06:00 hrs. Enero 10 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0028

 

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SIGNO DE DEMOCRACIA, EL QUE PRI, PAN Y PRD INSCRIBAN  A DOS CANDIDATOS A SUS RESPECTIVAS DIRIGENCIAS

 

·        Significaría que en México hay suficiente liderazgo partidista

·        Ramón Martínez Escamilla, del Instituto de Investigaciones Económicas, opinó sobre las seis principales candidaturas

 

 

Si en las próximas elecciones de los dirigentes nacionales de los tres mayores partidos políticos de México, cada uno inscribe a dos candidatos, significará que la democracia se establece lenta pero irreversiblemente, señaló Ramón Martínez Escamilla, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

El coordinador del Área de Estado y Economía del Sector Público del IIEc agregó que lo anterior indicaría que dentro de cada partido los intereses se han polarizado positivamente, o bien, se han conciliado, de manera que puede haber fórmulas binominales –dos planillas en cada partido–, lo cual indicaría que en México hay suficiente liderazgo partidista.

 

En el caso del PRD, sostuvo que las candidaturas más o menos bien pronunciadas son las de Rosario Robles y Jesús Ortega, quienes “representan dos modalidades de una misma gran vertiente de pensamiento y acción política”: la de la primera, abiertamente institucional, y la del segundo, popular, gremialista y sindicalista. Ambas, indicó, son perfectamente conciliables y juntas haría un gran liderazgo dentro del partido. Sin embargo, dijo, la situación dentro de ese partido es más dispar que en el PRI y el PAN.

 

El PRI, señaló, tiene dos contendientes claros: Roberto Madrazo, ex gobernador de Tabasco, y Beatriz Paredes, ex gobernadora de Tlaxcala, y actual lideresa del Congreso de la Unión. Aquí, comentó Martínez Escamilla, están jugando dos corrientes importantes: la del primero, muy beligerante, fuerte y altamente contestataria, incluso dentro del propio partido, frente a la de la segunda, “una candidatura muy atemperada, reposada, de una gran experiencia en la administración pública y de un conocimiento extenso y profundo de la vida política nacional”, justo a la medida de lo que requiere el PRI para recuperar los liderazgos mayoritarios que tuvo en el pasado.

 

La fórmula ideal para hacer el trabajo de reestructuración interna que el PRI requiere, afirmó, “sería que la señora Paredes fuera a la presidencia y Madrazo a la Secretaría General”. Este partido, dijo, “puede volver a posicionarse fuertemente sobre todo si se hace de un liderazgo reflexivo, culto, bien intencionado”.

 

El PAN, partido que ocupa la presidencia de nuestro país, ha expresado dos candidaturas: la de Felipe Bravo Mena, de grandes alcances y capacidades políticas, así como de una gran trayectoria, por el trabajo ideológico, político y práctico que ha hecho dentro del partido; y la de Carlos Medina Plascencia, ex gobernador de Guanajuato, quien es un operador político eficiente, resaltó Martínez Escamilla.

 

En su opinión, Medina Plascencia lleva ventaja sobre Bravo Mena, porque, además de su experiencia política, es un hombre de partido probado y un gran concertador de voluntades, lo que lo llevaría a tomar mejores decisiones. “Son tan buenos ambos para los efectos internos del partido, que debiera conciliarse también una fórmula en la que ambos se acompañaran, lo cual reflejaría madurez y disciplina política”.

 

Martínez Escamilla comentó que en las próximas elecciones de sus dirigentes, a realizarse en febrero y marzo, los tres principales partidos de México deben hacer caso a las juventudes, “porque en ellas está el voto mayoritario”.

 

Aseguró que dichos procesos deben ser transparentes, confiables y eficientes “para efectos de lograr la renovación partidista que se espera”. Si alguno incurriera en lo contrario, insistió, “estaría perdido para siempre jamás en la vida política del país”.

 

México, explicó, necesita consolidar una nueva plataforma política, económica, social, cultural, ética y moral, a través de la presidencia de los partidos políticos, para que se recupere la credibilidad en ellos y sean vistos como organismos capaces de formular nuevas esperanzas a los mexicanos.

 

La nación es muy compleja, en ella conviven muchas culturas y puntos de vista “que hay que saber conjugar, hilvanar en una sola visión profundamente humana con apego a los derechos humanos. Hay grandes tesoros que todavía podemos rescatar y encuadrar de mejor manera en el sistema político nacional”.

 

 

 

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Ramón Martínez Escamilla, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseguró que si en las próximas elecciones de los dirigentes del PAN, PRD y PRI hubiera dos planillas en cada uno, significaría que en México la democracia va lenta, pero es irreversible