Boletín UNAM-DGCS-717
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IGNORADA EN MÉXICO LA EDUCACIÓN SOBRE EL LENGUAJE DE LAS IMÁGENES
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A través de ellas se estableció la primera comunicación rigurosa entre
los hombres primitivos; contienen gran cantidad de información
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Guillermina Yankelevich, del Instituto de Investigaciones Biomédicas
de la UNAM, analiza ese fenómeno
Las imágenes son
un lenguaje análogo a cualquier otro que maneja el ser humano, tales como el
verbal o el musical, pero está más cercano al mundo que nos rodea, en
comparación con los textos escritos. Sin embargo, la sociedad mexicana no se
ocupa de que los niños lo aprendan, señaló la académica del Instituto de
Investigaciones Biomédicas (IIBm), Guillermina Yankelevich.
La mayoría de los
alfabetos actuales, precisó, no son como algunos antiguos: mucho más gráficos y
en los cuales se incluían objetos, tales como el chino y el egipcio.
La especialista,
quien desde hace 25 años trabaja en la abstracción de información a partir de
imágenes en el ser humano, subrayó que
cualquiera que haya estudiado un idioma diferente al materno se percata
de que, entre ellos, no se piensa ni habla igual.
Por ello, “las
personas que manejan dos lenguajes tiene dos distintas formas de construir su
realidad”. El simple hecho de saber que hay otras maneras de enfrentar al mundo
hace más flexible al intelecto. Así, cuando una persona entra en contacto con
un nuevo lenguaje está más abierta para recibirlo.
Las imágenes, que
expresan muchas cosas al contener gran cantidad de información, cobran
relevancia en el desarrollo de los individuos, porque el niño que no las
abstrae con precisión tampoco tiene una abstracción general desarrollada en
forma adecuada. Esto se ve claro en el caso de las matemáticas.
Pero este proceso
debe ejercitarse y la edad para ello es entre cinco y 15 años. De lo contrario,
ya es tarde para desarrollarlo, aunque la abstracción ocurre por caminos
diferentes, como es a través del texto, entre otras formas.
Guillermina
Yankelevich y su grupo de investigación lograron diseñar mecanismos de
evaluación de la abstracción de información. En diversas escuelas de distintos
entidades federativas del país, así como una institución de Estados Unidos, les
solicitaron aplicar esa metodología, la cual se probó con alumnos desde el
nivel preprimaria hasta profesionistas, de manera que cuentan con un marco de
referencia muy amplio.
El proceso de
abstracción de información de imágenes, explicó, se realiza mediante la
extracción de un conocimiento de aquéllas, el cual se incorpora y relaciona con
el que ya se tiene almacenado en la memoria, para después usarlo en la toma de
decisiones o la resolución de problemas. Cuando esos tres pasos son cubiertos,
el niño abstrajo esa información que se le ofreció.
Para evaluar ese proceso,
añadió, enfrentan al niño a ciertas imágenes -ilusorias, ambiguas,
imposibles y metafóricas, entre otras- y, una vez que se supone ubicó
el nuevo conocimiento, se le plantea una situación en donde tenga que utilizar
la nueva información. Si es capaz de usarla ocurrió la abstracción.
La autora del
libro Ver para creer, explicó que las
imágenes ilusorias son aquellas que no representan la totalidad del objeto,
sólo dan cierta idea sobre él. “El cerebro restituye el faltante, a partir de
nuestro conocimiento”, aseveró.
Las imágenes
ambiguas son aquellas en las que en la misma imagen pueden verse dos o más
objetos o escenas. Las imposibles sólo se construyen en el papel, no pueden
existir en la realidad; se trabajan en la física y las matemáticas. Y las
metafóricas, como el chiste gráfico, se refieren a las que implícitamente el
autor introduce una contradicción que, si se abstrae debidamente, causa gracia.
En la actualidad,
precisó, en México como en el resto del mundo los medios de comunicación masiva
podrían mejoran la lectura de las imágenes, pues en forma cotidiana enfrentamos
una infinidad de ellas, análogamente la tecnología de computadora expone al
hombre a un inmenso ejercicio con ellas.
La investigadora
sostuvo que entre la televisión, la computadora, la publicidad en las calles y
el cine, el ser humano está sometido a
las imágenes 18 horas al día. No obstante, dijo Yankelevich, su propósito no es
educar en el sentido de la abstracción.
Cuando dormimos
también tenemos actividad con imágenes. Los sueños ocurren con ellas y la
imaginación se acompaña de una representación con las mismas: imaginamos las
situaciones, soluciones y acciones. Hay, incluso, quien propone que la memoria
del hombre está almacenada en nuestro cerebro en forma de imágenes.
-oOo-
En nuestro país
el lenguaje de las imágenes no forma parte de la enseñanza de los niños,
destacó Guillermina Yankelevich, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de
la UNAM
Guillermina
Yankelevich, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, indicó que
la sociedad mexicana no se ocupa de que los niños aprendan el lenguaje de las
imágenes