Boletín UNAM-DGCS-956
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SIN MIGRANTES, CANADÁ NO HUBIERA LOGRADO LA PROSPERIDAD Y EL AVANCE ECONÓMICO Y TECNOLÓGICO
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Mónica Verea Campos, investigadora del CISAN
de la Universidad Nacional, dijo que en el 2000 Canadá recibió 226 mil 837
inmigrantes
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Subrayó que en el siglo XX la política
migratoria de ese país fue utilizada como un instrumento para la construcción
de la nación
Sin la importante contribución del flujo de inmigrantes
Canadá no sería el país próspero que es en la actualidad ni hubiera avanzado en
materia económica y tecnológica como lo ha hecho, aseveró la especialista del
Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Mónica
Verea Campos.
Informó que en el año 2000
Canadá recibió 226 mil 837 inmigrantes, el 58% lo hizo por razones económicas,
es decir, como emigrantes independientes que tienen un trabajo asegurado y sólo
el 27% por tener un familiar con la ciudadanía de ese país.
En entrevista, la
investigadora comparó que, en cambio, para los estadounidenses sólo el 20%
entra por cuestiones económicas y el 70% por asuntos familiares.
Aunque con restricciones,
explicó, durante el siglo XX la política migratoria canadiense fue utilizada
como un instrumento para la construcción de la nación. A diferencia de Estados
Unidos, este país está consciente de que la inmigración trajo actitudes
positivas para su sociedad que lo
beneficiaron económica y socialmente.
Cada año, abundó, en Canadá se
establecen metas demográficas laborales federales y regionales, además existen
tres tipos de categorías de admisión bajo la sección seis de la Ley de
Inmigración: familiar, de refugiados e independientes. Estos últimos pueden
solicitar su ingreso bajo su propia iniciativa y luego ser admitidos.
Canadá estableció que sólo
admitirá la cantidad de migrantes que represente el 1% de su población, la cual
es de 31 millones, pero en realidad para este 2001 sólo aceptará un máximo de
235 mil personas, indicó.
La especialista del CISAN
apuntó que en los últimos tres años, aumentó el número de inmigrantes a Canadá:
en el 2000 se admitieron 266 mil, 20% más que en 1999 y 9% superior a 1998.
Las personas que migran a
Canadá, señaló, proceden sobre todo de China, India y Pakistán; se establecen
principalmente en tres ciudades: Toronto, Vancouver y Montreal, y la mayoría
son profesionistas.
De acuerdo con datos del censo
de ese país, para 1996 la población nacida en el exterior y que habitaba en
Canadá era de cinco millones, de los cuales el 25% emigró antes de 1961 y otro
porcentaje similar durante los 90.
De estos cinco millones, 250
mil personas, son inmigrantes provenientes de Estados Unidos, y 273 mil de
Centro y Sudamérica. Pero no se tienen estadísticas de cuántos proceden de
México.
Verea Campos subrayó que el
número de inmigrantes procedentes de Estados Unidos bajó su participación y los
de Centro y Sudamérica la aumentaron.
Por lo que respecta a los trabajadores temporales, de un total de 65 mil
registrados en 1998, sólo el 6% -cerca de cuatro mil-, laboraba en la industria
primaria, actividad que por lo general cubren los mexicanos y los caribeños.
En estos momentos, añadió,
Canadá realiza una revisión integral de su política migratoria para ajustarse a
las nuevas necesidades. Propuso un proyecto llamado Ley de Protección al
Inmigrante y Refugiado. Sin embargo, existe la posibilidad de que continúe los
principios que guían su estrategia de admisión y la reunificación como una de
sus preocupaciones humanitarias.
Luego, la investigadora del
CISAN se refirió al Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos que
se lleva a cabo en Canadá y surgió en 1974. En ese año, participaron 203
connacionales; en 1984, eran 550; a finales de los 80 se contrataron 4 mil 369,
y en 1999 fueron siete mil 642.
Esta última cantidad muestra
que los empresarios canadienses dependen cada vez más de los trabajadores
agrícolas mexicanos, lo que propició la disminución de caribeños y
centroamericanos.
Para México, especificó, el
programa es una alternativa de empleo para un sector en desventaja dentro del
mercado laboral, al tiempo que significa ingresos de divisas para el
país-región y las familias del migrante. Hasta el momento funciona en forma
excelente y representa un ejemplo del buen entendimiento y comunicación
política que mantienen ambos países.
Consideró que debido a la
distancia entre México y Canadá es mínima la probabilidad de que se presente un flujo de trabajadores
indocumentados, aunque en forma eventual podría registrarse.
De acuerdo con el Programa de
Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos la jornada laboral debe ser de ocho
horas diarias y 40 semanales; el pago del salario es cada siete días en el
lugar de trabajo y con el mismo nivel del empleado canadiense, o sea, sin
diferenciación.
Asimismo, el alojamiento debe
ser gratuito y adecuado, así como la alimentación; el pago de compensación será
por heridas personales sufridas o enfermedades adquiridas como resultado del
trabajo; seguro de gastos médicos, atención hospitalaria y beneficios de fallecimiento.
Al igual que en Estados Unidos, planteó Mónica Verea, el
sector servicios trajo a la mayoría de los inmigrantes de altas y bajas
capacidades. Los latinos son el segundo grupo racial que ocupa el mercado
laboral, después de los asiáticos.
En general, anotó, el impacto
de los latinoamericanos en la economía de Canadá es positivo, ya que para 1995
reportaron una tasa de impuestos del 61%, parecida a la de los inmigrantes
asiáticos, y mostraron una buena disponibilidad para pagar sus contribuciones,
según datos oficiales de Canadá.
El 41% de los inmigrantes
provenientes de América Latina entró a Canadá con una escolaridad de cero o
nueve años; 32%, con 10 a 12 años de educación, y sólo 5% con grados
universitarios.
Debido a que los inmigrantes
de otras regiones tienen niveles más altos de educación, los latinos son más
susceptibles al desempleo y a la obtención de menores ingresos, tanto en Canadá
como en Estados Unidos, estableció.
La especialista destacó que en el caso mexicano, la
mayoría de los trabajadores proceden de cuatro estados: México, Tlaxcala,
Guanajuato e Hidalgo y se dedican en forma temporal al sector agrícola de seis
a nueve meses. Por su adaptabilidad a esa labor, el programa canadiense va en
aumento.
Por lo general, comentó, los mexicanos son hombres
jóvenes de entre 25 y 45 años de edad; los empresarios canadienses prefieren
que sean casados, para tener la certeza de que regresarán a su lugar de origen;
durante los últimos años la mayoría son empleados en granjas de frutas,
verduras y tabaco en las provincias de Ontario, y en menor medida en las que
Quebec, Alberta y Manitoba.
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PIES DE FOTO
Mónica Verea
Campos, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM,
señaló que durante el siglo XX la política migratoria canadiense fue utilizada
como instrumento para la construcción de la nación.
En el 2000, el
número de migrantes a Canadá aumentó en 20% con respecto al año anterior,
manifestó Mónica Verea Campos, del Centro de Investigaciones sobre América del
Norte de la UNAM.