Boletín UNAM-DGCS-989
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GANA LAURA
BARRAZA SEGUNDO CONCURSO NACIONAL DE CUADERNOS DE EXPERIMENTOS DEL CONACYT
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La investigadora del Instituto de Ecología
de la UNAM, triunfó en la categoría de libros para preescolares
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De la obra ganadora se editarán 25 mil
ejemplares que se distribuirán en el territorio nacional durante la 8ª Semana
Nacional de Ciencia y Tecnología
Laura Barraza Lomelí,
investigadora del Departamento de Ecología de los Recursos Naturales del
Instituto de Ecología de la UNAM, obtuvo el primer lugar del 2° Concurso
Nacional de Cuadernos de Experimentos del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología en la categoría preescolar.
México, opinó la
universitaria, cuya riqueza natural es maravillosa, padece de rezagos
educativos que terminan por afectar el medio ambiente. “El grado de avance o
retroceso de un país se mide por medio de la educación, por lo que a ese rubro
tienen que dirigirse los esfuerzos. Si no se genera conciencia, la gente
difícilmente asimila los problemas y participa en su solución”.
En este sentido, explicó que
los Cuadernos son un excelente medio de promoción de la investigación
científica entre niños y jóvenes, además de que permiten que el trabajo de los
científicos llegue a la población.
El tiraje de la obra de la
doctora Barraza será de 25 mil ejemplares, que de forma gratuita se
distribuirán en el país durante la 8ª. Semana Nacional de Ciencia y Tecnología.
A ellos se sumarán otros mil en una edición especial donde se incluirá a los ganadores
de los niveles de primaria y secundaria.
Laura Barraza señaló que uno
de los orígenes de la crisis ambiental mundial tiene que ver con la actividad
humana, y si bien se han investigado fenómenos como el calentamiento global,
ello no ha sido suficiente para solucionarlos. “Existe un nivel de
transferencia de la información que no es efectiva para que la gente asimile
qué pasa y por qué, así como lo que se
puede hacer para mejorar la situación”.
Hay iniciativas para tratar de
incorporar los problemas ambientales en los libros de texto formales, y en la
enseñanza no formal también empieza a darse un movimiento fuerte de educación
en los zoológicos, áreas naturales protegidas y museos.
Eso se debe a que la
aceleración de la crisis ambiental es cada vez mayor. Sin embargo, la posición
“romántica” de no tocar la naturaleza es anquilosada y no se puede dejar de
utilizar los recursos; empero, sí es posible manejarlos mejor para garantizar
su permanencia en la medida en que las generaciones avanzan, precisó.
Para lograrlo, reiteró, la
educación es importante. Se han elaborado campañas de sensibilización y
concientización; sin embargo, muchos de esos esfuerzos no han dado resultado
porque falta dar el siguiente paso: motivar y promover la participación ciudadana.
La educación ambiental es también una cuestión cívica.
Respecto a la obra ganadora
refirió que se trata de los Cuadernos de Experimentos sobre Conservación y
Medio Ambiente, dirigidos al nivel preescolar, el cual, en su opinión, se ha
descuidado, junto con el bachillerato y el superior, debido a que la mayoría de
los trabajos se dirigen a niños de primaria y secundaria.
“Era un reto hacer un trabajo
para niños de 3 a 5 años y no sólo promover la participación de los menores y
los profesores, sino de los padres de familia interesados en transmitir ideas y
mensajes de conservación, así como actitudes de respeto hacia todas las formas
de vida”.
La obra contiene diez
experimentos donde se incluyen tres tipos de fichas: una explicativa, para los
profesores o padres, en la que se brinda información general acerca del tema a
tratar; una explicativa, donde se menciona el objetivo del experimento y las
habilidades que se desarrollan en el menor (creatividad, imaginación e
investigación, entre otras) y una didáctica, para que el niño trabaje en ella.
Las actividades son sencillas
y se pueden efectuar en el aula o en el hogar. Además, se sugieren otras
actividades o juegos complementarios.
Barraza Lomelí señaló que el
libro de experimentos reconocido por el Conacyt fortalecerá la educación
ambiental, aunado al interés y vocación de profesores y padres de familia
comprometidos en dar seguimiento y fortalecer la instrucción de los menores.
“Ayuda la primera fase de motivación de los niños o de quien tenga en sus manos
el cuaderno”, el cual se caracteriza por facilitar la realización de los
experimentos, mediante la utilización de materiales de fácil acceso.
“Si el menor es capaz de
reconocer un espacio propio en su casa, podrá entender que sucede lo mismo con
los ambientes de cada uno de los seres vivos, lo cual promueve una actitud de
respeto. Queremos trabajar con los niños y continuar con los de etapas
superiores de educación para formar jóvenes y adultos sensibles y respetuosos
del medio ambiente”, finalizó.