Boletín UNAM-DGCS-0141 bis
Ciudad Universitaria
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RADÓN, SEGUNDA
CAUSA DE CÁNCER PULMONAR
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A pesar de haber sido identificado como un problema de salud pública
desde hace décadas, ese gas es desconocido por la mayoría de la población
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Guadalupe Ponciano, de la Facultad de Medicina, informó que el 49% de la
radiación que el ser humano recibe a lo largo de su vida está constituida por
radón
El radón es la segunda causa
de cáncer pulmonar en el mundo, sólo después del tabaquismo. Sin embargo, a
pesar de haber sido identificado como un problema de salud pública desde hace
décadas, es desconocido por la mayoría de la población, afirmó Guadalupe
Ponciano Rodríguez, coordinadora de la Clínica contra el Tabaquismo de la
Facultad de Medicina de la UNAM.
Al participar en la Semana
Cultural de la Facultad de Odontología, con la ponencia Radón, el contaminante
invisible, la universitaria refirió que el Instituto Nacional de Cáncer de
Estados Unidos confirma que al año se registran 130 mil muertes por cáncer pulmonar,
de las cuales entre cinco mil y 20 mil se atribuyen a exposiciones de radón en
interiores, mientras que en México hay pocos estudios al respecto.
El 49% de la radiación que un
ser humano recibe a lo largo de su vida está constituida por radón; el resto lo
conforman los rayos gamma y cósmicos, las radiaciones por usos médicos (como
los rayos X) y la energía nuclear.
Los elementos radiactivos que
podemos respirar son el uranio, el torio, el polonio 210 -presente al quemar el
tabaco- y el plomo. A esos sólidos se suma el gas radón, conocido como
"hijo radiactivo del uranio" y clasificado como carcinógeno del grupo
A, es decir, aquellos que irrefutablemente causan cáncer en el humano.
Se trata de un gas radiactivo,
incoloro e inodoro, que podemos respirar en grandes cantidades sin darnos
cuenta. Por el hecho de que se origina a partir del uranio de la corteza
terrestre, se encuentra en todas las atmósferas intra y extramuros, pero sus
concentraciones son más altas en espacios cerrados. Se libera de los materiales
de construcción como el cemento y el yeso.
Una probable fuente de radón
en nuestro país es el agua subterránea. En la ciudad de México, por ejemplo,
78% del agua de consumo proviene del subsuelo y se han encontrado casos donde
se excede en más del doble los límites permisibles. Sin embargo, si se toma, el
radón no causa problema.
Luego de realizar estudios, el
equipo que encabeza Ponciano Rodríguez encontró que en todas las viviendas de
Tula, Toluca, y colonias del Distrito Federal, como Villa Panamericana,
Coyoacán y Santa Ursula hay radón, aunque sus concentraciones varían de acuerdo
con la época del año.
Al respecto, explicó que en el
invierno las concentraciones se elevan porque las casas se cierran para
conservar el calor y el radón se acumula. Por el contrario, cuando hace calor,
se abren puertas y ventanas para ventilar y los niveles de ese gas disminuyen.
Asimismo, se registró que las viviendas nuevas, sin recubrimientos ni pintura,
tienen más radón.
La académica señaló que la
gente pasa en espacios interiores (casa, oficina o escuela) el 80% del tiempo.
Por eso, "lo que respiremos adentro tiene un impacto importante en la
salud".
Otro factor que incrementa las
concentraciones de radón en espacios cerrados son los fumadores; además, aumentan
las partículas, las cuales son utilizadas por el propio radón para entrar con
más facilidad al organismo. Cuando entra acompañado de un aerosol se queda
atrapado en el pulmón y sigue emitiendo radiación. Por ejemplo, hay estudios de
momias y esqueletos donde se han encontrado diferentes concentraciones, agregó.
Los ambientes interiores,
dijo, han sido olvidados. Nos interesa el ozono, lo que pasa con la
contaminación exterior que es importante, pero en términos de salud
"tendríamos que preocuparnos más por los ambientes interiores donde
pasamos la mayor parte del tiempo".
La energía del radón daña el
material genético de las células, el DNA. Ese factor, junto con otros como el
tabaquismo o patologías respiratorias que impiden un buen mecanismo de limpieza
de los pulmones, lleva a mayores niveles de ese contaminante en el organismo y
provoca hasta cáncer.
En estudios recientes se ha
encontrado que las concentraciones de radón en espacios cerrados no se
mantienen constantes durante el día, sino que tienen un comportamiento bimodal,
en donde las más elevadas se presentan durante la madrugada y las primeras
horas del día, es decir, en horas de dormir.
Aunque la mayoría de las
concentraciones están por debajo de los índices de riesgo, es posible llevar a
cabo algunas medidas para disminuir los niveles de radón en interiores, como
utilizar sellador y pinturas con base de agua en las paredes, y mantener
constantemente ventilados esos espacios.
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Pie de foto
El 49% de la radiación que el ser humano recibe a lo largo de su vida procede del radón, afirmó Guadalupe Ponciano, de la Facultad de Medicina de la UNAM