Boletín UNAM-DGCS-008
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MODELO MATEMÁTICO
PREDICE LA DISPONIBILIDAD DE ATÚN
·
México posee una de las mejores zonas de captura del mundo, alrededor de
las Islas Revillagigedo
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La flota mexicana, al igual que cualquiera, está en el mismo nivel de
muerte accidental de delfines: Carlos Díaz Ávalos
·
Busca garantizar la explotación adecuada del recurso y la existencia del
delfín en el futuro dice el investigador del IIMAS
Se ha desarrollado
un modelo estadístico para predecir la disponibilidad de atún aleta amarilla en
el Pacífico mexicano, el cual permitirá estimar el valor esperado de las
capturas y la planeación de la pesca en beneficio de la flota del país.
Carlos Díaz
Ávalos, del Instituto de
Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), explicó que las
predicciones estarán, en breve, a disposición del Instituto Nacional de la
Pesca (INP), institución con la que se colabora en el desarrollo de este
proyecto.
Además, este
trabajo ha permitido demostrar de manera estadística que sí existe asociación
entre la temperatura superficial y la clorofila del mar, con la captura del
atún.
El investigador
señaló que los recursos deben usarse, pero sólo en la medida en que se les
permita recuperarse, con el propósito de garantizar que las futuras
generaciones accedan a ellos.
Parte de esa
planeación debe predecir su disponibilidad a futuro, conocer la distribución
espacial y temporal de las especies, y la relación que guardan con factores
ambientales -en este caso la temperatura del mar, la cantidad de clorofila y la
presencia o ausencia de perturbaciones en el océano-.
El atún aleta
amarilla es la especie objeto del proyecto, la cual se eligió por ser la
segunda pesquería en importancia (después del camarón), y porque se cuenta con
más información geográfica e imágenes de satélite de esa región.
La importancia de
este recurso se refleja en las cifras del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI): en 1999 se capturaron 147 mil 261 toneladas de
atún; mientras que a mediados del presente año, según números preliminares, se
habían pescado 219 mil 823 toneladas.
Díaz Ávalos explicó
que la presencia del atún se determina mediante una técnica indirecta que
calcula el número de larvas que existen en el área de interés y su edad, para
establecer el número de huevos de donde ellas provienen y la cantidad de
hembras que los pusieron. Luego, con la proporción de sexos se estima el tamaño
de la población total.
Aclaró que no se
intenta demarcar las áreas con mayor abundancia de atún, ya que esas son
conocidas mejor que nadie por los pescadores. México tiene una de las mejores
zonas de captura alrededor de las Islas Revillagigedo, la cual se ubica dentro
de la zona económica exclusiva del país, por lo que ninguna flota extranjera
puede ingresar a pescar en ella.
A partir de la
declaración de la zona económica exclusiva se impuso un embargo atunero a
México por parte de Estados Unidos, recordó, lo cual ocurrió en los 80 y una
década después se aplicó otro con el pretexto de la muerte accidental de
delfines.
En realidad, aclaró
el investigador, se trata de un problema de otra índole. Una lata de atún en
anaquel en el vecino país del norte tiene un precio de 60 a 65 centavos, a
diferencia de México donde cuesta más barato, por la disparidad en el costo de
la mano de obra.
“México se ha
esforzado por seguir las normas impuestas por el Congreso de Estados Unidos,
pero su flota está en el mismo nivel de muerte accidental de delfines que el
del resto de las naciones. Es claro que ese no es el motivo del embargo”,
abundó.
La investigación
científica pretende calcular el valor promedio de las capturas que tendría un
barco al operar en cierta zona y con base en esa información decidir si vale la
pena invertir en la pesca o no. Ese es el propósito de utilizar la información
que genera un modelo estadístico en la toma de decisiones.
En cada punto del
océano la cantidad fluctúa de forma aleatoria. Ello se debe a que el atún es
una especie con gran capacidad migratoria, por lo cual un cardumen que hoy está
en las costas de México dentro de unos meses puede estar en Australia o
alrededor de las Islas Canarias. Además, la especie prefiere ciertas regiones
de acuerdo con la época del año. Por ello, no hay posibilidad de decir a quién
pertenece el recurso.
Así, por ejemplo,
un barco puede arribar a un sitio y no capturar atún en el primer día, cuatro mil en el segundo y dos mil en la tercer jornada. Sin embargo,
en otro sitio los resultados pueden ser distintos. Esa aleatoriedad es la que
se busca explicar con el modelo.
Díaz Ávalos indicó
que el modelo predice la captura para los próximos meses o años: se calcula el
valor promedio del producto en cada barco operando en cierta zona, y se
obtienen elementos de decisión para la pesca.
El modelo creado
por el investigador está en fase de prueba en conjunto con el INP y los
resultados son alentadores hasta el momento.
Para mejorar el
modelo, explicó, es necesario reconstruir algunas imágenes de satélite (proporcionadas por el Instituto de
Geografía de la Universidad), ya que por la presencia de nubes se genera un
margen de incertidumbre debido a la falta de datos.
Además, se podrían
añadir más variables: se dispone en la actualidad de los datos correspondientes
a la temperatura superficial y clorofila, pero se pueden incluir otras, como la
presencia de frentes (o choques de agua de diferentes temperaturas) con la
ayuda de imágenes de alta resolución.
“Estamos usando
datos de 1998 y 1999 para el desarrollo de un protocolo y de los algoritmos que
serán la base del estudio de otros años”.
Para asegurar la
explotación sustentable del atún, lo cual hasta ahora se ha logrado, se
requiere la cooperación de todos los países. Lo que se haga en Taiwan, por
ejemplo, puede afectar al resto, por lo que existen instancias como las
comisiones Interamericana del Atún Tropical o Internacional para el Atún del
Atlántico que permiten o no la entrada de más barcos.
El modelo será
aplicado al camarón y la sardina en el Pacífico, y quizá al atún en el Golfo de
México, con el fin de aprovechar la información global con la que ya se cuenta
(longitud, latitud, temperatura y clorofila) y hacer el análisis detallado de
las diferentes especies. Esa es la ventaja de los modelos estadísticos,
concluyó Díaz Ávalos.
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México
posee una de las mejores zonas de captura de atún del mundo, afirmó el
investigador universitario Carlos Díaz Ávalos.