Boletín UNAM-DGCS-0556
Ciudad Universitaria
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Pie de foto al final del boletín
NECESARIO REINTEGRAR AL PACIENTE OPERADO DE LA LARINGE A UNA VIDA PLENA
·
Xochiquetzal Hernández, del Instituto de Comunicación Humana, destacó la
búsqueda permanente de la mejor calidad
de vida para los pacientes
·
Una de las principales alteraciones que presentan es la separación de
las vías respiratoria y digestiva, pérdida de voz, además, el gusto y el olfato
son menos agudos y se presenta una gran depresión, entre otras
Se debe tratar de reintegrar a la vida
productiva a los pacientes operados de la laringe, e intentar controlar sus
alteraciones en lo laboral, social y funcional, pues los cambios que
experimentan son muchos: respiran por un hueco en el cuello, pierden la voz,
además el olfato y el gusto son menos agudos, aseguró Xochiquetzal Hernández,
jefa del Servicio de Foniatría del Instituto de la Comunicación Humana (ICH).
Al dictar la conferencia "Alteraciones
físicas y funcionales secundarias al tratamiento", en el marco del
simposio ¿Qué hay con el cáncer de laringe y los ingenieros?, organizado por la
Facultad y el Instituto de Ingeniería y el ICH, comentó que el objetivo es que
los pacientes con este problema tengan la mejor calidad de vida posible.
Dijo que una de las principales alteraciones en
las personas operadas de cáncer de laringe es la separación de las vías
respiratoria y digestiva, porque se produce un vaciamiento al retirar ganglios
y músculos, lo que provoca, como principal alteración, que el paciente respire
por el hueco que se le hace en la parte inferior del cuello, conocido como
estoma.
El estoma es similar a cualquier
orificio artificial que se hace en el cuerpo, y tiende a cerrarse, por lo que
el paciente debe tener cuidado de que no cicatrice.
La especialista comentó que la consecuencia
inmediata al quitar la laringe es la pérdida de voz. "No importa cuánto se
prepare el paciente antes de la cirugía; la parte más dramática es cuando
despierta de la anestesia y trata de emitir un sonido y sólo escucha el propio
silencio".
Otra alteración son los problemas de deglución,
independiente de que le hagan una cirugía en la base de la lengua. Con cirugías
extensas hay problemas de deglución porque la cicatriz estira los tejidos, se
presenta fibrosis y puede haber problemas para tragar los alimentos.
Esta situación también ocasiona estrechez en el
esófago por las radiaciones a las que son sometidos los pacientes, ya que se
van quemando los tejidos, por consecuencia, habrá trastornos en su digestión.
También hay alteraciones del olfato, debido a
que el aire ya no pasará por la nariz. El paciente pierde de manera paulatina
la sensibilidad olfatoria a olores y aromas muy suaves y sólo se percata de los
fuertes.
Xochiquetzal Hernández comentó que también se
presentan problemas en el gusto, ya que al no circular el aire por la nariz no
se estimularán las pupilas gustativas de la lengua y paulatinamente se pierde
el gusto por los sabores más suaves.
Hay alteraciones digestivas, por lo que el
paciente empezará a tener distensiones abdominales, va a digerir mal los
alimentos y padecerá estreñimiento. Además, tendrá una digestión lenta y
retendrá aire.
Explicó que a ello también se le agregará una
deficiente defecación, ya que se necesita la laringe para realizar tal
esfuerzo, por lo que se deberá modificar la dieta, haciéndola rica en fibras,
con vegetales y alimentos un poco laxantes para mejorar la digestión.
Asimismo, el paciente sufre una modificación
física total. El estar frente al espejo todos los días y ver su estoma, deprime
al paciente. También hay rechazo social, es decir, "si no estamos
preparados o acostumbrados a tratar con pacientes en esas condiciones, lo
primero que hacemos al oír una voz rara es voltear. A veces esa situación no es
aceptada ni por el propio paciente o su familia".
De la misma manera, añadió, se registra un
desplazamiento laboral o se pierde el empleo, lo cual repercute en la economía
familiar, por lo que pasan a ser dependientes de la familia.
El paciente se vuelve un ermitaño, no quiere
salir o tener contacto con su propia familia, ni acude a cines o teatros como
lo hacía antes y se deprime más. Ello se trata de evitar por medio de
asociaciones o clubes de pacientes laringetomizados.
Por último, Xochiquetzal Hernández apuntó que
hay otra serie de alteraciones en las que a veces no pensamos, como la risa y
la tos, que también se verán modificadas.
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PIE DE FOTO
Xochiquetzal
Hernández, jefa del Servicio de Foniatría del Instituto de Comunicación Humana,
afirmó que es necesario reintegrar al paciente operado de la laringe a una vida
plena, al dictar la conferencia "Alteraciones físicas y funciones
secundarias al tratamiento", en el marco del simposio "¿Qué hay con
el cáncer de laringe y los ingenieros?", organizado por la Facultad y el
ICH