6:00 hrs. Agosto 19 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-797

 

NECESARIA, NUEVA LEY DE EMPRESAS PÚBLICAS, ADVIRTIÓ EL ESPECIALISTA ALFREDO ACLE TOMASSINI

 

·        Para que México eleve su eficiencia, destacó en la FCPyS

·        Jesús Méndez Reyes, académico universitario resaltó fallas tanto en el sector público como en el privado

 

Si en México se quiere tener una empresa pública eficiente, es menester una nueva Ley de Empresas Públicas, que separe los gastos del gobierno federal de los estatales aseveró, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Alfredo Acle Tomassini, del Grupo Hey Consultoría y egresado de la UNAM.

 

En tanto, Jesús Méndez Reyes, académico de la FCPyS, subrayó que no vale la pena continuar la discusión entre qué es mejor, si la empresa pública o la privada, toda vez que hay claros ejemplos de ineficiencia en los dos casos.

 

En el marco de la Semana de Administración Pública, Alfredo Acle hizo un breve balance de la privatización de la Banca, donde, dijo, los resultados son trágicos: “De los 18 bancos que se privatizaron, existen menos de la mitad y sólo dos permanecen en manos de sus dueños originales”, por lo cual, agregó, “es un hecho que la Banca mexicana está extranjerizada y que la industria de seguros está en una situación semejante”.

 

Destacó además que con la privatización se comete el mismo error que con la participación del Estado sin ninguna estrategia. En México, aseguró, “privatizamos por privatizar, desregulamos por desregular, nos abrimos porque nos abrimos, sin tener claramente una visión de lo que queremos ser”.

Las designaciones de directores de empresas públicas, afirmó, deben ser por periodos específicos como ocurre en el Banco de México, toda vez que es muy difícil administrar correctamente una institución con lapsos indefinidos. Además, “ya es tiempo de establecer dónde empiezan los puestos políticos y los puestos de la administración pública”.

 

El problema en el país deriva de la carencia  de una visión estratégica; la recurrencia de crisis, es precisamente por la falta de visión de lo que queremos ser, concluyó.

 

Jesús Méndez, comentó en su oportunidad, que la empresa pública no tiene por qué parecerse a la privada, no debe ser un botín de guerra cada seis años ni tampoco una ciencia de gestores impreparados y arribistas, pero que las alternativas prácticas y las propuestas teóricas no pueden salir sino de los profesionistas comprometidos, de los cubículos de la académica, pero sobre todo, de las aulas.

 

Señaló que en el caso de México, el proceso de privatización provino de la necesidad de enfrentar condiciones internas y externas de corto plazo, como el problema de la deuda total y su pago oportuno en el momento en que las tazas de interés aumentaron y los precios de hidrocarburos cayeron considerablemente.

 

“Después de la severa crisis de los años 80; con el cierre de cientos de empresas propiedad del Estado y que continuó hasta sobrepasar las mil  firmas valuadas en 18 mil millones de dólares en 1993”, abundó.

 

Al referirse al caso de Pemex, Jesús Méndez destacó que no es menester que pase al sector privado pero que sí es necesario definir una estrategia de largo plazo capaz de superar la problemática financiera, laboral, operativa, ambiental y social.

 

Jesús Méndez comentó que la preocupación debe recaer en cuál es la estrategia de los grupos existentes para aprovechar las condiciones de coyuntura y proyectar un sector público importante en el largo plazo.

 

 

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