Boletín UNAM-DGCS-0253
Ciudad Universitaria
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NECESARIA MAYOR
EQUIDAD EN EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
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La economista Eugenia Correa aseguró que el principal problema económico
y financiero de los países en desarrollo es la condicionalidad que se les ha
impuesto
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La situación económica mundial es muy desalentadora y grave para la
mayor parte de la humanidad, añadió
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De 1980 a 2000, la deuda externa de estos países pasó de 586 mil 671
millones de dólares a 2 billones 527 mil 478 millones de dólares: Alicia Girón,
directora del IIEc
Democratizar la conformación del Fondo
Monetario Internacional (FMI), para que cada país sea un voto, y cambiar la
condicionalidad para hacer posible que los países destinen más recursos a la
salud y a la educación que al pago de intereses de las deudas externas e
internas, son cuestiones fundamentales que se deben discutir en el Consenso de
Monterrey.
Aseguró lo anterior Eugenia Correa, del
Instituto de Investigaciones Económicas, quien explicó que el principal problema
económico y financiero del mundo en desarrollo y de América Latina es la
condicionalidad impuesta a estos países, lo cual los ha llevado a hundirse en
la recesión.
En conferencia de prensa, dijo que mientras
Estados Unidos, al entrar en desaceleración económica o crisis, aumenta el
crédito, el gasto público y disminuye sus tasas de interés, el resto del mundo,
en especial las naciones deudoras, profundizan su recesión mediante la baja de
su crédito y del gasto público, además de aumentar las tasas de interés.
Comentó que esa disparidad en la
condicionalidad del FMI se debe a que está gobernado por las cuotas de los
países representados, en lugar de que funcione en relación de uno a uno, o
según su población.
La economista propuso que ante los errores cometidos
por el FMI, reconocidos de manera pública, debería ser ese organismo el que
pague los intereses de la deuda externa de las naciones deudoras, por lo menos
los próximos diez años, ya que cuando un gobierno se equivoca y se produce una
crisis financiera, éste debe tomar más créditos del FMI para cumplir con sus
acreedores y con el mismo organismo.
Añadió que todos los países en desarrollo
requieren incrementar de forma rápida el gasto público, incluso de manera
deficitaria, para enfrentar los retrasos de más de 20 años de una
condicionalidad equivocada por el FMI, pero éste no debería ser en el pago de
intereses de la deuda externa, sino en infraestructura, recursos humanos, y en
ciencia y tecnología.
Eugenia Correa destacó que la situación
económica mundial es muy desalentadora y grave para la mayor parte de la
humanidad. Sin embargo, frente a ello el Consenso de Monterrey ni reconoce ni
permite a los países que la resuelvan por sus propias vías.
No hay Consenso en Monterrey porque temas como
la regulación de los centros off-shore, que permiten la realización de toda
clase de operaciones fraudulentas y evaden impuestos; el “lavado de dinero”; la
democratización de los organismos financieros internacionales, el incremento de
los recursos que manejan éstos, ni siquiera se mencionarán.
No obstante, destacó el hecho de que en un
organismo como la Organización de las Naciones Unidas se aborden problemas
económicos que afectan al mundo, sobre todo a los países subdesarrollados,
mismos que habían sido coto exclusivo del FMI y organismos financieros internacionales.
La investigadora universitaria calificó como
incoherente y genocida la posición del FMI respecto a la situación argentina,
ya que mientras por un lado expresa sus condolencias, por el otro condiciona
los fondos necesarios para enfrentar los intereses de sus deudas, y presiona
para reducir el gasto público para lo más elemental, como la educación y la
salud.
En ese sentido, aseveró que si bien nuestro
país no está en las mismas condiciones que Argentina, sí va por ese camino, ya
que tenemos un problema de sobrevaluación monetaria cercana al 40%; además de
un déficit de balanza comercial, sobretasas de interés, constantes recortes
presupuestales y caída de los precios del petróleo, entre otros.
Por su parte, la directora del IIEc, Alicia
Girón, señaló que de 1980 a 2000 la deuda externa de los países en desarrollo
pasó de 586 mil 671 millones de dólares, a 2 billones 527 mil 478 millones de
dólares. De ella, en 1980 40% correspondía América Latina, mientras que en el
2000 fue 32%.
Asimismo, como porcentaje del Producto Interno
Bruto, se incrementó de 18.22% a 37.40% en el mismo periodo; mientras que la
relación de la deuda externa con las exportaciones de bienes y servicios pasó
de 84.41% a 144.3% en el periodo referido.
Alicia Girón mencionó que los intereses de la
deuda con respecto al PIB se han mantenido constantes durante los últimos 20
años, pero el servicio de la deuda con respecto a las exportaciones se
incrementó de 12.76% en 1980 a 17% en el 2000.
Por ello, señaló que el endeudamiento externo
ha sido muy gravoso para los países subdesarrollados por su comportamiento
acumulativo; en tanto, el pago de su servicio, cuyo componente es anual, es muy
oneroso por los intereses.
"Si se hiciera una comparación de lo que
significa el monto del pago anual por concepto del servicio de la deuda externa
con relación al costo esperado en crear empleos a través de obras de
infraestructura, clínicas, escuelas, etcétera, el resultado de dicho impacto en
la sociedad sería económica y socialmente significativo", concluyó.
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Foto 1
Eugenia Correa,
del Instituto de Investigaciones Económicas, aseguró que la condicionalidad
impuesta por el FMI a América Latina la ha hundido en la recesión. La acompaña
Irma Manrique.
Foto 2
La directora del
Instituto de Investigaciones Económicas, Alicia Girón, señaló que el
endeudamiento externo ha sido muy gravoso para los países subdesarrollados, y
el pago de su servicio es muy oneroso por los intereses.