Boletín UNAM-DGCS-757
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Fenómeno global, consecuencia de la excesiva
cantidad de estos activos; le costarán al mundo 1.5 billones de dólares este
año
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Corrupción de funcionarios en el mundo:
Edmundo Hernández Vela, de la FCPyS; cada día, mecanismos más sofisticados para
lavar el dinero: Gerardo Minto Rivera, del IIEc
El lavado de dinero es un fenómeno global consecuencia de la excesiva
cantidad de activos especulativos que existen en el mundo y que facilita la
actividad de los traficantes de droga, de armas, terrorismo y de funcionarios
corruptos.
El crecimiento del volumen de estos activos es una de las formas más
utilizadas para el blanqueo de dinero. Según el Observatorio Geopolítico de las
Drogas –organismo independiente financiado por la Unión Europea y Francia- la
mundialización de los flujos financieros y la privatización de las economías
favorecen estas operaciones.
Actualmente los instrumentos financieros ofrecen servicios cada vez más
complejos y sofisticados, que le otorgan prioridad absoluta a la discreción
sobre los orígenes de sus capitales y a
la identidad de sus propietarios. Baste decir que con los adelantos en las
comunicaciones el tiempo real de una transferencia monetaria se hace a 0.0043
segundos a través de una fibra óptica.
Incluso muchos países han hecho del secreto bancario un pretexto para
ocultar enormes transferencias de dinero sucio internacionalmente.
Pero el problema de una indagatoria de recursos ilícitos, según Jean
Michel Louboutin, jefe de la Dirección de Estupefacientes de la Interpol, no es
el secreto bancario en sí, sino la multiplicidad de operaciones dentro del
mundo financiero, el cual utiliza tecnología de punta que imprime a las
actividades monetarias rapidez y volatilidad en tiempo real.
El tamaño del lavado de dinero en el mundo se calcula de 2 al 5% del
PIB mundial. Según conclusiones del Grupo de Acción Financiera Internacional
esta actividad le costará al mundo 1.5 billones de dólares durante el 2001,
monto equivalente a cuatro veces el PIB íntegro de México durante este año.
Entre los investigadores del Congreso estadounidense, existe el
consenso de que bancos de Estados Unidos y europeos lavan cerca 500 mil
millones de dólares anualmente; de éstos, la mitad se blanquea en instituciones
de EU.
Las investigaciones han reconocido que pese a la creciente atención
internacional y los controles más severos contra el lavado de dinero, una cifra
que llega quizá hasta un billón de dólares, fruto de operaciones criminales, es
el lavado a través de bancos en todo el mundo cada año, y aproximadamente la
mitad de esa suma se maneja a través de la banca estadounidense.
Para contrarrestar esta tendencia, al final de la administración
Clinton se anunciaron medidas para impedir que líderes extranjeros corruptos y
sus colaboradores en negocios sucios oculten sus riquezas robadas en aquel
país, cuyos estatutos definen este blanqueado de dinero como un crimen en el
caso de que el dinero provenga de las utilidades del tráfico de drogas, del terrorismo
o de fraudes bancarios.
Según The New York Times dichos lineamientos, de ser aplicados
correctamente, representarán un reconocimiento del papel central que la corrupción
oficial tiene en el empobrecimiento de muchas naciones del mundo, así como de
la proliferación de las organizaciones criminales en la economía global de
nuestra era.
Edmundo Hernández-Vela, investigador del Centro de Relaciones
Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la
UNAM, dice: los datos anteriores revelan la corrupción de las autoridades
mundiales a todos los niveles. De otra manera no podrían inyectarse esas
cantidades de dinero a la economía sin que se sospechara que son producto de
actividades delictivas”.
El autor del diccionario de Política
Internacional, afirma que alrededor de la mitad de los dólares que reciben
quienes se dedican a esta actividad tienen que ser legitimados. Hablamos de un
mercado millonario que lo hace superior al de la industria farmacéutica
mundial, la mitad del mercado de armas en el orbe y que tiene tanto peso como
la industria petrolera internacional.
Más de 200 millones de personas, según cifras de las ONU, se
dedican a esta actividad ilícita. Ello implica, asegura el catedrático
universitario, considerables sumas de recursos desviados a fines más útiles y
el impulso de las sociedades. Además estimula el desarrollo de otras
actividades delictivas con las que esta estrechamente vinculada como el tráfico
de armamento.
Por ello, puntualiza, cada país debe elaborar una estrategia para
contener este problema internacional, además de que tienen que tomarse medidas
preventivas, particularmente con el desarrollo de transacciones comerciales y
financieras vía Internet.
En esta época de rápidos avances tecnológicos y globalización, el
lavado de dinero tiene un alcance sin precedentes y los esfuerzos para
combatirlo requieren de la cooperación internacional. “Los países no pueden
ganar la guerra contra el crimen financiero a escala internacional por sí
solos”, expresa Hernández-Vela.
Mecanismos de lavado de dinero
Gerardo Minto Rivera, del Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc) de la UNAM, afirma que el lavado de dinero ha evolucionado mucho. Se han
adoptado leyes más rígidas, pero los lavadores se han vuelto más sutiles. Cada
grupo criminal tiene distintas necesidades y métodos para mover sus activos
financieros.
Especialista en el tema de lavado de dinero y del
crecimiento en volúmenes de activos especulativos, Minto Rivera habla de los
métodos y formas más recurrentes detectados por instituciones internacionales
que los blanqueadores utilizan en sus operaciones.
“Dentro de los mecanismos diversos que encontramos de lavado de dinero
cada día son más sofisticados. Encontramos, por ejemplo, el denominado Smurfing que consiste en efectuar
múltiples depósitos en efectivo, todos ellos inferiores a la cantidad por
encima de la cual es obligatorio notificar la transacción a las autoridades. Es
lo que comúnmente se conoce como sobrefacturación”.
Ahora se dividen las transacciones en montos menores que el banco no
tiene obligación de reportar. En lugar de trasladar dinero en efectivo, lo
lavadores usan giros y transferencias y mueven las ganancias ilícitas a través
de muchas cuentas, para que parezcan ganancias comerciales legítimas.
Otro mecanismo es la facturación falsa o Misinvoicing, de las exportaciones. La falsificación de cartas de
crédito para la importación y declaración de aduanas, puede ocultar
transferencias transforterizas, por ejemplo, de los beneficios de tráfico de
drogas.
Una vía más que utilizan los blanqueadores es la conocida como Barter
o trueque, en donde es posible intercambiar objetos robados
(antigüedades o automóviles) a través de las fronteras o dentro de los países
por sustancias ilegales.
Los cambistas de moneda sucia recurren también a transacciones de
crédito paralelo, las cuales sirven para eludir la economía oficial, salvo para
la utilización final de los beneficios netos de la actividad ilícita en la
adquisición de bienes o servicios comercializados ilegalmente.
Actualmente, con los medios de comunicación alámbricas o inalámbricos,
telegráficas, fax, internet, este tipo de transacciones no tiene por qué
notificarse obligatoriamente en relación con el blanqueo de dinero, así, el
soborno de empleados de banca facilita la ocultación de importantes
transferencias ilícitas entre cuentas.
Una de las últimas vías que tomaron los blanqueadores sólo se da en los
mercados bastante desarrollados y se basa en los instrumentos derivados (Derivatives).
Este tipo de instrumentos se puede utilizar para el lavado de dinero
porque pueden reproducir oportunidades de aprovechar información privilegiada
(por ejemplo, una versión sintética de títulos de una empresa en proceso de
fusión o adquisición) y pueden emplearse para evitar la detección de un cambio
inusual del precio de cotización de las acciones.
Los anteriores, puntualiza, son los actuales mecanismos que
operan en todas las actividades ilícitas de lavado de dinero y, en
consecuencia, para controlar estos grandes flujos de capital, instituciones
como el FBI, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, han
establecido 12 grandes normas para regular y sancionar estas operaciones, las cuales permiten la
transparencia de las políticas monetarias financieras y fiscales.
El fenómeno ha afectado sobre todo a los países más pobres, donde
persisten economías de trueque y las transacciones informales. La práctica de
lavado en estas naciones, concluye, tiene efectos perversos porque no
contribuyen a su desarrollo.
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