13:00 hrs. Agosto 14 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-777

 

 

FUNCIONALIDAD FAMILIAR, FACTOR PARA CONTROL DE PACIENTES DIABÉTICOS

 

·        Cuando es adecuada disminuye la posibilidad de complicaciones o severidad del padecimiento

·        Francisco Javier Gómez Clavelina, de la Facultad de Medicina, explicó la importancia de establecer programas de información para los familiares de los enfermos

 

El control del metabolismo de quienes padecen diabetes mellitus es sensiblemente mejor si se aplica desde el momento en que se les detecta el mal y además reciben la evaluación de la estructura y funcionalidad familiar, acciones que ayudan a así disminuir la posibilidad de complicaciones.

 

Así lo aseguró el doctor Francisco Javier Gómez Clavelina, coordinador de investigación del Departamento de Medicina Familiar de la Facultad de Medicina, y destacó la importancia de establecer programas de información y capacitación dirigidos a los familiares de los pacientes para que sepan cómo apoyar a los enfermos y evitar que su padecimiento empeore.

 

Recordó que en México la diabetes mellitus es un problema de salud muy importante, pues se estima que el 10% de la población es diabética y los familiares del enfermo, por el sólo hecho de serlo, tienen un factor de riesgo de padecer el mal.

 

Afirmó que los elementos que intervienen en el desarrollo de la diabetes han sido muy estudiados; se conocen los factores biomoleculares, las complicaciones, la importancia de la dieta y del ejercicio para su control, etcétera.

Empero, existen otros problemas que no han sido debidamente atendidos por el área médica, tanto en el ámbito público como el privado, como el hecho de que una vez que el paciente diabético es diagnosticado, se le dan recomendaciones –dieta adecuada, verificar de manera periódica su metabolismo, ingesta de medicamentos– que se espera que siga en su hogar. Sin embargo, eso no ocurre.

 

"A pesar de los esfuerzos del médico y del paciente no existe un verdadero control metabólico pues las personas no tienen un conocimiento certero del problema de salud al que se enfrentan", dijo y agregó que se ha detectado que a mayor conocimiento de la enfermedad y apoyo familiar, mejor es ese control.

 

De ahí la importancia del apoyo familiar para el paciente: estar al pendiente de que tome sus medicamentos y de que acuda a consulta médica en forma regular, así como controlar su alimentación.

 

El doctor Gómez Clavelina llegó a tales conclusiones luego de que tuvo el interés de medir la integración, estructura y funcionalidad de las familias y cómo interactúan dichos factores con el cuidado de la salud. "Tuvimos la oportunidad de trabajar en conjunto con los familiares de diabéticos para valorar si en su estructura grupal existían elementos asociados a un buen o mal control metabólico", dijo.

 

A partir de 1997 se estudiaron 180 familias de pacientes diabéticos e hipertensos (tomadas de manera aleatoria en la delegación Alvaro Obregón), a quines se les aplicó un instrumento metodológico estandarizado en México por el propio doctor Gómez, denominado FACES 3 (Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scales), el cual permite evaluar al grupo familiar en dos dimensiones: la cohesión (donde intervienen aspectos como la unión y el afecto) y la adaptabilidad (o la capacidad del grupo para modificar su estilo de vida ante un problema de salud).

 

Se estudiaron variables somatométricas (edad, peso, talla y lípidos en sangre), pues el control metabólico se establece mediante elementos bioquímicos, como cantidad de azúcar en sangre y el perfil de lípidos (trigliceridos y colesterol). "Si la cantidad de azúcar está por arriba de 120 miligramos por decilitro, el paciente tiene hiperglucemia y hay un control metabólico inadecuado", explicó el especialista.

 

De esa forma se encontró que existen familias balanceadas y extremas. Las primeras son las que –por sus niveles de cohesión y adaptabilidad– pueden enfrentar con mayor posibilidad de éxito la enfermedad. En tanto, las segundas tienen alto riesgo de disfunción.

 

De las 180 familias estudiadas, 28% resultaron ser extremas. En ellas el porcentaje de factores de riesgo para desarrollar la enfermedad es más alto, por ejemplo, 24% presentan anomalías en los perfiles de lípidos y problemas de obesidad, y el apoyo que recibe el diabético es menor. En la mayoría de ese total hay un control metabólico malo.

 

La próxima fase del proyecto se realizará en la delegación Tlalpan, donde, además de valorar a las familias, se llevará a cabo la capacitación de grupos familiares, los cuales deberán asistir a reuniones específicas en los centros de salud y, de ser necesario, recibirán visitas de especialistas en sus hogares.

 

Además de la mejoría para los pacientes, "esperamos que estos programas permitan que la familia del diabético entienda el riesgo en el que se encuentra, y que sepa la importancia del cuidado del peso y talla, las características que debe tener su alimentación y que de esa forma decrezca la posibilidad de que sus miembros desarrollen la enfermedad".

 

Esto implica cambios en el estilo de vida familiar que no se pueden dar de un día para otro, "pero creemos que al haber identificado este factor como un elemento importante que interviene en el control metabólico de los diabéticos podemos hacer mucho más en su beneficio y el de sus familias", concluyó el doctor Gómez Clavelina.

 

 

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Pies de foto

 

Francisco Javier Gómez Clavelina, de la Facultad de Medicina, aseguró que no existe un verdadero control metabólico de los diabéticos debido a que las personas no tienen un conocimiento certero del problema.

 

Una evaluación de la estructura y funcionalidad familiar de los enfermos de diabetes mellitus, cuando esta se detecta, disminuiría la posibilidad de complicaciones, reconoció Francisco Javier Gómez, de la Facultad de Medicina.