06:00 hrs. Enero 2 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-004

 

 

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RECUBRIMIENTO PROTECTOR ABSORBE 98% DE LOS RAYOS ULTRAVIOLETA

 

·      Alarga la vida de las láminas de ocho meses a más de 10 años: investigadores del Instituto de Física

·        Podrá ser utilizado en techos de lámina acanalada de casas ubicadas en zonas de alta insolación

·        La exposición prolongada a ese tipo de radiación causa cáncer en la piel, acelera el envejecimiento y degrada gran cantidad de materiales

 

Importante aportación realizaron investigadores del Departamento de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (FATA), del Instituto de Física de la UNAM, con sede en Juriquilla, Querétaro, al crear un recubrimiento protector de rayos ultravioleta que absorbe más de 98 por ciento de éstos, para utilizarlo en las láminas acanaladas que sirven como techo de viviendas, bodegas y naves industriales,.

 

El recubrimiento  que permite aumentar la vida útil de las láminas de ocho meses a diez años, en sistios ubicados a una altura de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, beneficiará especialmente a las comunidades ubicadas en zonas de alta insolación, explicó el investigador Rogelio Rodríguez Talavera.

 

Víctor Castaño Meneses, director del FATA, señaló por su parte que este tipo de radiación proveniente del sol, en exposiciones prolongadas puede causar cáncer en la piel además de que acelera el proceso de envejecimiento.


Recordó que los rayos UV son responsables de quemaduras severas por exposición indebida y afecta en situaciones donde incluso parece haber protección, como puede ser cubrirse con una sombrilla.

 

Castaño Meneses refirió que los rayos UV son los causantes de la formación de radicales libres en nuestro organismo. Ello ocurre cuando penetran y rompen las cadenas de ADN contenidas en las células, las cuales mueren. Por eso envejecemos con mayor rapidez.

 

En los materiales expuestos al sol, la situación no es diferente. Se degradan hasta hacerse polvo, y en el caso de las láminas acanaladas de las techumbres se forman agujeros que obligan a sustituirlas de forma continua.

 

Este problema se acentúa en regiones a gran altura donde la radiación UV es más intensa, aclaró Rodríguez Talavera. Esos rayos tienen energía suficiente para romper enlaces carbón-carbón, carbón-hidrógeno, carbón-oxígeno en las moléculas que forman el plástico, la madera u otros tipos de materiales.

 

Ante tal situación, los científicos crearon el recubrimiento que se aplica con brocha sobre una lámina acanalada hecha de harina de madera (triturada finamente) y aglutinada con un polímero -en este caso es polipropileno-. "Estimamos, según las pruebas de ataque ultravioleta acelerado, que la duración sería de diez años o más".

 

Se trata de un recubrimiento económico, muy resistente al intemperismo y a la abrasión, que se puede colorear con cualquier pigmento inorgánico. Para su fabricación "usamos una combinación apropiada de cerámicas que absorben los rayos UV y un aglutinante que, a su vez, soporta la radiación".

 

Uno de los aspectos importantes para hacer que un desarrollo tecnológico llegue a la sociedad, añadió, es el costo, por lo cual se estudió la absorción de UV y disponibilidad de diferentes óxidos que se encuentran en la naturaleza, así como las posibles uniones químicas que tendrían con el polímero que funciona como aglutinante, hasta encontrar los candidatos idóneos a un precio accesible.

 

El recubrimiento ya aplicado puede tener un espesor de únicamente 0.2 o 0.3 milímetros, resulta muy eficiente y brinda una protección, como se mencionó, de 98 por ciento, en especial en las láminas de harina de madera conocidas como Polywood.

 

A pesar de que el invento se hizo para ese tipo de láminas, puede aplicarse en cualquier superficie. Castaño señaló que incluso podría funcionar para evitar que el sol "se coma" la pintura de los coches, así como para impermeabilizantes y muebles de jardín que permanecen en la intemperie.

 

Rodríguez Talavera aclaró que por requerir de una mezcla de óxidos, el recubrimiento no puede ser transparente.

 

El científico añadió que a pesar de que existen diversas empresas interesadas en el desarrollo, la mayoría no están dispuestas a trabajar en su escalamiento industrial. "No es lo mismo hacer un litro de recubrimiento en un matraz de laboratorio, que fabricarlo en un reactor de cuatro mil litros. En volúmenes grandes cualquier error o falla representa miles de pesos de pérdida".

 

Se requiere una empresa dispuesta a trabajar y que pueda llevar el producto, con la calidad que desean los universitarios, hasta los anaqueles, lo cual puede tomar todavía algunos meses más, finalizaron los científicos.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Los materiales expuestos al sol se degradan, y en el caso de las láminas acanaladas de las techumbres se forman agujeros que obligan a sustituirlas de forma continua, aseguró Víctor Castaño Meneses, del FATA.

 

Rogelio Rodríguez Talavera, del Instituto de Física, explicó que el recubrimiento protector de rayos ultravioleta es un desarrollo importante para las comunidades marginadas que se ubican en zonas de alta insolación, así como para bodegas y naves industriales.