06:00 hrs. Enero 9 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0025

 

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LA CIRCULACIÓN DEL EURO, OPORTUNIDAD PARA FORTALECER EL COMERCIO DE MÉXICO CON LA UE

 

 

·        Alejandro Chanona, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, dijo que la región del euro busca ofrecer una zona económica de competencia frente a la del dólar

·        A pesar de que se pierde cierta soberanía, proporciona  grandes ventajas como bloque económico

 

Podrían fortalecerse las transacciones entre México y la Unión Europea gracias a la certidumbre cambiaria que genera la circulación del euro en 12 países del viejo continente, desde el primer día de este año.

 

Además, ya no habrá una lucha entre el comportamiento del marco alemán con otras divisas en la región, al tener una sola moneda, aseguró Alejandro Chanona Burguete, coordinador del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS).

 

A la fecha, el Tratado de Libre Comercio entre nuestro país y la Unión Europea (TLCUE) ha sido muy celebrado pero aún está por resolverse, ya que históricamente ha habido decremento del intercambio comercial entre ambos.

 

Sin embargo, dijo que no se debe perder de vista la paridad del euro con el dólar. Si bien “en los últimos años la moneda europea ha perdido terreno frente al dólar, los acontecimientos del 11 de septiembre le permitieron recuperarse, ya que además de ser un instrumento de estabilidad cambiaria se convierte en una divisa de reserva atractiva”.

 

Chanona aseguró que la región donde circula el euro le quiere ofrecer al mundo una zona económica de competencia a la del dólar, y lo ha demostrado frente al yen.

 

Explicó que el euro se inscribe en una estrategia global de lo que se conoce como el eurosistema monetario, el cual permite transacciones económicas y financieras sin variación de costos, la estabilidad cambiaria y de precios para unos 304 millones de europeos, así como ventajas de competitividad frente a sus socios económicos.

 

Por el momento la moneda no fue adoptada por Dinamarca, Suecia y Gran Bretaña, aunque posiblemente se integrarán cuando vean las ventajas de su circulación, indicó.

 

Destacó que los europeos han visto en las turbulencias monetarias internacionales un reto y el único instrumento para saltar ese obstáculo fue respetar las etapas de unificación económica y monetaria.

 

En materia de política económica, esta moneda también es un refuerzo a los programas de convergencia económica y fiscal existentes entre los miembros de la zona.

 

El investigador y académico universitario reconoció que esa moneda también tiene un significado difícil de entender en América Latina: “una transferencia o cesión de soberanía”. Es decir, al acuñar esta moneda los 12 países europeos ceden a las instituciones centrales el manejo y control de la política monetaria, misma que, junto con la política exterior, de seguridad y de defensa, son pilares de la soberanía del Estado moderno”.

 

Este “acto de entrega de soberanía demuestra que los europeos entienden que con ello resolverán mejor sus problemas frente a las turbulencias de la globalización, que si mantuviesen políticas económicas exteriores individuales”.

 

Acotó que el euro también se apoya en la estabilidad de las finanzas públicas. La moneda es la punta del iceberg de un sistema económico y financiero complejo, inscrito en los tratados que en los últimos años han ido refrendando los europeos.

 

La emisión de esta moneda demuestra un gran pragmatismo de los europeos, ya que de 1985 a la fecha han reformado una y otra vez los tratados que generan más políticas supranacionales y comunitarias, con el fin de resolver sus problemas, y en donde la concertación se ha dado entre gobiernos, parlamentos y sociedades.

 

En ese sentido, advirtió, “mucho tenemos que aprender en México no para imitarlos en un sentido extrapolado, sino para entender que el pragmatismo tiene un valor estratégico para poner en práctica el afán de los gobiernos y los parlamentos de tratar de dotar a los ciudadanos de un progreso y un desarrollo humano que tanto repetimos y reiteramos, pero que la mayoría de los gobiernos no cumplen”.

 

Ante la posibilidad de que en América se emita una moneda común, Alejandro Chanona señaló que primero debe haber una zona de estabilidad cambiaria en Norteamérica entre los dólares canadiense y estadounidense y el peso, para fortalecer la zona del TLC, lo cual también favorecerá las transacciones de América frente a los demás continentes.

 

“Una moneda común en la zona tendría que resolver, primero, muchos problemas de asimetría, sobre todo entre México y sus dos socios de la región”, concluyó.

 

 

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La puesta en circulación del euro en doce países europeos generará certidumbre cambiaria y representa una oportunidad para que México fortalezca su comercio con la UE, aseveró Alejandro Chanona, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.