Boletín UNAM-DGCS-656
Pies de fotos al final del boletín
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El catedrático de la FD afirmó que de haber obtenido el PAN mayoría
parlamentaria, el presidencialismo autoritario permanecería en México
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El Estado social de derecho consagrado en la Constitución, obstáculo
para los últimos gobiernos, agregó
El resultado electoral del dos de julio del año
pasado no representa para México la modificación de su sistema político, sino
meramente un cambio dentro de éste aseguró el catedrático de la Facultad de
Derecho (FD) de la UNAM, Miguel Covián Andrade, en la mesa redonda 2 de julio ¿Cambio o transición?, en
donde expuso que los acontecimientos a partir de esa fecha confirman la idea de
que la transformación política del país es más aparente que sustancial.
Para el académico universitario, el proceso
electoral federal del 2000 significó tan sólo la sustitución en las siglas del
partido que ocupa el poder y una correlación de fuerzas distinta en el seno del
Poder Legislativo Federal.
Si el Partido Acción Nacional, explicó, hubiera
obtenido mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso de la Unión México aún
viviría el mismo régimen presidencialista autoritario. Ya se habrían aprobado,
sostuvo, tanto la reforma fiscal como la reforma constitucional para permitir
la privatización de la industria eléctrica.
Acompañado por el director de la FD, Fernando
Serrano Migallón; la consejera del Instituto Electoral del Distrito Federal
Rosa María Mirón Lince; el investigador y profesor del Colegio de México
Fernando Escalante Gonzalbo, y la periodista Carmen Aristegui Flores, Covián
Andrade señaló que a partir de los dos últimos gobiernos de tendencia
neoliberal encabezados por el Partido Revolucionario Institucional la
Constitución mexicana que establece el Estado social de derecho, se convirtió
en un obstáculo para los titulares del Poder Ejecutivo.
No es casual, indicó el catedrático de la FD,
que en la actualidad se insista tanto sobre la necesidad de una nueva Ley
Fundamental la cual, de establecerse, con seguridad sería regresiva y volvería
a instaurar un sistema liberal burgués como en 1857.
En su intervención, Fernando Serrano Migallón
consideró histórico lo acontecido el dos de julio de 2000 ya que, dijo, fue la
primera vez en la historia del país, a excepción de la elección de Madero, en
que un partido de oposición accedió al poder.
La cuestión que debe analizarse en torno a este
proceso electoral, subrayó, es si se trata de un camino iniciado a partir del
movimiento estudiantil de 1968 en la UNAM o si, por el contrario, es el punto
de partida para una posterior evolución política de la República. Estas son,
añadió, las vertientes sobre las cuales debe desarrollarse el pensamiento
jurídico con miras al cambio.
Por su parte, Fernando Escalante Gonzalbo
afirmó que en torno al proceso electoral que llevó a Vicente Fox a ocupar la
presidencia se ha creado una épica cuyo efecto principal es producir desencanto
en la sociedad.
Se habló de 71 años de lucha contra un partido
político enquistado en el poder, argumento que proporcionó a la alternancia un
significado exagerado, el cual generó demasiadas expectativas con respecto al
nuevo gobierno.
Los resultados hasta ahora logrados a partir de
la transición producen un descontento social al cual pretende explicarse
mediante múltiples argumentos como la imposibilidad de que un gobierno resuelva
todos los problemas del país y la paciencia y corresponsabilidad que se pide a
los mexicanos.
Según Escalante Gonzalbo el dos de julio del
2000 debe interpretarse como un episodio más en un proceso de deterioro
político, degradación social y crisis prolongada que no alteran los elementos
definitorios del sistema político mexicano consistentes en la debilidad del
Estado y la creciente desigualdad económica, política, social y cultural del
país.
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El resultado electoral del 2 de julio del año pasado no ha
representado para México la modificación de su sistema político, señaló Miguel
Covián Andrade, de la Facultad de Derecho de la UNAM
Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho de la
UNAM, durante su intervención en la mesa redonda 2 de julio ¿cambio o
transición?, organizada por esta
dependencia universitaria