Boletín UNAM-DGCS-0089
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EN CONDICIONES GRAVES EL MANTENIMIENTO DE LA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA DEL PAÍS
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Rafael Carmona, del Instituto de Ingeniería, dijo que es un problema
difícil de enfrentar porque los recursos económicos son muy limitados
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El trabajo realizado por universitarios en
el acueducto Chapala-Guadalajara, permite recuperar mil 200 litros de agua por
segundo, en beneficio de miles de habitantes
El mantenimiento de la infraestructura
hidráulica, en especial la de abastecimiento de agua potable, es un problema
grave a escala nacional, ya que en distintas ciudades del país se deteriora más
rápido de lo que se había pensado y las tecnologías que permiten
conservar su confiabilidad no avanzan al mismo ritmo.
Así lo aseguró Rafael Carmona Paredes,
investigador del Instituto de Ingeniería, quien refirió que ese problema es
difícil de enfrentar porque los recursos económicos disponibles para hacerlo,
incluida la investigación, son muy limitados.
Lo anterior ocurre, puntualizó, a pesar
de que los acueductos en el país, en términos generales, requieren de mayor
atención para la programación y ejecución adecuada de las tareas de
mantenimiento que los conserven en buenas condiciones.
Explicó que los acueductos, cuya función es
llevar cierto volumen de agua desde una fuente (río, presa, acuífero, lago,
etcétera) hasta una zona urbana o industrial, puede presentar fallas
catastróficas o graduales.
Las primeras interrumpen la funcionalidad de
algún elemento o de todo el sistema, y requieren de atención inmediata;
mientras que las graduales son difíciles de detectar, de ahí que no se atiendan
con oportunidad.
“En casi todos los casos, una falla
catastrófica proviene de una o más fallas graduales no identificadas ni
atendidas con oportunidad”. Estas, añadió, se producen por fenómenos como la
abrasión, la corrosión, la caducación y la falta de lubricación, que incluso
pueden provocar la falla total de una bomba hidráulica y la reducción de la
capacidad de conducción debido al crecimiento de fisuras, entre otras.
Mencionó que el crecimiento de fisuras y
la corrosión atacan las tuberías, elementos de mayor costo en los acueductos.
“Lo que inicia con pequeñas picaduras por corrosión, con el tiempo se traduce
en grandes orificios por donde escapa el agua”. Tal fue el caso del Sistema
Cutzamala, donde la corrosión provocó la pérdida de 7 mil litros por segundo.
Por ello, es importante identificar las
fallas para evitar su desarrollo o, cuando menos, reducir la velocidad del
deterioro que pueda afectar el abastecimiento del vital líquido a las
poblaciones. Para la corrosión existe equipo sofisticado que permite detectarla
desde sus primeras etapas y medir el desgaste en la pared de las tuberías.
Una excepción ha sido el caso del acueducto
Chapala-Guadalajara, donde gracias al mantenimiento y supervisión operativa de
los sistemas de bombeo y conducción del agua que realizan investigadores
universitarios, se han podido recuperar mil 200 litros de agua por segundo, en
beneficio de miles de habitantes.
El acueducto presentaba una reducción de
76% en su capacidad de conducción por adherencia gradual de partículas en la
pared interior de las tuberías, así como por la presencia de aire atrapado. De
esa forma dejaron de llegar 1,800 litros por segundo, suficientes para
abastecer a más de 600 mil habitantes.
Se realizó la limpieza de 20 kilómetros
de dicho acueducto con lo cual la capacidad de conducción se elevó de 5,230
metros cúbicos por segundo a 6, 472.
Carmona Paredes mencionó que el beneficio
de estas acciones puede ser medido en relación con los costos de construcción
de nuevos acueductos, lo cual supera en mucho a lo que se gasta en la
aplicación de tecnologías de limpieza de las tuberías.
El investigador aseguró que este sistema de
limpieza puede ser utilizado en cualquier tipo de tuberías, desde diámetros muy
pequeños, de 2 a 10 pulgadas, hasta grandes acueductos; es decir, en cualquier
red de distribución, como podría ser la de la Ciudad de México.
Por otro lado, señaló que una de las
principales fuentes de abastecimiento de agua de esta megalópoli es el Sistema
Cutzamala, el cual, con 20 años de existencia, enfrenta problemas de
mantenimiento. Por ello, se ha propuesto a la Comisión Nacional del Agua un
estudio de evaluación de su deterioro por corrosión.
El propósito es, de acuerdo con los resultados,
rehabilitar elementos estructurales o sustituir tubos aislados o en tramos de
mayor longitud. De tener mantenimiento, la vida operativa de la tubería de
concreto, estimada en 30 años, se puede alargar.
“Buscamos conservar la infraestructura que
tenemos para brindar mejores servicios a la población. Queremos establecer
labores rutinarias de conservación de la confiabilidad de los acueductos”.
Aclaró que los problemas que presentan los
acueductos en México no son exclusivos de países en desarrollo, ya que también
ocurren en naciones con elevados estándares de vida, “pero con la diferencia de
que los esfuerzos que ellos dedican para evaluar su infraestructura, planear
acciones y programar recursos, son mucho mayores”.
En tal sentido informó que el Instituto de
Ingeniería trabaja de cerca con grupos técnicos de la Comisión Nacional del
Agua y de otros organismos como los sistemas Intermunicipal de Agua Potable y
Alcantarillado de Guadalajara y de Agua y Drenaje de Monterrey, entre otros,
para buscar la mejor forma de enfrentar estos problemas.
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FOTO 1
Rafael Carmona Paredes, del
Instituto de Ingeniería de la UNAM, aseguró que los acueductos del país
requieren de mayor atención en su mantenimiento para asegurar el abastecimiento
de agua a las poblaciones.
FOTO 2
Es necesario identificar las fallas
en los sistemas de abastecimiento de agua para reducir la velocidad de su
deterioro, lo cual afecta la distribución del vital líquido, dijo Rafael
Carmona Paredes, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.