Boletín UNAM-DGCS-990
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Los especialistas
universitarios Jorge Membrillo y Raúl Mancilla señalaron que no existe suficiente
desarrollo tecnológico para el empleo de armas biológicas
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No existen
motivos fundados para pensar en un eventual ataque con armas biológicas en
EU
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Califican
los investigadores del IIB de “esporádicos y controlables” los casos de Antrax,
registrados en Florida
Las probabilidades
de un ataque con armas bacteriológicas que pudiera afectar a los residentes
en territorio mexicano son muy bajas, debido a las características de los
agentes utilizados para elaborar ese tipo de armas, así como las dificultades
tecnológicas que se requieren para dispersarlos, aseguraron los especialistas
del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la UNAM, Jorge Membrillo
Hernández y Raúl Mancilla Jiménez.
Por tal motivo, expresaron
que no existen motivos fundados para alarmar a la población de nuestro país
sobre un eventual ataque con armas biológicas en el territorio norteamericano
próximo a la frontera con México, a consecuencia del conflicto suscitado por
los ataques terroristas del pasado 11 de septiembre.
Raúl Mancilla Jiménez
explicó que los agentes utilizados en las guerras bacteriológicas son conocidos
por el hombre y las enfermedades que pueden ocasionar son susceptibles de
ser prevenidas, diagnosticadas y tratadas a tiempo. El mecanismo para detectar
un brote epidemiológico que salga de los patrones normales es sencillo, puntualizó,
por lo que los efectos no podrían ser mayores causados por otros padecimientos,
como el cólera y la cisticercosis, enfermedades que inclusive provocan más
muertes.
Raúl Mancilla aseguró
que se requieren enormes cantidades de virus, bacterias o esporas para llevar
a cabo un ataque que pueda dispersarlos en un territorio lo bastante amplio
como para afectar cantidades suficientes de población, por lo cual serían
escasas las posibilidades de que se afecte el territorio nacional.
Por su parte, Membrillo
Hernández sostuvo que aún cuando el mundo no está preparado para elaborar
suficientes vacunas contra un ataque bacteriológico, las exigencias tecnológicas
que el mismo requeriría hacen “poco probable” su utilización por las partes
en conflicto.
En el caso de México,
el investigador universitario manifestó que un eventual ataque con esporas
de Antrax en la zona de la frontera sur de Estados Unidos tendría muy pocas
probabilidades de afectar a los mexicanos. El Antrax, precisó, se dispersa
mediante esporas, organismos latentes para cuya germinación se requieren condiciones
ambientales que no son las comunes en esa región.
De llegar a darse
un episodio de esas características en la zona cercana a la frontera con México,
las posibilidades para la dispersión del Antrax serían en consecuencia muy
limitadas y difícilmente podría desbordar la capacidad de las autoridades
sanitarias de nuestro país para atender los casos de personas afectadas que
se pudieran presentar, manifestó Mancilla Jiménez.
Durante una conferencia
de prensa, ambos académicos consideraron bajas las posibilidades de que los
dos casos de personas afectadas por el Antrax en Florida, Estados Unidos,
sean producto de un ataque terrorista, pues de ser éste el caso, se habrían
registrado más individuos afectados.
No se puede descartar
nada, dijo Membrillo Hernández, pero no se trata de un caso típico de epidemia
y es más probable que se trate de brotes esporádicos y controlables.
Tanto Jorge Membrillo
como Raúl Mancilla advirtieron que sería más factible el empleo de armas químicas,
pues los métodos para su elaboración están más desarrollados.
Mancilla Jiménez recordó
que se tienen antecedentes recientes del uso de armamento químico en la Primera
Guerra Mundial, así como en el conflicto del Golfo Pérsico.
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