6:00 hrs. Agosto 6 de 2001


Boletín UNAM-DGCS-756

 

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MICROORGANISMOS PODRÍAN RESCATAR EL MEDIO AMBIENTE

 

·        Los productos microbianos son capaces de atacar cualquier tipo de problemas de contaminación: Susana Saval, del Instituto de Ingeniería

·        Muchas de las bacterias presentes en ellos serían provenientes de la ingeniería genética, lo cual podría implicar riesgos desconocidos

 

La utilización de microorganismos en el rescate del ambiente ha cobrado gran interés en el mundo. Entre las áreas de aplicación más prometedoras están la biorremediación y el tratamiento de aguas residuales complejas y emisiones a la atmósfera.

 

En suelos y acuíferos contaminados la biorremediación es la técnica más prometedora y es la opción más segura cuando los microorganismos utilizan como alimento a los contaminantes presentes, ya que los convierten en bióxido de carbono durante el proceso de respiración.

 

Empero, en los casos donde los microorganismos únicamente ocasionan la transformación química de los contaminantes se debe llevar una vigilancia muy cercana para asegurar que los productos de transformación sean menos dañinos que los compuestos que les dieron origen, advierte la doctora Susana Saval, del Instituto de Ingeniería.

 

Señala que en la década pasada comenzó la comercialización de productos microbianos para la bioremediación de suelos y acuíferos, a los cuales se calificó de “mágicos” al ser capaces de atacar cualquier tipo de problemas de contaminación. Sin embargo, se teme que muchas de las bacterias presentes en ellos sean provenientes de la ingeniería genética, lo cual implicaría riesgos hasta ahora desconocidos.

 

Antecedentes

 

Los daños causados por la industria del petróleo en México, se han manifestado hacia los dos más importantes recursos naturales: el suelo y el agua. Petróleo crudo y sus desechos de exploración y explotación han afectado, principalmente, suelo y cuerpos de agua superficiales, mientras que los combustibles destilados como gasolina y diesel han penetrado al subsuelo y en algunos casos han contaminado incluso mantos acuíferos.

 

Después de la explosión en la ciudad de Guadalajara, en 1992, ocasionada por la acumulación de vapores de combustibles en el drenaje, se iniciaron los primeros trabajos de prospección del subsuelo, y más tarde, hacia 1993, empezaron a llegar a México diversas empresas extranjeras, provenientes, principalmente, de Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos.

 

Se inició entonces la comercialización de productos microbianos para la biorremediación de suelos y acuíferos, recuerda la doctora Saval. Estos productos son patentados, se venden como concentrados líquidos o en polvo. La mayoría de ellos no describe con detalle su contenido, generalmente se aplican mezclados con nutrientes y agentes tensoactivos, comúnmente conocidos como surfactantes.

 

De ese modo, se han aplicado diversos productos desconocidos, en parte, debido a la presión social y de las autoridades ambientales para solucionar los problemas de contaminación con rapidez.

 

Empero, muchos de los trabajos de campo no han funcionado y, extraoficialmente, se sabe de varios casos en los que se han generado mayores desastres ecológicos después de su aplicación. “El desconocimiento del riesgo que ocasiona la aplicación indiscriminada de Microorganismos Manipulados Genéticamente (MMG), ha llevado a la necesidad de identificar su origen y la manera en que entran al país, pero la información obtenida hasta ahora ha sido insuficiente”, añade.

 

Microorganismos y remediación

 

En los países desarrollados se han generado microorganismos útiles en biorremediación, que incluyen MMG, bacteria resistente a altas concentraciones de contaminantes, que puede degradar desechos poco comunes o de difícil destrucción, además de que lo hace en poco tiempo.

 

En tanto, los MMG se caracterizan por tener, como marcadores, genes de resistencia a antibióticos que son estables en condiciones controladas de laboratorio, pero sobre todo, pueden intercambiar su información genética por medio de los mecanismos de recombinación genética o liberarla al medio cuando las condiciones son adversas para su desarrollo.

 

Son partículas tan pequeñas que al liberarse en un espacio abierto pueden movilizarse fácilmente con ayuda de vectores naturales como el viento, la lluvia y las corrientes de agua, con lo cual se puede perder el control de su dispersión.

 

“A pesar de las muchas investigaciones realizadas con MMG en el laboratorio, muy poco se conoce de la sobre vivencia, comportamiento  y destino que pudieran tener en el campo; por ejemplo, una baja concentración de contaminantes específicos podría limitar su crecimiento, o bien, cambiar sus preferencias de nutrición hacia otros substratos más favorables”, señaló la especialista.

 

Además, añadió, la información genética que lleva consigo una resistencia a antibióticos puede ser liberada al ambiente y ser transportada hacia otros seres vivos, plantas, animales o incluso los humanos, quienes al recibirla por ingestión, inhalación o contacto dérmico, pueden hacerse resistentes a los antibióticos en cuestión y ser más vulnerables a sufrir infecciones que no puedan ser tratadas.

 

“De hecho –ejemplifica- se han detectado animales de granja con infecciones en vías respiratorias causadas por la bacteria del género Pseudomonas resistentes a antibióticos de los que no existe un agente causal fácil de identificar”.

 

En el ámbito científico, la liberación de MMG con fines de biorremediación todavía está en fase experimental y existe mucho escepticismo acerca de su eficiencia.

 

Explica que la habilidad de liberar, movilizar o recibir genes no constituye un riesgo inherente de los organismos con estas capacidades; por el contrario son mecanismos normales de la bacteria durante su evolución y sobre vivencia. Sin embargo, existe una diferencia importante entre éstas y los MMG: éstos, con transferencia de ADN recombinante, no han pasado por un proceso evolutivo.

 

Con estos antecedentes, añade, durante la evaluación del riesgo de liberación de esos microorganismos se deberá hacer énfasis en considerar los peligros que surgen al as            ociar genes, formando nuevas combinaciones genéticas de las que no se conoce el comportamiento o las consecuencias biológicas.

 

Las evaluaciones del riesgo deben realizarse caso por caso, tomando en consideración el organismo parental, la modificación genética introducida, el medio receptor y la capacidad de manejar los riesgos identificados.

 

La evaluación de riesgos debe basarse en información obtenida por la investigación científica como una forma de garantizar que se proceda con el mayor margen de seguridad posible. Los riesgos que se corran deben estar balanceados y superados por los beneficios productivos, económicos y ambientales para México.

 

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La Biorremediación es una técnica prometedora para el tratamiento de suelos y acuíferos contaminados, afirmó Susana Saval, del Instituto de Ingeniería