Boletín UNAM-DGCS-0363
Ciudad Universitaria
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Linda Manzanilla, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, dijo
que quizá exista una de grandes proporciones
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La doctora cree que no había dinastas únicos, sino un cogobierno de
cuatro señores
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Colocarán durante un año un detector de partículas en el subsuelo de la
misma
En los próximos meses especialistas del
Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM iniciarán nuevas
investigaciones en busca de cámaras ocultas en Teotihuacán, específicamente en
la pirámide del Sol.
Los investigadores de la Universidad Nacional
colocarán un detector de muones -partícula de masa intermedia entre el protón y
el electrón- cósmicos en el subsuelo de la Pirámide del Sol, en Teotihuacán,
con el fin de determinar si hay cámaras ocultas que los arqueólogos no hubiesen
detectado en un principio.
Los especialistas Linda Manzanilla, del
Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), así como Arturo Menchaca y
Matías Moreno, del Instituto de Física (IF), respectivamente, encabezan el
proyecto de trabajo, financiado por la Dirección General de Asuntos del
Personal Académico y la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM,
así como por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Manzanilla explicó que se eligió la Pirámide
del Sol porque cuenta con un túnel en el subsuelo que permitirá alojar el
aparato que medirá durante un año la entrada de radiaciones cósmicas y su
distorsión en la pirámide, con lo cual se determinará la existencia o no de
alguna cámara o hueco.
La investigadora, quien realiza estudios en el
palacio de Xalla, al norte de la Pirámide del Sol, señaló que hay dos
posibilidades: que no exista ninguna cámara oculta en ella, o que haya una de
grandes proporciones, que aloje a cuatro jefes de los sectores de Teotihuacan.
Hasta ahora, la única cámara conocida es el
túnel construido por los teotihuacanos
en la época prehispánica, aunque también hay otros realizados por los arqueólogos
para explorar la pirámide.
Explicó que Xalla es, quizá, un gran palacio de
los gobernantes teotihuacanos -no residencial-, para tomar decisiones sobre el
Estado teotihuacano. La doctora Manzanilla cree que no había dinastas únicos
sino un cogobierno, es decir, un mandato corporativo de cuatro señores, de tal
manera que no era fácil que otra dinastía perpetrara un golpe de Estado.
Esos cuatro jefes de sectores, por lo general
ataviados como sumos sacerdotes, decidían probablemente sobre el Estado teotihuacano,
sin necesidad de la existencia de una dinastía como en el área maya, donde el
rey era fácilmente capturado por el enemigo o depuesto por un golpe de Estado.
La antropóloga aseveró que la mayoría de los
señoríos mexicas tenían más de un gobernante. Uno era el que daba la cara, o
cuyo nombre se explicitaba en las fuentes, pero había más. Esa es una manera de
gobernar del centro de México, muy distinta al área maya o zapoteca.
Explicó que la Pirámide del Sol es el primer
gran monumento construido en la zona como una montaña sagrada. Esta edificación
es la sede de Tláloc, dios estatal de Teotihuacan, en su advocación como deidad
de los mantenimientos y de la fertilidad.
Tláloc no sólo era el dios de la lluvia sino el
de la fertilidad de la tierra, y la Pirámide del Sol era su templo. De haber un
sitio del poder estatal o una sede ideológica de los teotihuacanos, es ésta y
no necesariamente la de la Luna, por lo que en ella es donde "deberíamos
encontrar respuesta a nuestras interrogantes".
Comentó que la técnica que se aplicará en este
proyecto está concebida de tal forma que se instale el aparato sin dañar el
túnel, ni el patrimonio arqueológico, y una vez concluido el trabajo, poder
usar el detector en cualquier otra pirámide del país.
Los investigadores cuentan con el permiso del
Instituto Nacional de Antropología e Historia para llevar a cabo la primera
fase, pero de encontrarse cámaras en el lugar se requeriría otro permiso para
la excavación arqueológica.
Arturo Menchaca, por su parte, recordó que en
los años 60 el premio Nobel de física Luis Álvarez utilizó, por primera vez, un
detector de radiaciones cósmicas en el subsuelo de la pirámide de Kefrén, en
Ghiza, Egipto. Aprovechó que en ella había una cámara cercana al centro de la
base, y colocó el instrumento para medir los muones.
Álvarez tuvo algunos problemas para calcular
las radiaciones porque su trabajo coincidió con una de las guerras en la
región, ante lo cual se vio obligado a terminarlo antes de tiempo. Los primeros
resultados se publicaron en 1970 en la revista Science, y concluyeron en 1975 que no había ninguna cámara oculta.
El integrante del IF explicó que los muones son
producto de la radiación cósmica, es decir, del cielo llega una serie de
partículas o rayos cósmicos de alta energía, los cuales, al interaccionar con
la atmósfera terrestre producen una especie de lluvia de muones, cuya
característica principal es su elevada penetración, ya que pueden atravesar una
pirámide y más.
Al describir el método, indicó que el material
de la pirámide absorbe un número de esas partículas, y la cantidad que atrapa
es justamente proporcional al espesor del material que atraviesan. Si de algún
lugar de la pirámide llegan más partículas de las esperadas, significará que a
ese pedazo le falta material o está hueco.
Arturo Menchaca señaló que en el IF hay un
grupo de investigadores en el área de física básica, muy experimentados en la
construcción de detectores de partículas, que colocarán en Teotihuacan uno de
ellos, con una extensión aproximada de un metro cúbico.
Apuntó que el equipo tiene un costo cercano a
los cinco millones de pesos, aunque la mayor inversión se hará en el tiempo que
se destina para construirlo, instalarlo y operarlo, así como a la recopilación
y el análisis de datos.
Al término del proyecto, el detector podría
utilizarse en estudios similares con otras pirámides en el país como la de
Cholula, Puebla, que tiene túneles muy profundos, u otras del área maya; así
como para realizar experimentos en física.
Informó que el equipo será introducido al túnel
en unos tres o cuatro meses, y esperan concluir los estudios en un año.
Menchaca aseguró que este proyecto es de gran
interés para la cultura nacional, y ha generado entusiasmo entre personas de otras áreas y estudiantes
de varias facultades que quieren participar. Además, "nos permitirá formar
recursos humanos en técnicas que hasta ahora no se habían desarrollado en
México a este nivel”, concluyó.
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PIE DE FOTO
Linda Manzanilla, del IIA, es una de las investigadoras
que encabeza el proyecto por medio del cual se colocará en el subsuelo de la
Pirámide del Sol un detector de partículas, con el fin de determinar si en ese
lugar existen cámaras ocultas.