Boletín UNAM-DGCS-020
ELABORA LA UNAM EL PRIMER ATLAS DE VULNERABILIDAD POR HURACANES
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Con esta cartografía se podrá decidir con certeza el tipo y lugar de
construcción de la nueva infraestructura, además ayudará a alertar a la población sobre la presencia de
uno de estos fenómenos meteorológicos
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Escasos los estudios sobre huracanes relacionados con las costas
mexicanas y sus alrededores
El Instituto de
Ingeniería (II) de la UNAM entregará este año a la Semarnat y a la CFE el
primer Atlas de Vulnerabilidad Costera generada por Huracanes, erigiéndose como
uno de los principales esfuerzos de la ciencia mexicana para planear la
infraestructura y el desarrollo en las zonas costeras.
“Esta será una
cartografía muy útil, tanto para la industria como para los gobiernos estatales
y municipales, toda vez que se podrá decidir con certeza el tipo y lugar de la
nueva infraestructura, además de alertar a la población y avisar del tránsito a
las embarcaciones”, explicó Rodolfo Silva Casarín, encargado del proyecto.
El nuevo atlas de
vulnerabilidad por huracanes quedará concluido en junio próximo y, aunque pareciera que sus beneficios están
dirigidos a sectores muy específicos, en realidad serán para la sociedad en su
conjunto, ya que 70 por ciento de la infraestructura petrolera está en el mar,
explicó.
En este sentido
agregó que el 80 por ciento del comercio exterior depende de las exportaciones
portuarias; más de 60 por ciento del turismo va a las costas y 50 por ciento de la generación de energía
eléctrica se produce en estas zonas.
También comentó que
se han realizado muchos esfuerzos para encontrar algún modelo numérico,
aplicable a varias regiones del mundo, capaz de determinar la configuración de la presión generada por
la presencia de huracanes.
Sin embargo,
destacó, son pocos los estudios que se enfocan específicamente a las costas
mexicanas y sus alrededores, en buena medida por la falta de información y
datos de campo.
Para el desarrollo
de esta cartografía, el Instituto de Ingeniería realizó el análisis histórico
para determinar cuáles han sido los daños por los efectos de los huracanes; es
decir, incidentes meteorológicos como presiones, vientos, oleaje y marea de
tormenta que se traduce en zonas de inundación.
El estudio, agregó
el maestro en ingeniería oceanográfica, relaciona el número de eventos por año
e intensidad presentados en los últimos 52 años en los océanos Pacífico y
Atlántico, así como el examen adicional que relaciona la duración, en días, de
los eventos suscitados cada año para las dos vertientes.
Silva Casarín
informó que en el Hemisferio Norte se han presentado 711 huracanes en la
vertiente del Océano Pacífico, mientras que para la del Atlántico se
registraron 514 en los últimos cincuenta años.
Precisó que la
vulnerabilidad por la presencia de huracanes se estudia y maneja a partir de la
generación de diferentes mapas oceanográficos que representan parámetros
climatológicos, como: presiones, direcciones e intensidades de vientos, alturas
de oleaje extraordinario e intensidad de inundaciones por marea de tormenta
sobre las zonas costeras.
“En términos generales –indicó- nuestra base
de datos contempla alrededor de mil 500 eventos visualizados a través de
modelos de tipo paramétrico de presión, viento y oleaje. Lo que hemos hecho es
estandarizarlos para tenerlos regularmente espaciados en el tiempo, lo que
permite que cada seis horas se tenga la información, con lo que se hace el
modelo y se ve qué zonas fueron dañadas”.
Con ello,
puntualizó Rodolfo Silva, se puede observar directamente al huracán y las zonas
que afectó; asimismo, es posible ver todos los acontecimientos y, a partir de
esta información, estudiar los periodos de retorno y la probabilidad de que un
área se pueda ver afectada nuevamente.
Esa es una parte
del modelo, otra se obtiene con los datos del Centro Meteorológico Nacional o
con los de otras instituciones con las que se establecen los avisos y
predicciones hacia que zona se dirige y cómo se va a mover un metéoro, indicó.
La bondad del
modelo dependerá de la certeza que tenga la predicción de la nueva posición. El
prototipo depende de parámetros muy sencillos: la presión central y la
localización del fenómeno meteorológico, concluyó Silva Casarín.
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