Boletín UNAM-DGCS-762
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LAS CONDICIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS, REFLEJO DEL SENSIBLE AUMENTO EN LA ESPERANZA DE VIDA
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En México la población mayor de 60
años es de 6 millones; en dos décadas rebasará los 10: Manuel Barquín Calderón,
de la FM
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Cada anciano requiere diez veces más
recursos para la atención médica, que una persona de 20 a 30 años, subrayó
En México, las condiciones sociales y
económicas, incluida la atención médica, se han traducido en el sensible
aumento en la esperanza de vida afirmó Manuel Barquín Calderón, de la Facultad
de Medicina (FM).
El especialista en salud pública dijo: “en
razón de la programación genética que debe cumplir el ser humano, es necesario
procurar que los ancianos transcurran por la vejez de la mejor manera posible”.
En este momento, señaló, existe un aumento
importante en la esperanza de vida de los individuos, quienes pueden alcanzar,
en promedio, hasta los 70 años de edad.
Actualmente, la población mayor de 60 años en
México es de 6 millones, pero en dos décadas rebasará los 10. Ésta, es una
situación que deben prever los sectores de la población más jóvenes, no sólo
para anticipar las condiciones en las cuales vivirán, sino para preocuparse por
hacer más llevadera la vida de los ancianos actuales.
De hecho, el aumento del promedio de vida ha
hecho que en algunos países cambien las condiciones de la pensión; por ejemplo,
en donde la gente vive más de 80 años ya se piensa en que no se pueden jubilar
a los 60, porque entonces se le debe dar su pensión por periodo de alrededor de
20 años; aunque, aclaró, tampoco se trata de que el obrero se jubile hoy y
muera mañana.
En ese contexto, los sistemas de pensiones
deben buscar algunas fuentes de financiamiento que les permitan realmente servirle
a los trabajadores, porque si seguimos así estos subsidios seguirán siendo
insuficientes.
Así, subrayó, la senectud puede considerarse un
problema con serias implicaciones económicas. Por ejemplo, “un individuo de más
de 60 años gasta 10 veces más en atención médica que uno de 20 a 30, es decir,
el aumento en el promedio de la duración de la vida es congruente con la
aparición de más ancianos que antes”.
Esto se debe a la degradación biológica,
funcional y social por lo cual atraviesan las personas en esta etapa de su
vida, lo que los lleva a una disminución de su capacidad inmunológica y de
adaptación.
Además, los ancianos tienen menor capacidad
defensiva contra los riesgos extraños al organismo y una disminución progresiva
en la capacidad de recuperación, en caso de una agresión del entorno, indicó el
profesor de la FM.
Podemos decir, aseveró, que la senectud no
tiene edad precisa, porque sentirse viejo puede venir antes o después de lo que
la existencia cronológica indica; “ello depende de la personalidad del
individuo, de su capacidad psicointelectual, de su pasado, del concepto de lo
que la sociedad estima valioso en los ancianos y del trato que la misma le dé a
un anciano en particular
Los viejos que se mantienen en buenas
condiciones físicas, psíquicas, y continúan activos, aun cuando estén
jubilados, no sufren su envejecimiento porque para ellos no ha habido una
grieta en su existencia, y lo que hacen es continuar su línea de vida cambiando
sólo algunas actividades
Se puede hablar de envejecimiento normal o
natural y el ocasionado por enfermedades de mucho desgaste, que en este periodo
se empiezan a manifestar.
Debido a que en los ancianos la respuesta a las
agresiones externas es menor y el funcionamiento de algunos de sus órganos es
cada vez más defectuoso, son más proclives a las enfermedades de tipo
degenerativo y agudas, tardan más en sanar y, en muchos casos, dejan secuelas
irreversibles, mencionó Barquín Calderón.
En la actualidad, entre las principales causas
de mortalidad general se encuentran, en los primeros lugares, las que padecen
los ancianos: enfermedades del corazón y cerebro-vasculares, tumores malignos,
accidentes y diabetes mellitus.
También, abundó, existen otros factores de
riesgo que contribuyen a envejecer, como el desgaste social, físico,
psicológico e incluso los sufrimientos.
Entre los efectos visibles del envejecimiento,
mencionó, se encuentran la pérdida de la elasticidad de la piel, la aparición
de las arrugas y la frecuencia de aparición de moretones por fragilidad en los
vasos sanguíneos superficiales; así como una disminución de las masas
musculares y la pérdida de fuerza
A esta edad, dijo, se empiezan a caer los
dientes, hay dificultad para mover las articulaciones, se adelgazan los
cartílagos vertebrales hasta que casi desaparecen y como consecuencia de ello
la gente pierde estatura y empieza a tener dificultad para caminar o sentarse.
Existe disminución de la agudeza visual y la
función auditiva, osteoporosis, acumulación de ácido úrico, obesidad, arteriosclerosis,
enfermedades del hígado, Párkinson y Alzheimer, entre otros padecimientos,
precisó el académico.
Para que los ancianos vivan más sanos, destacó,
deben mantener el peso del cuerpo por debajo del peso normal en un 10%;
alimentarse equilibradamente en cantidad y calidad, además de hacer ejercicio,
lo cual no retarda el envejecimiento, pero sí ayuda a hacerlo en mejores
condiciones.
El problema real, concluyó, no es que la gente
viva mejor sino más y con una buena calidad.
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En un anciano se gasta
diez veces más en atención médica que en una persona de 20 ó 30 años, afirmó
Manuel Barquín Calderón, de la Facultad de Medicina
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Actualmente, la población
mayor de 60 años en México es de 6 millones y se calcula que en dos décadas
rebasará los 10, indicó Manuel Barquín Calderón, de la FM de la UNAM