidentes y deben atenderse”.
Durante su participación en la mesa "Las
experiencias de descentralización en
salud y educación", Olac Fuentes
Molinar, de la Fundación SNTE, expuso que la federalización de la educación en
México fue un proceso bueno, un avance
irreversible, por lo que cualquier medida contraria sería absurda.
Sin embargo, reconoció, que se requiere la
evaluación a fondo y el relanzamiento de los compromisos y de su intención. El
problema no es tanto que haya cuestiones que no fueron previstas, sino que no
se cumple mucho de lo que está en la agenda.
La transferencia de la operación de los
servicios educativos a los gobiernos de los estados fue gigantesca y compleja,
proceso en el que estuvieron involucrados 35 millones de estudiantes, 700 mil
maestros y miles de planteles escolares, agregó.
Asimismo, Fuentes Molinar dijo que hace diez
años, antes de la descentralización el 71 por ciento de la matrícula de
educación básica era atendida por la federación, mientras que el 20 por ciento
estaba bajo la responsabilidad estatal y el resto por los particulares.
En su oportunidad, Guillermo Ortiz Solalinde,
secretario de Salud del estado de México, señaló que en uno de los factores
limitantes del proceso de descentralización de los servicios de salud y
educación es el presupuesto, pues no se establecieron mecanismos para
apoyar su crecimiento.
"Era volar en el aire, porque no se generó
un federalismo presupuestal donde se empezaran a buscar las fórmulas de
redistribución de participaciones para que los estados recaudaran más y
pudieran hacerse cargo de los servicios de salud y educación", apuntó.
La consecuencia, concluyó, es que con los años
los recursos y los servicios se deterioraron, además de que la presión de la
demanda que tienen los estados para los servicios de salud son tremendas,
particularmente en entidades con crecimiento rápido.
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Guillermo Ortiz
Solalinde, secretario de Salud del estado de México, señaló que uno de los
factores limitantes del proceso de descentralización de los servicios de salud
y educación es el presupuesto.