Boletín UNAM-DGCS-0264
Ciudad Universitaria
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de fotos al final del boletín
LOS PACIENTES POBRES DIFÍCILMENTE OTORGAN SU CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA TRATAMIENTOS MÉDICOS
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Según este principio, un médico no puede
intervenir a nadie sin explicarle qué pretende hacer y qué recomienda como
tratamiento
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Marcia Muñoz del Instituto de Investigaciones Jurídicas, sostuvo que
debe observarse en tratamientos terapéuticos y en investigación clínica
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En México hay 40 millones de habitantes que viven en la pobreza y
carecen de algún servicio de salud
En México, las actuales condiciones de salud y
pobreza hacen cada vez más difícil que se apliquen y respeten los derechos
básicos del paciente bajo el principio del Consentimiento Informado (CI),
aunque esté regulado jurídicamente,
afirmó Marcia Muñoz de Alba, del Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Destacó que es difícil de aplicar la
legislación respectiva en un país con 40 millones de habitantes que viven en
situación de pobreza, la mayoría de los cuales carecen de algún servicio de
salud.
En este sentido, preguntó Muñoz de Alba: ¿Es
posible pensar en un Consentimiento Informado si éste se aplica cuando un
paciente se encuentra en estado de necesidad, cuando, por lo general, en la
mayoría de estos casos se ve obligado a aceptar cualquier propuesta de
tratamiento?
De hecho, dijo, se supone que
un médico no puede intervenir a ningún individuo sin explicarle qué pretende
hacer y qué quiere recomendarle para su tratamiento.
En este contexto, subrayó, un principio básico
es que el paciente tiene derecho a no aceptar la atención; sin embargo, en este
caso, el médico puede entrar en conflicto ante su necesidad imperiosa de
aplicar sus conocimientos y salvar una vida.
Entonces, valdría la pena preguntarse ¿se puede
intervenir en el cuerpo del paciente sin su consentimiento? ¿Hasta dónde llega
ese derecho y la voluntad de los padres o los representantes legales para
determinar la intervención aunque se requiera de atención médica?
El Consentimiento Informado no es sólo sacarle
al paciente o su representante legal una firma en un formato que a lo mejor ni
se lee cuando llegan al hospital y aceptan sólo porque necesitan la atención
médica, aclaró.
Aunque un individuo en estas circunstancias
tiene el derecho de aceptar o rechazar
la atención con base en sus propias creencias y metas personales, mencionó.
Por ello, puntualizó, para que el Consentimiento
Informado sea válido, es necesario presentar al individuo la información en un
lenguaje entendible, hacerle una clara descripción del tratamiento o
procedimiento recomendado y hablarle sobre los riesgos y beneficios de los
mismos.
Además, abundó, deben mencionársele las
probabilidades de éxito del tratamiento y las implicaciones que podrían
presentarse durante la recuperación y el periodo de reposo.
Al dictar la conferencia Consentimiento Informado realizada por el Núcleo en Salud y Derecho
del IIJ, la académica dijo: “la información es poder e implica compartirla,
darla a conocer o bien reservarla y en el ámbito de la salud esto es sumamente
importante”.
Por ello, el Consentimiento Informado debe ser
voluntario y comprendido; una decisión tomada por alguien capaz de hacerlo con
responsabilidad, enfatizó.
En términos generales, abundó, el CI debe
presentarse en tratamientos terapéuticos y en la investigación clínica y por su
naturaleza es capaz de cambiar la relación médico-paciente.
En el auditorio Floris Margadant del IIJ, la investigadora comentó que el CI ha
dado lugar o es la base de la argumentación para otros tipos de derechos y
obligaciones en el tratamiento de pacientes.
Asimismo, es importante que cuando el médico o
investigador quiera someter a experimentación algún caso o tratamiento, debe
pedir el consentimiento del paciente.
Sin embargo, desde el punto de vista científico
aquí existe una limitante en términos de lenguaje, porque en algunos casos como
en cuestiones neurológicas hay aspectos que sólo el médico puede comprender,
concluyó.
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Foto 1
La aplicación del Consentimiento Informado podría cambiar la relación médico paciente, afirmó Marcia Muñoz de Alba, del IIJ de la UNAM, al participar en el ciclo de conferencias organizado por el Núcleo en Salud y Derecho de ese instituto
Foto 2
Marcia Muñoz de
Alba, del IIJ de la UNAM, dijo que en un país con 40 millones de habitantes
que viven en calidad de pobreza y carecen de algún servicio de salud es difícil
aplicar de Consentimiento Informado