06:00 hrs. Febrero 21 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0156

Ciudad Universitaria

 

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IMPORTANTE DETECTAR A TIEMPO PROBLEMAS DE ANEMIA POR LOS TRASTORNOS QUE OCASIONA

 

 

·        Idalia Avila Miyazawa, investigadora de la FES Cuatitlán destacó la trascendencia de realizar estudios de laboratorio preventivos que permitan conocer los niveles de hierro sérico y de hemoglobina en la sangre

·        Se prueban vacunas producidas con ingeniería molecular: Juan Antonio Montaraz Crespo, director de la institución

 

La deficiencia de hierro en el organismo se manifiesta clínicamente hasta que se agotan las reservas en el cuerpo de este oligoelemento, del ahí el retraso en el diagnóstico temprano de la anemia, afirmó la investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Idalia Avila Miyazawa, al participar en la Primera Semana de Bioquímica Clínica.

 

Por ello –puntualizó la jefa de la sección de Ciencias de la Salud Humana de ese campus universitario– es importante realizar estudios de laboratorio preventivos que permitan conocer los niveles de hierro sérico y de hemoglobina en la sangre y los de ferritina sérica, proteína de reserva de hierro.

 

Destacó que en el país las anemias carenciales, como la ferropénica y la megaloblástica adquieren gran importancia por asociarse con el contenido de nutrientes en la alimentación. La primera se asocia a una deficiencia en la cantidad de hierro, componente del grupo prosténico que forma parte de la estructura de la hemoglobina (molécula proteica funcional del eritrocito que transporta el oxígeno molecular hacia las células).

 

"Los bajos niveles de hierro en el organismo pueden ser consecuencia de diversos factores, entre ellos deficiencias en la dieta, pérdidas debido a hemorragias crónicas, aumento de las necesidades en periodos como el embarazo y el crecimiento, apuntó.

 

En tanto, la anemia megaloblástica está asociada con la disminución en el nivel de vitamina B12 causada por la mala absorción intestinal o de ácido fólico en el organismo, debido a un consumo deficiente en la dieta, esto conduce a un retraso en la división celular impactando en un número deficiente de eritrocitos, plaquetas y leucocitos circulantes, causando hipoxia celular.

 

La investigadora universitaria reiteró la importancia de conocer el desequilibrio que se produce en el organismo debido a los defectos nutricionales, mediante un diagnóstico certero y temprano.

 

Por otra parte, el director del la FES Cuautitlán, Juan Antonio Montaraz Crespo, destacó que el uso de la ingeniería genética ha permitido la creación de inmunógenos que producen reacciones de gran especificidad como las vacunas subcelulares, las recombinantes o las de ácido desoxirribonucléico (ADN).

 

El funcionario indicó que la idea de vacunar con genes es producto de la aplicación de estudios de biología molecular y de inmunología. Las vacunas se están probando en animales de laboratorio y en seres humanos, explicó.

 

En su exposición Producción de vacunas, apuntó que con la aplicación de éstas el ADN microbiano debe introducirse en las células del individuo inmunizando la maquinaria celular del huésped, y lo usará para fabricar antígenos que luego serán reconocidos como tales por el sistema inmunológico.

 

Sin embargo, como los fragmentos lineales de ADN tienden a degradarse rápidamente dentro de la célula, se construyen moléculas circulares de este material genético llamados plásmidos que son mucho más estables y que contienen uno o varios genes microbianos. Estos agentes pueden replicarse dentro de la célula que los hospeda, y cuando la célula se divida cada una de las células hijas recibirá el plásmido.

 

Las vacunas se pueden aplicar vía intramuscular o uitilizando un aparato que introduce, mediante presión, el plásmido en las células de la dermiz.

 

"En ambos casos –dijo– el ADN entra en la célula y el plásmido se inserta en el genoma de la misma para replicar el gen que contiene  la información para el antígeno de la vacuna. Posteriormente, la célula a través de su propio mecanismo de síntesis produce la proteína que está codificada en este gen".

 

Una vez hecho esto, la proteína abandona la célula en forma de un antígeno libre y su comportamiento es similar al que tendría si se hubiera aplicado por otro método, con la ventaja de que se presenta al sistema inmune de manera natural, comentó Montaraz Crespo.

 

"Otro procedimiento que puede seguir el antígeno que se produce en el citoplasma de la célula es fraccionarse en pequeños péptidos para que viajen a la membrana celular, acompañados del complejo mayor de histocompatibilidad, para que los compuestos orgánicos antigénicos sean reconocidos por los linfocitos citotóxicos", explicó.

 

Una vacuna de este tipo, con un gen capaz de replicarse, es una respuesta inmune humoral, constituida por anticuerpo o inmunoglobulinas, concluyó Montaraz Crespo.

 

 

 

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El uso de la ingeniería genética ha permitido la creación de inmunógenos, como las vacunas subcelulares: Juan Antonio Montaraz, director de la FES Cuautitlán