10:00 hrs. Enero 7 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-020

 

 

ELABORA LA UNAM EL PRIMER ATLAS DE VULNERABILIDAD POR HURACANES

 

·        Con esta cartografía se podrá decidir con certeza el tipo y lugar de construcción de la nueva infraestructura, además ayudará a  alertar a la población sobre la presencia de uno de estos fenómenos meteorológicos

·        Escasos los estudios sobre huracanes relacionados con las costas mexicanas y sus alrededores

 

El Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM entregará este año a la Semarnat y a la CFE el primer Atlas de Vulnerabilidad Costera generada por Huracanes, erigiéndose como uno de los principales esfuerzos de la ciencia mexicana para planear la infraestructura y el desarrollo en las zonas costeras.

 

“Esta será una cartografía muy útil, tanto para la industria como para los gobiernos estatales y municipales, toda vez que se podrá decidir con certeza el tipo y lugar de la nueva infraestructura, además de alertar a la población y avisar del tránsito a las embarcaciones”, explicó Rodolfo Silva Casarín, encargado del proyecto.

 

El nuevo atlas de vulnerabilidad por huracanes quedará concluido en  junio próximo y, aunque pareciera que sus beneficios están dirigidos a sectores muy específicos, en realidad serán para la sociedad en su conjunto, ya que 70 por ciento de la infraestructura petrolera está en el mar, explicó.


En este sentido agregó que el 80 por ciento del comercio exterior depende de las exportaciones portuarias; más de 60 por ciento del turismo va a las costas y  50 por ciento de la generación de energía eléctrica se produce en estas zonas.

 

También comentó que se han realizado muchos esfuerzos para encontrar algún modelo numérico, aplicable a varias regiones del mundo, capaz de determinar  la configuración de la presión generada por la presencia de huracanes.

 

Sin embargo, destacó, son pocos los estudios que se enfocan específicamente a las costas mexicanas y sus alrededores, en buena medida por la falta de información y datos de campo.

 

Para el desarrollo de esta cartografía, el Instituto de Ingeniería realizó el análisis histórico para determinar cuáles han sido los daños por los efectos de los huracanes; es decir, incidentes meteorológicos como presiones, vientos, oleaje y marea de tormenta que se traduce en zonas de inundación.

 

El estudio, agregó el maestro en ingeniería oceanográfica, relaciona el número de eventos por año e intensidad presentados en los últimos 52 años en los océanos Pacífico y Atlántico, así como el examen adicional que relaciona la duración, en días, de los eventos suscitados cada año para las dos vertientes.

 

Silva Casarín informó que en el Hemisferio Norte se han presentado 711 huracanes en la vertiente del Océano Pacífico, mientras que para la del Atlántico se registraron 514 en los últimos cincuenta años.

 

Precisó que la vulnerabilidad por la presencia de huracanes se estudia y maneja a partir de la generación de diferentes mapas oceanográficos que representan parámetros climatológicos, como: presiones, direcciones e intensidades de vientos, alturas de oleaje extraordinario e intensidad de inundaciones por marea de tormenta sobre las zonas costeras.

 

 “En términos generales –indicó- nuestra base de datos contempla alrededor de mil 500 eventos visualizados a través de modelos de tipo paramétrico de presión, viento y oleaje. Lo que hemos hecho es estandarizarlos para tenerlos regularmente espaciados en el tiempo, lo que permite que cada seis horas se tenga la información, con lo que se hace el modelo y se ve qué zonas fueron dañadas”.


 

Con ello, puntualizó Rodolfo Silva, se puede observar directamente al huracán y las zonas que afectó; asimismo, es posible ver todos los acontecimientos y, a partir de esta información, estudiar los periodos de retorno y la probabilidad de que un área se pueda ver afectada nuevamente.

 

Esa es una parte del modelo, otra se obtiene con los datos del Centro Meteorológico Nacional o con los de otras instituciones con las que se establecen los avisos y predicciones hacia que zona se dirige y cómo se va a mover un metéoro, indicó.

 

La bondad del modelo dependerá de la certeza que tenga la predicción de la nueva posición. El prototipo depende de parámetros muy sencillos: la presión central y la localización del fenómeno meteorológico, concluyó Silva Casarín.

 

 

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